El Papa y Maduro sorprenden a todos, incluso a la Iglesia venezolana

La inesperada audiencia coincide con la convocatoria de una Mesa de Diálogo

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, y Georg Ganswein, prefecto de la Casa Ponticia al llegar a audiencia privada con papa Francisco en el Vaticano 24 octubre 2016

Maduro con Gänswein a su llegada a la cita en el Vaticano

JOSÉ LUIS CELADA | En privado y por sorpresa. Así fue la audiencia de una media hora que mantuvieron en el Vaticano, el pasado 24 de octubre, el papa Francisco y el presidente venezolano, Nicolás Maduro. Mientras aparecían las primeras imágenes del mandatario llegando a la cita, en Venezuela “la sorpresa era general, también en círculos eclesiásticos”, revela una fuente cercana a Vida Nueva. Y es que, a su juicio, que esta audiencia haya “pillado sin mayor información a los obispos” resulta “preocupante”, pues uno de los objetivos del Gobierno es “sacar de foco” a los prelados.

La nota vaticana recuerda que “el Papa, que tiene en el corazón el bienestar de todos los venezolanos, quiere continuar ofreciendo su contribución a la institucionalidad del país y a cada paso que ayude a resolver las cuestiones pendientes y a crear mayor confianza entre las partes”. Bergoglio –que ya se había reunido con Maduro en junio de 2013– le pidió esta vez que “retome con valentía el camino del diálogo sincero y constructivo, para aliviar el sufrimiento de las personas, primero de los pobres”, y que impulse “la promoción de un clima de renovada conexión social, que permita mirar con esperanza el futuro de la nación”.

El diálogo nacional

El presidente, por su parte, en declaraciones al canal Venezolana de Televisión (VTV), manifestó su agradecimiento al Papa, con quien mantuvo “una excelente conversación, muy cálida”. Y calificó su audiencia de “extraordinaria, profunda, muy espiritual y muy humana”, antes de anunciar que ese lunes 24 se había convocado en Caracas una Mesa de Diálogo con representantes del Gobierno y de la oposición y un enviado papal, Emil Paul Tscherrig, nuncio apostólico en Argentina.

En rueda de prensa, este emisario dio por iniciado “el diálogo nacional” con el objetivo de “establecer las condiciones para convocar una reunión plenaria en isla Margarita el día 30 de octubre” en presencia de UNASUR y los expresidentes Leonel Fernández (República Dominicana), Martín Torrijos (Panamá) y José Luis Rodríguez Zapatero (España).

Sin embargo, a juicio de la citada fuente, la expresión usada por Tscherrig “no fue muy feliz, pues se trata solo de una reunión de exploración”.

También el presidente del Episcopado, Diego Padrón, aclararía luego que no se ha iniciado ningún diálogo, sino que simplemente se busca la posibilidad de sentarse a dialogar. De hecho, nuestro interlocutor defiende “la gran importancia del lenguaje”, pues la palabra diálogo “tiene una carga negativa porque en el pasado no se llegó a nada”. “Lo que al parecer se pactó –añade– es que el Gobierno no interferiría en las manifestaciones de la oposición”.

Si bien el nuncio argentino desveló que el encuentro entre las partes transcurrió “en un clima de respeto, cordialidad y voluntad política para hacer avanzar este proceso”, lo cierto es que se produjo en vísperas de una nueva Toma de Venezuela, prevista para el miércoles 26. Una movilización que el ex candidato presidencial y opositor Henrique Capriles amenazó con prolongar durante varios días. Así las cosas, aunque confía en equivocarse, la fuente consultada teme que esto vaya “por el mismo camino de los diálogos anteriores, ganar tiempo, pues la agenda tienen que ponerla ellos, que son los que tienen que ceder”. Y concluye con una petición fundamental: “Respeto a la institucionalidad y la democracia, con todo lo que eso implica”.

Publicado en el número 3.009 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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