Jesús Sánchez Adalid: “Los cristianos de Siria somos nosotros mismos”

En tiempos del papa sirio, nueva novela de Jesús Sánchez Adalid, en Ediciones B

El sacerdote y exitoso novelista publica ‘En tiempos del papa sirio’ (Ediciones B)

Jesús Sánchez Adalid, sacerdote y novelista, publica En tiempos del papa sirio, Ediciones B

Jesús Sánchez Adalid: “Los cristianos de Siria somos nosotros mismos” [extracto]

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | Una novela más de Jesús Sánchez Adalid (Don Benito, 1962), pero no una novela cualquiera. Una extraordinaria narración en la que el párroco y novelista está muy presente, muy visible, muy implicado. “Me he sentido muy identificado con esta historia. Y era una gran oportunidad para expresar muchas intuiciones y sentimientos que son muy míos: sobre la historia, sobre los pensamientos de san Agustín, sobre la Filosofía de la Historia. Y toda esta energía, efectivamente, aparece en la obra, y el lector lo nota”, admite. Como el propio san Agustín, Sánchez Adalid demuestra una vez más que es un gran “entendedor del tiempo y de las circunstancias” y que, quince novelas después, nadie como él tiene el don de hacer de la mejor novela histórica emoción, compromiso y sabiduría.

En tiempos del papa sirio (Ediciones B) es un portentoso viaje al origen de lo que le está sucediendo hoy a los cristianos en Siria. “Puede parecer muy pretencioso afirmar algo así, pero es verdad. Y lo he sentido durante todo el tiempo en el que escribía la novela. Un lector occidental y racionalista de nuestro tiempo, cuando ve todo lo que está sucediendo en Siria, cree que son fenómenos extraños y se encuentra ante ellos espantado y atolondrado”, afirma a Vida Nueva.

Pero lo que sucede tiene un origen muy concreto: “¿Por qué sucede esto? Indiscutiblemente, porque hay una raíz histórica. No se han autoproclamado califato porque sí, sino que está basado en otro precedente, y lo que tratan es de borrar estos últimos setecientos años y retrotraerse a la primera dominación islámica. La novela es muy útil y reveladora para poder comprender la expulsión de los cristianos de Siria, el drama que están padeciendo, por qué este movimiento se ha llamado califato… Por supuesto, estamos hablando de una novela, que creo que está muy bien documentada, pero que, como siempre, es un proceso creativo”.

Y una lectura muy necesaria. Por ello, Sánchez Adalid trata de implicar sentimentalmente, en primer lugar, al lector con esa escena con la que comienza la novela: la llegada a Roma de los cristianos hispanos, de los godos que se han visto obligados a exiliarse, huyendo de la invasión musulmana de Hispania. También fuimos exiliados. “Es un episodio muy desconocido, y el primer sorprendido soy yo cuando me encontré el dato real de que los godos, con su líder religioso, Sinderedo, huyeron de la Hispania del siglo VIII y embarcaron por Tarragona hasta llegar a Roma, donde les recibió el papa Constantinus”.

Este papa Constantino es el papa sirio al que alude el título de la novela. “Lo primero que hice cuando conocí que aquel papa era de origen sirio –manifiesta– fue buscar en la documentación. Y encontré que había huido con su familia de Siria siendo niño y que pertenecía a una de esas familias de cristianos de raíz siria, que fueron de los primeros cristianos. Había huido y acabado en Roma. Las crónicas dicen que llegó a haber en aquella época cuatro papas de origen sirio, otros dicen que seis”.

Testimonio del exilio

La novela es un testimonio de ese exilio que hace en primera persona uno de los personajes, Efrén, sirio, cristiano de Damasco, nacido en el barrio de Bab Tuma, el mismo en el que vivieron san Pablo y santo Tomás: “Y, como si volvieran los peores tiempos de la historia, la ira vino a recaer sobre los barrios cristianos. Padecimos terribles tribulaciones: persecución, maltrato, hambre, muerte y desolación”, escribe el autor en las primeras páginas.

Como ahora, entonces fueron testigos de expolios y asesinatos solo por su fe. “No solamente eso, sino también de la sensación de que toda una antigua cultura de raíz cristiana, romana, bizantina, estaba siendo aniquilada –explica Sánchez Adalid–. Ellos vivían en el mismo territorio donde siglos antes se había gestado el primer cristianismo. San Pablo sufre la conversión camino de Damasco. Los cristianos de Damasco siempre han sido muy conscientes de que su barrio, Bab Tuma, es el barrio cristiano más antiguo del mundo”.

Sin embargo, acogemos a los sirios, ahora, como unos desconocidos, como unos extranjeros, cuando forman parte de la raíz cultural y religiosa de Europa. “Por eso esta novela es tan reveladora –insiste–. No solo es el caso de los cristianos sirios; nosotros mismos llevamos hablando muchas décadas de la dominación islámica de España, de las maravillas arquitectónicas que nos dejó, de la tolerancia con todos sus mitos…, pero no podemos olvidar que aquel ejército musulmán que invadió España venía directamente desde Damasco”.

En el drama, sin embargo, Sánchez Adalid insiste en la esperanza, quizás el aura que ilumina toda la novela. Es lo que desprende, por ejemplo, la paz interior, la alegría, con la que Efrén llega a aquella Roma del siglo VIII. Es un hombre lleno de esperanza. “El lector –al menos esas son las sensaciones que yo he tenido– tiene que mirar hacia el pasado para reconocerse. Nada ha empezado ayer, todo viene de anteayer, ni mucho menos de hoy. Como escribe maravillosamente san Agustín en La ciudad de Dios, que es la primera reflexión sobre la Filosofía de la Historia, la Historia, con sus épocas convulsas, con sus bienes y con sus males, trae ya un camino. Y, aunque dando vueltas, se acoplará al plan de Dios. Hay que mirar al pasado sin asustarse y al futuro con esperanza”.

La esperanza de Efrén es la misma esperanza de muchos de los exiliados, de los migrantes, como hoy se les llama, que cruzan el Mediterráneo. “Hemos visto imágenes emocionantes, como, por ejemplo, la liberación de algunos territorios que habían estado sometidos al Daesh –concluye Sánchez Adalid–. Y nos hemos dado cuenta de que esos cristianos somos nosotros mismos. Y tenemos una obligación de sentirnos conectados con ellos, porque nuestra historia es la misma”.

En tiempos del papa sirio, nueva novela de Jesús Sánchez Adalid, en Ediciones B

De la esperanza y del papa Francisco

Cuando habla Constantinus, el papa sirio, Sánchez Adalid pensaba siempre en el papa Francisco, en lo que ha dicho y en lo que podría decir. Por ejemplo, al papa sirio le hace proclamar de aquellos cristianos godos, de aquellos hispanos exiliados en Roma: “Las desgracias de los cristianos, sean de donde sean, son nuestras propias desgracias –escribe en la novela–. Estamos obligados a compartir los dolores de nuestros hermanos en la fe. No poseemos ejércitos, ni barcos para correr a auxiliar a la pobre gente hispana. El enemigo es poderoso… Pero no podemos estarnos de brazos cruzados ante esta gran tribulación de los godos. Debemos meditar, orar y descubrir qué podemos hacer. Es nuestra sagrada obligación”.

Semejanzas, guiños, entre aquel papa Constantinus y el actual papa Francisco. Sánchez Adalid lo admite: “Yo creo que Francisco es muy sabio y ¡se hace entender tan bien! Creo que el Papa entiende perfectamente la vida; no quiero decir que otros no, pero a este se le entiende muy bien. Y él está comprendiendo muy bien, en el fondo de su corazón, en el fondo de su alma, lo que le está sucediendo al mundo. Y lo quiere transmitir. Y transmite adviento y esperanza a la cristiandad. Porque es consciente de su capacidad de liderazgo y de que sus palabras no caen en saco roto, nunca. Porque las escuchan creyentes y no creyentes, cristianos y no cristianos. Es muy consciente de su responsabilidad histórica”.

Publicado en el número 3.010 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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