Carmen Bernabé: “No se acaba de ver el estudio como un servicio a la Iglesia y a la sociedad”

Carmen Bernabé, nueva directora de la Asociación Bíblica Española septiembre 2016

Nueva directora de la Asociación Bíblica Española

Carmen Bernabé, nueva directora de la Asociación Bíblica Española septiembre 2016

Entrevista a Carmen Bernabé [extracto]

PEDRO BARRADO | Carmen Bernabé Ubieta, profesora de la Universidad de Deusto, es la nueva directora de la Asociación Bíblica Española (ABE), cargo para el que fue elegida en el marco de las XXVII Jornadas Bíblicas de esta institución, celebradas del 30 de agosto al 1 de septiembre en Ávila y en las que participaron 80 especialistas para reflexionar sobre Justicia y misericordia divina en el AT.

PREGUNTA.- Más allá del dato objetivo de que es la primera mujer que dirige la ABE, ¿le parece que es noticia que una mujer dirija una institución más o menos vinculada a la Iglesia?

RESPUESTA.- Los estudios bíblicos y teológicos han sido un coto masculino y clerical. La incorporación de las mujeres a ellos ha sido tardía y difícil, y por eso la elección de una mujer como directora de una asociación bíblica o teológica significa que algo se mueve en sintonía con lo mejor de la sociedad.

P.- En el origen de la ABE, allá por los años 70 del siglo pasado, encontramos nombres tan ilustres como el de Luis Alonso Schökel. ¿Hay actualmente en la ABE biblistas de tanta talla internacional?

R.- Es cierto que Alonso Schökel creó escuela desde su cátedra y sus conferencias, pero también lo es que la generación del posconcilio ha dado lugar a grandes figuras de prestigio y proyección internacional que están en la ABE. Por mencionar algunas: Florentino García Martínez y Julio Trebolle, y sus contribuciones al campo de los estudios de Qumrán y del AT.

P.- ¿Cuáles son los retos a los que se enfrentan hoy las personas que se dedican al estudio de la Biblia de cara a la Iglesia y a la sociedad?

R.- En la sociedad se aprecia una excesiva mercantilización utilitarista un tanto miope del conocimiento y falta una valoración de las humanidades y del estudio. En el caso del ámbito eclesial, lo considerado urgente se impone a lo importante, y la pastoral inmediata acaba por hacer imposible la dedicación seria al estudio bíblico en los curas jóvenes y en las religiosas. No se acaba de ver el estudio como un servicio a la Iglesia y a la sociedad. En el caso de los laicos y laicas, la falta de ayudas y soportes institucionales lo hace más difícil.

P.- El Concilio habló de la Biblia como del alma de la teología. ¿Cree que eso se vive hoy?

R.- Creo que no se ha aceptado realmente lo que supone ese programa. No se terminan de asumir las transformaciones que los resultados de los estudios bíblicos conllevan para la teología sistemática.

P.- La ABE reúne personas de diferentes ideologías, sensibilidades eclesiales y que practican diversos métodos para leer e interpretar la Biblia. ¿Cómo es la convivencia?

R.- La convivencia de distintas sensibilidades eclesiales, teológicas y exegéticas es un gran valor de la ABE. El logro se debe quizás a que se evitan los debates excesivamente ideológicos y al clima de cordialidad que se ha creado.

P.- Hace algún tiempo parece que hubo un intento de limitar los métodos histórico-críticos en el estudio de la Biblia. ¿Cree que sigue siendo inexcusable el empleo de esa metodología?

R.- Los estudios bíblicos utilizan desde hace tiempo una pluralidad de métodos complementarios. El método histórico-crítico resulta cuestionador porque busca comprender el mensaje del texto en su contexto histórico, pero por esa misma razón es imprescindible como paso necesario en el proceso de interpretación para el hoy.

Publicado en el número 3.004 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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