Curso de DSI del Episcopado: una Iglesia “valiente y decidida” para mediar en la crisis social

Ana Pastor, presidenta del Congreso, con los diputados Alicia Sánchez Camacho, José Antonio Bermúdez de Castro y Joan Tardá, en una reunión en el Congreso de los Diputados 12 septiembre 2016

El foro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social reflexiona sobre la urgencia de que los cristianos sean “ciudadanos activos”

Ana Pastor, presidenta del Congreso, con los diputados Alicia Sánchez Camacho, José Antonio Bermúdez de Castro y Joan Tardá, en una reunión en el Congreso de los Diputados 12 septiembre 2016

La presidenta del Congreso, Ana Pastor, con varios diputados, en una reunión en el Congreso

JOSÉ BELTRÁN | “España presenta un aspecto desolador”. El diagnóstico del mapa sociopolítico dibujado por Julio Martínez, rector de la Universidad Pontificia Comillas, no sorprende, aunque pueda generar una sensación de pesadumbre en quien lo escucha. Sin embargo, no fue el Curso de Formación en Doctrina Social de la Iglesia, celebrado del 12 al 14 de septiembre en Madrid, un foro para los lamentos, sino para las propuestas. Así lo manifestaba el lema elegido por la Comisión Episcopal de Pastoral Social: Hacia una política del encuentro.

Julio Martínez ahondó en la conferencia de apertura en la visión antropológica de Francisco para promover “una Iglesia valiente y decidida, que, aun siendo débil y pequeña, aporte algo valioso al alma de Europa”. Sin echar mano de conejos ni chisteras para buscar soluciones a la actual crisis institucional y social, recordó que “mientras que creamos que el diálogo y el encuentro son métodos, no alcanzaremos su verdadera dimensión para cambiar la sociedad”.

Por eso reclamó una mayor participación de los cristianos: “No podemos situarnos como meros espectadores”. En esta misma línea, señaló que “necesitamos políticos inteligentes y ciudadanos sensatos”.

Por su parte, la catedrática de Ética y Filosofía Política Adela Cortina, indicó que es momento de pasar “de las declaraciones a los hechos”.

Por otro lado, Salvador Pié Ninot hizo hincapié en la figura del laico para plantear algunas pautas necesarias “para el discernimiento del compromiso político”. El profesor de la Universidad Ramon Llull reconoció que, aunque “a veces votamos por el mal menor o por el bien posible”, estamos llamados a dar un paso más desde la “corresponsabilidad laical” en medio de la sociedad y en la Iglesia.

“Es importante generar una ciudadanía que recupere el sentido de la fraternidad, reconocer en nuestras sociedades la aportación del hecho religioso”, expresó Juan Carlos González, coordinador federal de Cristianos Socialistas, en una mesa redonda sobre la urgencia de la regeneración política en la que participaron, entre otros, el escritor Jon Juaristi o José María Fidalgo. El que fuera secretario general de Comisiones Obreras reivindicó el papel de la Iglesia como institución que siempre ha promovido la reflexión en un tiempo en el que “las élites han vuelto a desertar y nos han llevado a una situación de riesgo”.

Precisamente Fernando Vidal, director del Instituto Universitario de Familia de Comillas, presentó una batería de propuestas para potenciar el papel influyente de la Iglesia, como la “revecinalización”, o lo que es lo mismo, recuperar las parroquias como espacios de encuentro en los barrios; elevar la tasa de jóvenes cristianos en todos los partidos; retomar el papel de mediación ante los problemas sociales y políticos; o promover el asociacionismo infantil para involucrar a las familias en las parroquias.

Cataluña: “Remar en la misma dirección”

Horas antes de que el curso comenzara, en Cataluña se multiplicaban las manifestaciones que reclaman la independencia en el día de la Diada. Incluso el obispo de Solsona, Xavier Novell, a través de su glosa semanal llamó a los católicos a implicarse en una futurible Constitución catalana.

Precisamente, el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, abrió el curso de Doctrina Social. Y lo hizo con una llamada a “aportar un mensaje de respeto y acogida de todos”. También alertó del “sectarismo y la confrontación” que lleva a decir: “Tú no eres de los míos”. “Eso no es evangélico”, subrayó el arzobispo. Omella instó a los presentes, ante unos “momentos históricos muy importantes”, a fomentar esa acogida. ¿El objetivo? “Converger todos en una misma dirección, por el bien de todos, especialmente de los más desfavorecidos”, añadió ante la mirada del presidente de la Fundación Pablo VI, Ginés García Beltrán, y el director del Secretariado de Pastoral Social, Fernando Fuentes.

Publicado en el número 3.003 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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