Fidel Castro murió “agnóstico”

Raúl Castro con las cenizas de Fidel Castro en su entierro en Santiago de Cuba 4 diciembre 2016

Aunque en su último artículo en ‘Granma’ ensalzaba la religión, Frei Betto descarta su conversión

Raúl Castro con las cenizas de Fidel Castro en su entierro en Santiago de Cuba 4 diciembre 2016

Tras nueve días de luto, Fidel Castro fue enterrado el 4 de diciembre en Santiago de Cuba; su hermano Raúl depositó sus restos

Fidel Castro murió “agnóstico” [extracto]

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | “Cristo fue un gran revolucionario… Era un hombre cuya doctrina se consagró a los humildes, a los pobres, a combatir la humillación del ser humano. Yo diría que hay mucho de común entre el espíritu, la esencia de su prédica y el socialismo”. Quien habla es Fidel Castro, en un discurso en 1977 en Jamaica. Fallecido en La Habana el pasado 25 de noviembre, el alma mater de la Revolución Cubana desde 1959 (aunque dejara el poder en 2006 en manos de su hermano Raúl Castro), desarrolló su propio camino desde que, en sus primeros años en el poder, cerrara toda puerta a la visibilidad del hecho religioso y expulsara a varias congregaciones del país. Desde entonces hasta hoy, sobre todo al final de sus días, ¿se acercó realmente a la fe?

Significativamente, el último artículo publicado por él, el 8 de octubre en el diario oficialista Granma, versó en buena parte sobre la religión, ofreciendo una imagen ciertamente positiva de la misma. Titulado El destino incierto de la especie humana, en él reivindica que “hay muchas más cualidades en los principios religiosos que en los que son únicamente políticos”, constatando además que las religiones mantienen hoy “un valor especial” a la hora de explicar el sentido del mundo. También reconocía Castro conocer “bastante” sobre la figura de “Cristo” por sus lecturas y su propia experiencia vital.

En declaraciones a Vida Nueva, el dominico brasileño Frei Betto, quien publicó en 1985 el libro-entrevista Fidel y la religión, tras 23 horas de conversación con el entonces máximo mandatario cubano, sostiene que, según su impresión, Castro ha muerto agnóstico. Para lo cual ha pasado por varias etapas.

La primera, “por influencia de su madre”, en la que fue bautizado, se formó durante diez años en colegios jesuitas y de La Salle y se casó por la Iglesia con su primera esposa, Mirtha Díaz-Balar. Todo cambió “en la universidad, cuando descubrió el marxismo y abandonó la fe cristiana”. A ello contribuyó el que fuera aquella “una época en la que no había puntos de contacto entre el cristianismo y el marxismo, apoyando la Iglesia católica dictaduras crueles como la de Franco en España o Salazar en Portugal”.

Un tercer giro llegaría, según Betto, ya con Castro en el poder: “Fue en los años 70, después de conocer al grupo Cristianos por el Socialismo, en el Chile de Salvador Allende, y la participación de cristianos en la Revolución Sandinista, en Nicaragua. Entonces Fidel revisó sus propias concepciones respecto a la Iglesia y el cristianismo, convirtiéndose en admirador de la Teología de la liberación”.

A partir de ahí, “se hizo amigo del cardenal brasileño Paulo Evaristo Arns y del obispo Pedro Casaldáliga, también en Brasil, y en un lector de las obras de los teólogos Gustavo Gutiérrez y Leonardo Boff”. El propio Boff, en un artículo publicado en 2006, en el 80º cumpleaños de Fidel Castro, afirmó que este le había reconocido que, de haber existido la Teología de la liberación cuando tomó el poder en Cuba, la habría aplicado en su gobierno. “Ninguna revolución latinoamericana será verdadera, popular y triunfante si no incorpora el elemento religioso”, le habría argumentado en otra de sus largas conversaciones.

Fue también esa la época en la que conoció a Betto, saliendo de una de sus muchas charlas el libro Fidel y la religión, traducido a más de 20 idiomas y tenido desde entonces por el referente en la materia.

“Hace unos tres años –concluye el dominico–, le dije al propio Fidel que, cuando me preguntaban si él tenía o no fe, yo contestaba siempre que le consideraba agnóstico. Él me respondió con una sonrisa, sin decir nada. Pero, al despedirse, las últimas veces que nos veíamos, me decía: “Ore por nosotros”, en el sentido de orar por Cuba.

En relación con esto, más allá de que desde el régimen no se haya dado ningún detalle sobre sus últimas horas, pide que no se especule sobre si Castro podría haber llegado incluso a confesarse antes de morir. “No me agrada eso de querer rebautizar a Fidel… Estoy convencido de que vivió según los valores evangélicos y se los ha acercado a 11 millones de personas: pan a quien tenía hambre y libertad a quien vivía bajo opresión”.

Luis del Castillo, obispo emérito de Melo Uruguay presidió una misa el día del entierro de Fidel Castro 4 diciembre 2016

El mismo día del entierro, el obispo Luis del Castillo ofició una misa por Fidel Castro en el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre

Rezos por su alma

Tras nueve días de luto oficial, Fidel Castro fue enterrado el 4 de diciembre en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, donde también reposan los restos de José Martí, el histórico líder que consiguió la independencia de España y considerado padre de la patria. Su tumba, un gigantesco monolito, no cuenta con ningún símbolo religioso. A 20 kilómetros del camposanto se encuentra el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, la patrona de Cuba.

Coincidiendo el entierro con la misa dominical, en ella se rezó por el alma del mandatario, presidiendo la ceremonia el obispo Luis del Castillo, prelado emérito de Melo (Uruguay), quien presta servicios pastorales en el santuario. Según cuenta ElDiario.es, en su homilía, el pastor recordó que en el santuario hay fotos de Fidel y de sus hermanos Raúl y Ramón, mandándolas su madre en su día para pedir por todos ellos cuando fueron encarcelados en sus primeros años revolucionarios. “Así que Fidel –dijo– ha estado en el santuario desde entonces”. En La Habana, en la iglesia de Santa Bárbara, también se rezó por su alma.

A pesar de que la visibilidad de las confesiones ha mejorado mucho en los últimos años en Cuba, pudiendo ejercer las instituciones religiosas labores asistenciales y educativas (aunque al margen de la escuela pública), seguirían existiendo dificultades. Según denuncia 14ymedio, diario dirigido por la opositora Yoani Sánchez, “en la madrugada del 26 de noviembre, pocas horas después del anuncio del deceso de Castro, dos pastores evangélicos fueron arrestados en Manatí, en la provincia de Las Tunas. La policía entró a la fuerza en la vivienda de Rafael Ríos Martínez y su esposa, María Secades, y se los llevó por el solo hecho de difundir su mensaje religioso por la bocina que usan durante sus cultos”.

“¿No quedó ninguna biblia para mí?”

Ejemplo de la importancia del libro Fidel y la religión, el diario Granma glosaba, el 20 de abril de 2015, el 30º aniversario de la publicación de la obra con un artículo titulado Fidel, Frei Betto y la religión, de Lissy Rodríguez. En él, se cuenta la anécdota de que el obispo de Cienfuegos le pidió a Betto unas biblias para sus fieles. Tras conseguírselas, a las pocas horas desaparecieron, llevándose los ejemplares destacados líderes del Partido Comunista antes de que pudieran ser enviados a la Conferencia Episcopal. “Unos decían que era para su abuelo –se cita al religioso dominico en el reportaje–, otros que para su hija en la escuela… Y no quedó ninguna. (…) Por la tarde, me encuentro con Fidel y me pregunta que qué ha pasado con las biblias. Le explico y Fidel me pregunta: ‘¿Y no quedó ninguna para mí?’ (risas). Y yo, que siempre traigo mi biblia, le regalé mi propio ejemplar”. Con esta dedicatoria: “A Fidel, en quien Dios tiene mucha fe. Fraternalmente, Frei Betto”.

Publicado en el número 3.015 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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