El éxito de ‘Patria’ o ‘El eco de los disparos’ manifiesta la necesidad de los intelectuales de mostrar las huellas de 40 años de terrorismo
JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | A finales de 2001, apareció en España un libro-testimonio escrito en 1939, Historia de un alemán (Destino). Lo firmaba el historiador Sebastian Haffner, en realidad Raimund Pretzel, un berlinés nacido en 1907 y exiliado en Inglaterra en plena ebullición del nazismo. Aquella crónica de la Alemania de Hitler tuvo una notable acogida en su traducción española, pero donde se convirtió en un gran éxito fue en el País Vasco.
- Lo que no se sabe de la Iglesia y ETA, por José Lorenzo
- EDITORIAL: La tarea de la paz en el País Vasco
- En el Año de la Misericordia: camino a la reconciliación en el País Vasco
Haffner no hablaba de campos de concentración ni tan siquiera del exilio –como hicieran Ana Frank o Paul Steinberg–, sino de la vida cotidiana. De los silencios de los vecinos, de las amenazas en la escalera, de los amigos que te dejan de hablar, de la dictadura de la violencia, de los compañeros de trabajo que evitan saludarte porque no eres, ni piensas, como un nazi. Donde Haffner hablaba de nazismo, el lector vasco quería leer movimiento aberzale. Lo más insoportable de los años de plomo y asesinatos de ETA fue el miedo a vivir el día a día.
El novelista Raúl Guerra Garrido –que padeció la persecución aberzale y las amenazas de muerte– decía por ello: “No quiero el perdón de un terrorista, sino que hablen los que callaron”. Eran aquellos tiempos en los que en el País Vasco había –como decía Fernando Savater– escritores y escritores con escolta. Ciudadanos y ciudadanos amenazados, en definitiva.
Ahora, los que callaron encuentran por fin su audiencia, sus lectores. Aunque, como afirma Fernando Aramburu, todavía falta para que se pueda hablar de la “derrota literaria” de ETA. “Falta literatura de calidad, pues no de otra cosa se trata sino de contribuir a que prevalezca una versión escrita del terrorismo que desenmascare otras que lo justifican y que han sido –o serán– pensadas para glorificar al asesino, convertirlo en héroe, incluso en víctima obligada a agredir y matar. El arma para lograr esa derrota es la palabra en su excelencia ética y estética”, explica el escritor tras el éxito de su novela Patria (Tusquets), la historia de dos íntimas familias separadas por el conflicto vasco y testimonio de cuarenta años de deriva fascista en Euskadi.
La profesora de Literaturas Hispánicas en Estados Unidos Edurne Portela ha examinado en El eco de los disparos. Cultura y memoria de la violencia (Galaxia Gutenberg) el rastro de la violencia de ETA en la sociedad. Pero también de los que vieron, oyeron y callaron. “No me gusta hablar en términos de ‘derrota’ o ‘victoria’. Lo verdaderamente importante es centrarnos en elaborar una cultura –literatura, cine, arte– que nos hable de aquellas partes del problema vivido en Euskadi que han sido menos exploradas y tratadas, un problema cuyos protagonistas no son solo las víctimas de ETA o la propia banda, sino el conjunto de la sociedad vasca”, explica Portela.
El comportamiento de la Iglesia
Afincado desde hace un par de décadas en Alemania –en donde ejerce de profesor de español–, Aramburu también habla en su novela de un tema que se ha tergiversado –y mucho–, como es el comportamiento de la Iglesia vasca ante ETA.
En Patria, es el cura don Serapio quien apoya a la banda armada. Pero Aramburu aclara: “La Iglesia vasca no es una institución homogénea. Ha habido sacerdotes que fueron amenazados por la banda terrorista y precisaron de escolta. Son, ciertamente, una minoría. Otros muchos profesaron, y todavía lo hacen, la ideología nacionalista y, en momentos atroces, no tuvieron la menor sensibilidad para ejercer la misericordia con las víctimas del terrorismo. A este tipo de ministros del Señor pertenece el eclesiástico de mi novela, personaje que, aunque inspirado en seres reales, en modo alguno representa a la Iglesia vasca en su conjunto”.
Publicado en el número 3.011 de Vida Nueva. Ver sumario
* ¿Quieres seguir leyendo este artículo? Reportaje íntegro en este enlace solo para suscriptores
* Comprar el número suelto en la app de la Revista Vida Nueva nº 3.011: para iPad o en Google Play
LEA TAMBIÉN:
- EDITORIAL: La travesía vasca de la misericordia
- ENTREVISTA: Juan Mª Uriarte, obispo emérito de San Sebastián: “ETA debe entregar las armas”
- ENTREVISTA: Javier Elzo: “La apuesta de la Iglesia debe ser por la reconciliación”
- IGLESIA EN ESPAÑA: Los obispos del País Vasco y Navarra piden sanar las secuelas de la violencia