Ramon Llull, a un peldaño de ser doctor y santo

una muestra de la exposición Ramon Llull: 700 años de misión en Roma 2016

El Papa quiere hacerlo y “el proceso va a buen ritmo”, adelantan a Vida Nueva

Ramon Llull, laico mallorquín siglos XIII-XIV, filósofo, poeta, místico, teólogo y misionero

Retrato de Ramon Llull del ‘Electorium parvum seu Breviculum’

Ramon Llull, a un peldaño de ser doctor y santo [extracto]

DARÍO MENOR (ROMA) | El papa Francisco tiene previsto canonizar y declarar doctor de la Iglesia universal al mallorquín Ramon Llull, convirtiéndolo así en el primer laico en obtener esta distinción que reconoce a los maestros de la fe y que han recibido solo 36 personas en dos milenios de historia eclesial. El último en sumarse a esta prestigiosa lista fue el armenio san Gregorio de Narek el 27 de febrero de 2015.

Aunque los tiempos no están aún definidos, Jorge Mario Bergoglio ha expresado su deseo de elevar a los altares al beato, cuyo proceso se está desarrollando a buen ritmo, según ha podido saber Vida Nueva. Además, será una declaración conjunta, como santo y como doctor de este intelectual, predicador y teólogo nacido en 1232 y fallecido en 1316. Considerado el padre de la lengua catalana, fue calificado como beato desde la Edad Media por los fieles, aunque hubo que esperar hasta 1850 para que Pío IX lo beatificara oficialmente y permitiera así su veneración a nivel local.

El pasado 5 de octubre, Sebastià Taltavull, obispo auxiliar de Barcelona y administrador apostólico de Mallorca, viajó a Roma para presentar la muestra Ramon Llull: 700 años de misión, que puede visitarse en el Palacio de la Cancelleria hasta el 20 de noviembre, y aprovechó para encontrarse con el Papa durante la tradicional audiencia general de los miércoles. A la misma acudió también una delegación del Gobierno balear, que transmitió al Pontífice el deseo de que el mallorquín sea canonizado y proclamado doctor de la Iglesia. De este grupo formaban parte la presidenta del Parlament balear, Xelo Huertas; el presidente del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat; y el director general de Relaciones Institucionales, Josep Enric Claverol, entre otros.

Al final de la audiencia, Taltavull tuvo oportunidad de saludar y charlar un rato con Francisco. “Le expliqué todo lo que significa el aniversario y le hablé de la exposición. Aproveché, además, para entregarle una imagen de Llull en madera. El Santo Padre está muy enterado y ha seguido todo el proceso”, dice Taltavull a esta revista. Con su eventual declaración como doctor de la Iglesia, serían cuatro los españoles que han recibido esta distinción, de la que ya gozan san Isidoro de Sevilla, santa Teresa de Jesús y san Juan de Ávila.

exposición Ramon Llull: 700 años de misión en Roma 2016

La muestra ‘Ramón Llull: 700 años de misión’ está en el Palacio de la Cancelleria de Roma

“El Papa me mostró que está muy interesado en la canonización de Llull, pero no hablamos de plazos. También tratamos la declaración como doctor de la Iglesia. Me dijo que se haría conjuntamente, pues todo va unido”, asegura también Taltavull, en unas declaraciones que coinciden con la versión aportada a este semanario por una fuente que prefiere mantener el anonimato.

Esta ocasión era la primera vez que Taltavull podía encontrarse con el Papa tras su designación, el pasado 8 de septiembre, como administrador apostólico de Mallorca. “Se nota perfectamente que Francisco conoce bien la figura de Llull, que está muy informado y que le han debido de pasar muchos informes sobre él. Mi impresión es que cuenta con un conocimiento profundo de quién fue y de lo que significa”. En esta conversación, el Papa y Taltavull coincidieron en el gran valor que tendría la canonización y la declaración como doctor de la Iglesia del poeta mallorquín. “Llull sería el primer doctor laico. Aunque esté revestido de ‘franciscanismo’, no hay que olvidar que era laico. Para la Iglesia sería un paso muy importante”, subraya el también obispo auxiliar de Barcelona.

Una figura universal

Llull viajó de forma incansable por Europa, Oriente Medio y el norte de África para dar a conocer el cristianismo y dialogar con fieles de otras religiones. Como explica el teólogo Jordi Gayà, uno de los mayores expertos en la obra llulliana, el proyecto del filósofo balear para conseguir una “comunidad de paz” sigue hoy vigente. Esta se alcanzaría a través del diálogo, la contemplación, el respeto a las opiniones diferentes, la comprensión razonada de la propia fe, el rechazo a la violencia y el conocimiento de las opiniones de los demás.

“Llull sería el santo y el doctor del diálogo interreligioso. Con su vida y sus escritos nos da una lección a quienes vivimos en el momento actual. Nos pide una limpieza de corazón para hablar con las otras religiones”, sostiene Taltavull. No en vano, al mallorquín se le conocía con el apodo de Raimundus Christianus Arabicus (Ramón el árabe cristiano).

El proceso de canonización de Llull entró en su fase final cuando, en noviembre de 2014, el delegado diocesano para la Causa de los Santos, Gabriel Ramis, entregó en el Vaticano la positio, según informó en su momento el diario mallorquín Última Hora. El entonces obispo Javier Salinas acudió a Roma tres meses después liderando una peregrinación de fieles de su diócesis para pedirle a Francisco que escuchara “el clamor que llega desde Mallorca” para que hiciera santo al intelectual balear. Aseguró entonces que el ascenso a los altares estaba “más cerca que nunca”.

una muestra de la exposición Ramon Llull: 700 años de misión en Roma 2016

Una pieza de la exposición

Quedaban ya superadas las polémicas que lastraron la proclamación como santo de Llull desde el siglo XV debido a que Nicolás Aymerich (1316-1399), inquisidor general de la Corona de Aragón, denunció que algunas de sus obras caían en la herejía. Posteriormente se demostró que al poeta y teólogo se le atribuyeron creaciones que no eran suyas.

Muy reivindicado en Cataluña, donde diversas instituciones educativas llevan su nombre, su figura resulta universal debido a su empeño por el diálogo entre creyentes de diversas religiones. “Su canonización, que deseamos ver hecha realidad muy pronto, ayudaría a abrir los ojos a un nuevo camino de comprensión de la vida. La declaración como doctor de la Iglesia haría igualmente un gran servicio al diálogo fecundo entre pensamiento y fe, tan necesario hoy en nuestra sociedad”, sostiene el administrador apostólico de Mallorca.

Como obispo de Roma, Francisco cuenta con la autoridad para declarar santo a Llull sin que exista una sanación inexplicable para la ciencia por medio de su intercesión. Ya echó mano de esta prerrogativa Bergoglio con Juan XXIII, canonizado junto a Juan Pablo II en abril de 2014, y con otros dos españoles: el jesuita canario José de Anchieta y el franciscano mallorquín Junípero Serra. Si decidiera optar por esta vía, contaría con el sostén de su memoria, que sigue hoy muy viva.

Dos buenos ‘padrinos’ en la Curia romana

Ese infatigable viajero que fue Ramon Llull tiene al menos dos buenos padrinos en la Curia romana. El primero de ellos es el arzobispo Luis Francisco Ladaria Ferrer, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, nacido también en Mallorca. El segundo es el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, quien en su artículo de opinión en el número 3.001 de Vida Nueva desvelaba la devoción que sentía Umberto Eco hacia Llull y daba las claves de esta atracción: “Nacía de la imparable versatilidad de este escritor dotado de una mente genial e insaciable, de su apertura al diálogo interreligioso, sobre todo con el islam, de su frenética creatividad y de su inquieta existencia, que le llevó incluso a abandonar a su familia. Su vida fue un itinerario incesante, pues sus viajes le llevaron de Mallorca a París, de Montpellier a Roma, de Génova a Chipre, pasando por Argel, Pisa, Viena, Messina…”. También dejaba Ravasi esta última recomendación: “La lectura de los versos de Llull está abierta a todos, creyentes o personas en búsqueda de un más allá o de un ente que esté por encima de nuestros límites, pero que también esté disponible al encuentro”.

Publicado en el número 3.007 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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