Entidades de Iglesia en la ONU: “Los refugiados no necesitan declaraciones, sino comer”

rey Felipe VI en la cumbre extraordinaria de la ONU 20 septiembre 2016

Aprovechan la cumbre extraordinaria en Nueva York para pedir una respuesta “efectiva”

rey Felipe VI en la cumbre extraordinaria de la ONU 20 septiembre 2016

También el rey Felipe VI ha intervenido en esta cumbre de la ONU

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | El 19 de septiembre, en una cumbre extraordinaria en Nueva York, la ONU buscó al fin dar una respuesta a la crisis de los refugiados y desplazados, ante la que ya es la mayor catástrofe humanitaria de la historia, con 65 millones de víctimas.

Sin embargo, más allá de la fuerza de los mensajes transmitidos en la asamblea (al día siguiente, otra reunión impulsada por EE.UU., Canadá, Alemania, Etiopía, Jordania y México consiguió que otros 11 estados de cuatro continentes se comprometieran a destinar más fondos y medios para la acogida en sus fronteras), queda la desazón habitual con las cuestiones humanitarias en Naciones Unidas: la cita no era vinculante, dado que las políticas migratorias están en manos de los respectivos estados.

La cumbre sí sirvió para que las principales entidades dedicadas a la atención de migrantes aprovecharan el foco mediático en Nueva York para recalcar con más fuerza aún su mensaje. Entre las eclesiales, resonó de un modo especial el comunicado conjunto de Cáritas Internacional y el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR).

En él, se congratulan de la “responsabilidad compartida” asumida en la ONU ante este reto. Sin embargo, denuncian, “nos preocupa la brecha que existe entre dichas declaraciones y las políticas y prácticas en vigor en el terreno”. Tras constatar que se ha convertido en costumbre que luego no se concrete lo aprobado por parte de los países, reclaman “un verdadero cambio”, “efectivo”, que “asegure la protección, seguridad y dignidad” de migrantes y refugiados. Eso conlleva repensar incluso “la definición de funciones entre la ONU como coordinadora y la sociedad civil como implementadora”.

En declaraciones a Vida Nueva, Amaya Valcárcel, representante del SJR, abunda en esto: “La cumbre es una declaración de principios, pero no tiene fuerza legal, por lo que hay un gran salto entre la declaración y la realidad que día a día viven los refugiados. Esto es lo que nos preocupa: los migrantes forzosos no necesitan otra declaración dentro de dos años, necesitan hoy comida, agua, educación”.

Analizando la situación en Europa, Valcárcel también se muestra escéptica: “Vemos también una gran brecha entre esta declaración y las políticas que la UE aplica: políticas de rechazo al refugiado y de una total violación del derecho internacional y regional. Todos los esfuerzos y los fondos se ponen en no permitir entrar, en dejar al refugiado lejos de nuestra vista, para no tenerlo que deportar. Esta es la tendencia. Es urgente revertirla y aplicar el derecho existente: permitir el acceso al derecho de asilo a través de canales legales y seguros”.

En España, Cáritas, CONFER y Justicia y Paz emitieron otro mensaje en el que se suman a la llamada a “revisar el sistema” para que lo acordado en la ONU se concrete en medidas que comprometan a los estados. La Delegación de Migraciones de la Conferencia Episcopal también se pronunció en un comunicado. Además de seguir la misma línea del resto de entidades eclesiales, en el sentido de pedir que se articule una respuesta efectiva, real y concreta, denuncia, como ejemplo de incumplimiento de la legislación internacional, “las devoluciones sumarias en nuestras fronteras en estos días”.

Contra el muro de Calais

Las Cáritas del Reino Unido y Francia han salido al paso del proyecto de construcción por parte de sus países de un muro de cuatro kilómetros con alambradas ante el túnel de Calais, que se abre al Canal de la Mancha. Este paso, además de unir ambos territorios, es el lugar donde viven hacinados entre 7.000 y 9.000 refugiados. Tan dramática es la situación del improvisado campamento levantado allí desde hace más de un año, que ya se le conoce popularmente como La Jungla.

En un reciente comunicado, la Cáritas inglesa manifiesta su “profunda preocupación” por el muro de Calais. Y es que, si bien reconoce “el derecho de los estados a proteger sus fronteras”, reconoce que el camino justo está en “potenciar la solidaridad” y “garantizar la dignidad humana” de quienes se ven privados de todo mínimo derecho. Así, la entidad eclesial llama a cuidar de un modo eficaz el “reagrupamiento familiar”, denunciando que hay muchos niños solos vagando en Reino Unido, sin sus padres, inmovilizados en Calais. También revela que, en estos meses, ha habido 30 muertos en La Jungla, donde cada vez está más extendida la violencia y la prostitución.

Publicado en el número 3.004 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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