“No se puede cerrar el corazón a un refugiado por miedo al terrorismo”

niñas iraquíes refugiadas hablando con una policía detrás de una valla en un centro de detención de inmigrantes en Grecia

Los delegados de Migraciones europeos celebraron en Madrid su congreso anual, con el foco en la integración

niñas iraquíes refugiadas hablando con una policía detrás de una valla en un centro de detención de inmigrantes en Grecia

“No se puede cerrar el corazón a un refugiado por miedo al terrorismo” [extracto]

RUBÉN CRUZ | Imposible lavarse las manos. El cardenal arzobispo de Zagreb, Josip Bozanic, abrió el Encuentro de directores de las delegaciones de Pastoral de los Migrantes de las conferencias episcopales europeas. Y fue tajante. Sin paños calientes indicó que “en estos tiempos no hay espacio para ninguna hipocresía: todos estamos llamados a colaborar”. Madrid acogió el encuentro anual que se celebró del 26 al 27 de septiembre. Tras haber afrontado el pasado año la cuestión de la acogida, este año se ha dado un paso más para dar respuesta a los desafíos de la integración de estas personas en Europa.

¿Está Europa actuando bien ante el nuevo drama que azota al Viejo Continente? “Los políticos europeos no están siendo claros: deberían hacer más presión por la paz”, indica a Vida Nueva el secretario general del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), Duarte da Cunha, durante la cena con jóvenes africanos que tuvo lugar, en el marco del encuentro, en la Casa San Ignacio. “La clase política –añade– no está consiguiendo la colaboración entre los distintos países para tratar la integración de los refugiados”.

Sin embargo, la sociedad, pese al miedo, “está concienciada de salir al encuentro, porque Europa es todavía muy sensible a los valores cristianos”. Esto se hace patente en “la cantidad de gente que se sube a un tren para ir hasta los lugares donde hay refugiados y ayudar”.

En la misma cena que mantuvieron algunos migrantes con los obispos y directores de la pastoral de Migrantes, Luis Okulik, secretario de la comisión Caritas in Veritate del CCEE, se refirió al miedo por el terrorismo. Al ser preguntado sobre el temor de que entren en Europa terroristas con estatus de refugiado, indica que “es cierto que es un riesgo y que puede ser un peligro, pero no se puede cerrar los ojos y el corazón a una persona necesitada, solo por el temor de que me pueda causar algún daño”. Sobre la misma cuestión, Da Cunha considera que “Europa no va a hacer bien las cosas con miedo. Hay que acoger. Puede ser que vengan personas con malas intenciones, y la policía tiene que prestar atención, pero no podemos generalizar”.

Conciencia social

En relación a la integración, Okulik advierte que “lo que puede estar faltando es una mayor disponibilidad para hacer que estas personas puedan entrar a participar plenamente en la vida de los europeos”. Y en este punto, la Iglesia “juega un rol muy importante, ya que sensibiliza a la sociedad con su trabajo y crea una conciencia social. Y esto es fundamental para que no se pierda de vista algo que hizo grande a Europa: su extraordinaria capacidad de responder humanitariamente a la necesidad de otros pueblos”.

Okulik llamó a los políticos a afrontar esta crisis con misericordia: “Si se inspiran en la misericordia, tomarán buenas decisiones”. Al respecto, Da Cunha insiste en la necesidad de que “la gente que ha experimentado la misericordia en su vida se meta en política”.

Ante los últimos atentados en Francia, Francisco ha sido claro al afirmar que no se trata de una guerra de religiones. “La religión no es y no puede ser el problema”, afirma Okulik. “Francisco, con gestos como hablar con políticos u ocuparse de los necesitados, está enseñando al mundo que a una guerra en pedazos se responde con una paz en pedazos”.

Publicado en el número 3.005 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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