“Espaldarazo” de Roma a la Iglesia española

cardenal Pietro Parolin secreario de Estado vaticano visita España sede de la CEE 14 octubre 2016

El cardenal Blázquez y otros arzobispos valoran para VN el encargo de Parolin de ser “discretos y eficaces”

cardenal Pietro Parolin secreario de Estado vaticano visita España sede de la CEE 14 octubre 2016

JOSÉ LORENZO | Poco más de 20 horas duró la estancia del secretario de Estado Pietro Parolin en España, los días 14 y 15 de octubre. Entre otros encuentros, mantuvo dos muy significativos con los obispos, primero en la sede de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y luego en la Nunciatura, donde alabó la discreción y efectividad de la Iglesia española en estos momentos tan complicados, palabras que han sido interpretadas como un “espaldarazo” del papa Francisco a la línea pastoral seguida por el cardenal Ricardo Blázquez al frente del Episcopado español.

Esas palabras, que han marcado su estancia, las pronunció ante las preguntas de los periodistas, a quienes quiso saludar en la sala de prensa antes de leer su conferencia en el aula de la Asamblea Plenaria, reservada para los obispos y otras personalidades invitadas expresamente. “Eminencia, ¿cómo ve la situación de la Iglesia en España hoy? ¿Cómo se ven sus principales retos y desafíos desde Roma?”, le preguntó Vida Nueva. “Oh, esta es una pregunta que necesitaría horas para contestarla –afirmó con una ironía que provocó la sonrisa de los presentes–, pero diría que, en general, para responder brevemente, [se ve] con mucha simpatía por lo que está pasando aquí. El papel de la Iglesia en España es el papel de la Iglesia en toda Europa: cómo revitalizar una sociedad en la que, por muchos aspectos, ya no es cristiana, sino poscristiana. Pero la presencia que la Iglesia española tiene en medio de la sociedad es una presencia, en mi impresión personal, que es muy discreta pero muy efectiva, y esa creo que es la línea que tiene que seguir también en los próximo años”.

Blázquez: “Aliento y estímulo”

“Tengo que reconocer que, cuando escuché estas palabras al cardenal secretario de Estado del Papa, me sentí muy alegre y muy confortado”, señaló más tarde el cardenal Blázquez a esta revista. Y las escuchó nítidamente, pues estaba a su derecha, acompañado también del vicepresidente de la CEE, Carlos Osoro, del secretario general, José María Gil Tamayo, y del nuncio Renzo Fratini.

“Además –abundó el arzobispo de Valladolid en sus declaraciones–, el cardenal Parolin terminaba diciendo que este es el camino de la Iglesia, de modo que para los obispos, pero para mí en concreto, fueron unas palabras de aliento y estímulo a proseguir en esta perspectiva, con una presencia ciertamente en la sociedad. Porque hay que estar presentes, no ocultos, no lejos, presentes, pero con una presencia que sea discreta y humilde, que sea amable, que sea tal que las personas puedan reconocer, pero nunca con un sentimiento de imposición, sino que sea una presencia amable”. (…)

No fue únicamente Blázquez quien entendió esas palabras como el “aliento” a una línea que no todos los obispos comparten, añorantes de una presencia más incisiva en medio de la sociedad.

“Estamos actuando conforme al Evangelio”

“Es un espaldarazo, en un momento delicado, a la actuación de la Conferencia Episcopal y a sus pronunciamientos doctrinales en diversos temas”, señaló a esta revista el arzobispo de Zaragoza. Para Vicente Jiménez, la de la Iglesia española está siendo “una misión discreta, pero como pastores estamos actuando conforme al Evangelio, sin meter mucho ruido. Y pensamos que de manera eficaz, porque creemos que es mejor no hacer muchas manifestaciones e ir trabajando discretamente, pero en la línea que marca el papa Francisco y en la línea que necesita la sociedad española”. (…)

Por su parte, Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, explica que esa “discreción” que subraya Parolin “es estar, pero en segundo lugar, un poco como la Virgen María, la madre de la Iglesia, que está acompañando a los apóstoles. Ella mantiene la comunión y la fortaleza, pero no es la protagonista. Nosotros trabajamos entre bambalinas. Este es un papel discreto pero muy eficaz que, al final, es lo que va suavizando y ayudando al bien común”. (…)

Joan-Enric Vives, arzobispo de Urgell, cree que en esa actitud “se debe incluir desde Cáritas y Manos Unidas a los misioneros, a los miles de catequistas y la presencia desde las parroquias y las escuelas. No solo nos corresponde a los obispos. Es una presencia más ‘coral’ y más ‘sinfónica’ la que actualmente ofrece la Iglesia en España. Y a mí me parece más acertada que griteríos, descalificaciones o autoritarismos. No vale la excusa de estar presentes a cualquier precio o de cualquier manera”.

Publicado en el número 3.008 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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