Deconstruyendo la pastoral familiar de la confrontación

misa por las familias celebrada en la Jornada de la Sagrada Familia en diciembre en la Plaza de Colón de Madrid

Los obispos españoles renovarán el ‘Directorio’ para adecuarlo a ‘Amoris laetitia’

misa por las familias celebrada en la Jornada de la Sagrada Familia en diciembre en la Plaza de Colón de Madrid

Una de las misas por la familia que se organizaron en la madrileña Plaza de Colón

Deconstruyendo la pastoral familiar de la confrontación [extracto]

JOSÉ LORENZO | A pesar de los recelos con los que ha sido recibida también en España, existe determinación en la Conferencia Episcopal Española (CEE) para favorecer la recepción en las diócesis de Amoris laetitia. La exhortación postsinodal del papa Francisco fue objeto de reflexión durante la Asamblea Plenaria celebrada en noviembre, en donde se decidió también dar un paso en firme para que este texto empiece a permear de manera efectiva al conjunto de la pastoral familiar. Empezando por el controvertido Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España, aprobado por los obispos en 2003 en respuesta a una petición explícita que, en 1981, había hecho Juan Pablo II en Familiaris consortio para elaborar este tipo de instrumentos pastorales.

“Tenemos que ir abriendo pistas y líneas de renovación en este Directorio, señaló José María Gil Tamayo en el resumen que hizo ante los periodistas de los trabajados realizados en la Plenaria de otoño. Según el secretario general del Episcopado, “Amoris laetitia es una afirmación de la doctrina de la Iglesia, pero con una creatividad nueva. Y en esa clave tenemos que ir poniendo al día el Directorio”.

Este texto, de 240 páginas, pretendía ser una especie de guía con indicaciones y orientaciones para la pastoral familiar en nuestro país. Presentado en rueda de prensa el 2 de febrero de 2004 por Juan Antonio Martínez Camino, entonces secretario general de la CEE, y Juan Antonio Reig Plá, a la sazón obispo de Segorbe-Castellón y presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, cosechó duras críticas de los partidos políticos (incluido el PP, entonces al frente del Gobierno del país) y de numerosos agentes sociales por el diagnóstico que se hacía de la sociedad y la familia española. En la propia CEE, algunos obispos reconocían entonces a esta revista, en voz baja, un “cierto fundamentalismo” en la forma en la que el documento exponía algunas cuestiones.

Texto catastrofista

“Hay elementos fundamentales del Directorio que están suficientemente asentados y resisten el paso de los años. Otros, quizás son deudores del contexto en que fueron pensados y deben hacer un recorrido de la mano de la sabia y misericordiosa maternidad de la Iglesia”, señala a Vida Nueva Fernando Vidal, director del Instituto Universitario de la Familia de la Universidad Pontificia Comillas. Y cita el acompañamiento, el discernimiento, la acogida, la formación integral, el papel de las familias en la pastoral familiar o la necesidad de medios pastorales flexibles y creativos.

“Quizás el elemento que más choca a quien lea este Directorio 13 años después, y a la luz de Amoris laetitia –añade el profesor–, es el diagnóstico que hace de la realidad. Es un marco solo negativo y muy catastrofista que acentúa la división social y establece un estado de persecución y lucha”.

En el diagnóstico no solo se reconocía un enfrentamiento de la sociedad contra la Iglesia, poniendo a esta última, además, “en situación de minoría perseguida”, en palabras de Vidal, sino que en la misma Iglesia se percibía “una diferencia sustantiva entre la masa general de la comunidad católica y aquella pequeña y valiente minoría de católicos que sí que siguen verdaderamente la doctrina”.

Desde ese análisis, y con un lenguaje “que a veces puede resultar hiriente”, daba la sensación de que el Directorio mostraba “una Iglesia pesimista, triste y enfadada, nostálgica e incómoda en el pluralismo democrático, sitiada y perseguida por una cultura impuesta por los movimientos feministas y el lobby homosexual”, afirma el director del centro universitario.

Estrategia política

Tal vez por esto, Vidal sostiene que el documento “convierte todo plan pastoral también en estrategia política”. Empezando por la propia selección de los agentes de pastoral encargados de llevar a cabo esas directrices, en donde “las comunidades parroquiales ordinarias, las organizaciones de la Acción Católica y el resto de asociaciones y movimientos de adultos no son objeto de recomendación”, apunta. Los elegidos serán unas entidades designadas como ‘movimientos familiares’ que “apartan de la primera línea de la corresponsabilidad pastoral a la mayoría de comunidades y asociaciones católicas de la Iglesia española. De hecho, ese ha sido el resultado en una parte relevante de las pastorales familiares diocesanas”.

En su opinión, además, el Directorio “compromete a la CEE directamente en el impulso, favorecimiento y financiación de los Foros de Familia”, y alienta a las propias delegaciones diocesanas a hacer de “lobby católico” en toda la política que afecte a las familias.

Aquellas directrices, según Vidal, “frustraron en origen las oportunidades de crear un gran consenso público sobre la familia, que sumase creyentes y no creyentes”. Luego vendrían las manifestaciones encabezadas por obispos y las misas en la madrileña plaza de Colón…

Pero que las cosas están cambiando se aprecia ya en el mensaje con motivo de la Jornada de la Sagrada Familia, que se celebra el 30 de diciembre. Con Amoris laetitia, “fruto de dos sínodos”, Francisco “nos impulsa a proponer de un modo renovado e ilusionante la vocación al matrimonio y mostrar la belleza, verdad y bien de la realidad matrimonial y familiar como un don de Dios”, dicen los obispos de la Subcomisión de Familia y Vida, que preside Mario Iceta, titular de Bilbao.

Más adelante, el texto, haciéndose eco de la “necesidad de una adecuada formación y preparación” de todos los actores implicados en la pastoral familiar, seminaristas y sacerdotes incluidos, vuelve a insistir en “la urgencia de una presentación renovada de la profundidad, centralidad e importancia” de la preparación al matrimonio.

Publicado en el número 3.015 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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