Una vida de película

La canonización del Cura Brochero es una acontecimiento histórico. Como forma de homenaje, pero con el fin de darlo a conocer, se estrenó Cura Brochero, la película.

 

 

Octubre de 2016 será recordado como el mes en que José Gabriel del Rosario Brochero se convirtió en el primer santo “cien por ciento” argentino. Y también como la fecha en que el Cura Gaucho –que realizó la mayor parte de su tarea pastoral en la postergada región de Traslasierra (Córdoba) hasta los albores del siglo XX– llegó a la pantalla grande.

Cura Brochero, la película es el nombre del film que se estrenó en numerosas salas del país en vísperas de la canonización de Brochero, el último 16 de octubre en Ciudad del Vaticano. Producido por la Asociación Civil Maranatha, es una ficción que narra íntegramente la vida del flamante santo utilizando el recurso de “la película dentro de la película”, es decir dos historias que se van contando de manera paralela, en dos planos temporales, a medida que avanza el rodaje: en la actualidad, la del actor que interpreta a Brochero –Luciano, en la ficción; Pablo Tolosa en la vida real– y, en las postrimerías del siglo XIX, la del propio Cura Gaucho.

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“Se trata de una productora que está haciendo una película sobre la vida del Cura Brochero y la quiere estrenar durante su beatificación. Entonces, contrata a un actor que no cree en nada, que acepta el rol por necesidad, por interés económico, y está constantemente cuestionando la santidad de Brochero”, explica la directora y coguionista de la película, Lorena Chuscoff, en una entrevista con Vida Nueva.

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“Mientras esto sucede, a través de su actuación, el mismo Brochero comienza a interpelarlo, y Luciano –de 40 años, con una vida conflictiva y desordenada– empieza a cuestionarse un montón de cosas”, agrega.

“Por eso, vamos pasando de escenas de actualidad a escenas de época en las que vemos a Brochero en toda su tarea pastoral y social”, puntualiza la cineasta.

Cura Brochero, la película tiene varias particularidades. La primera es que la idea original era realizar un cortometraje documental. Pero el entusiasmo y la colaboración de la gente que “quería ver plasmada en ficción la vida de Brochero hizo que se transformara en una película de 93 minutos que cuenta toda su historia”, señala la cordobesa Chuscoff.

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Otra “rareza” es que la productora, Maranatha, no es una empresa que se dedica al cine, sino una asociación civil sin fines de lucro que nació en 2010 en la ciudad de Córdoba con el fin de promover valores humanos y cristianos entre los jóvenes, fundamentalmente por medio de la producción de contenido audiovisual.

“Aun así todo fue nuevo para nosotros. No teníamos un peso, ni la idea de cómo hacerlo. Fue todo de cero y nos llevó dos años y medio de trabajo. Primero pusimos en marcha el financiamiento colectivo (crowdfunding) a través de la venta de acciones. A cambio, las personas recibían un mate que decía ‘yo soy productor de la película del Cura Brochero’”.
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“Si bien se recaudó poco, fue importante la participación de la gente que sacaba de lo poco que tenía en el bolsillo para colaborar. Eso nos sostuvo, esa gente nos ayudó a alcanzar la meta”, afirma Chuscoff. Maranatha recibió luego un subsidio que hizo posible la post-producción y finalizar la película.

La directora destaca que las donaciones no fueron solo de dinero. “Muchos decían, ‘yo soy maquilladora, doy mi tiempo’, o ‘puedo donar o arreglar este vestuario’. La mayor parte de esta producción se hizo así, dando lugar a todos los que querían participar: a artistas que querían pintar un cuadro, a actores que querían hacer de extras. Incluso hubo una religiosa, directora de un colegio de Córdoba, que hizo de extra en una escena porque no quería quedar fuera de la película”.

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Se trata de un film cordobés de pura cepa. En él aparece un personaje serrano entrañable como “Doña Jovita”y también actúa Azucena Cardona, actriz emblemática de la ciudad mediterránea. Se escuchan además las voces de los locutores Rony Vargas y Mario Pereyra, de la radio Cadena 3. “Tratamos de dar lugar a gente que era reconocida a nivel nacional para que la película fuera un producto bien de Córdoba como lo fue el Cura Brochero, quien está muy arraigado en el corazón de todos los cordobeses”, sostuvo Chuscoff.

“La idea –agrega la coguionista junto a Pablo Gómez– es que la película interpele a todos los que la están viendo, que les genere preguntas”.

Habrá que verla, nomás.

MARCELO ANDROETTO

 


El Cura Gaucho va al cine

Cura Brochero, la película se estrenó en las principales ciudades del país –salvo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires– el jueves 13 de octubre, como así también en diversos puntos del interior de la provincia de Córdoba. Para una semana más tarde está prevista la presentación en importantes salas de otras localidades argentinas. Si bien en un primer momento el film no figurará en la cartelera de los cines porteños, sí lo hará en algunos lugares cercanos a la Capital Federal, como San Justo, Quilmes, Moreno, Temperley y el complejo Unicenter.

La productora Maranatha advierte que la continuidad de la exhibición de la película dependerá del número de espectadores que la vean cada semana, por lo que insta a comprar una entrada para “acompañar esta iniciativa para que todos conozcan la vida del primer santo argentino”.

En www.curabrocherofilm.com.ar se sugiere llenar un formulario pidiendo que el film llegue a la ciudad del solicitante, en el caso de que no lo haya hecho aún. En realidad, no se trata de la primera película sobre la vida de Brochero, aunque sí la primera desde que se inició el proceso que lo llevó a los altares: en 1941 se estrenó en Argentina “El Cura Gaucho”, dirigida por Lucas Demare y con el reconocido Enrique Muiño en el rol estelar.

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