Ángeles Caso: “Mi espiritualidad radica en mi conciencia”

Escritora, publica ‘Ellas mismas. Autorretratos de pintoras’

Ángeles Caso, escritora

ÁNGELES LÓPEZ | Su nuevo trabajo son palabras mayores: Ellas mismas. Autorretratos de pintoras. La obra pretende visibilizar a aquellas pintoras que fueron conocidas en su época, trabajaron en primera línea y que incluso llegaron a ser ricas con su talento… pero siguen sin aparecer en los grandes tratados de historia del arte. Este delicioso volumen no ha visto la luz bajo un gran sello, sino gracias al micromecenazgo. Hablamos con la premio Planeta, la mujer “del telediario”, la escritora en plena madurez…

PREGUNTA.- ¿Este libro nace para demostrarnos lo que sabíamos: que las mujeres jugaron un papel en la historia del arte?

RESPUESTA.- Me gustaría creer que ya lo sabíamos. La inmensa mayoría de la gente sigue creyendo que no hubo ninguna artista hasta tiempos muy recientes. Incluso mis amigos historiadores del arte, conservadores y directores de museos me han reconocido que no conocían a casi ninguna de esas pintoras.

P.- Sofonisba Anguissola, Artemisia Gentileschi, Adélaïde Labille-Guiard, Élisabeth Vigée-Lebrun, Marie-Guilhelmine Benoist… ¿Por cuál de ellas siente más debilidad?

R.- Como amante del arte, siento debilidad por Artemisia Gentileschi, porque de haber sido un hombre, habría estado entre los más incuestionables de su época, como un Caravaggio.

P.- ¿Es cierto que han sido saqueadas y sus cuadros han resplandecido bajo el nombre de varones?

R.- Sí, claro. Un caso ejemplar en España es el de Sofonisba Anguissola, retratista de Felipe II y su familia. Hace tan solo veinte años, en el Museo del Prado no había ningún cuadro suyo. Ahora hay varios, aunque alguno discutido. Los cuadros estaban ahí desde siempre, pero adjudicados a los pintores hombres de su tiempo. Esa historia se repite una y otra vez.

P.- ¿El libro solo podía nacer del micromecenazgo?

R.- Por desgracia es así. De hecho, el libro se lo ofrecí a varias editoriales que no pudieron aceptarlo por razones económicas, porque es un libro de coste muy elevado. Solo pudo hacerse así, mediante la compra por adelantado de personas e instituciones interesadas en tenerlo.

P.- Se presentó a las elecciones municipales en Oviedo en el número 13 de Podemos. ¿Es algo que le pasa factura como autora? Si hubiese terceras elecciones, ¿se volvería a presentar?

R.- Como escritora, no creo que me pase factura y, si lo hace, no me importa. Para cambiar la sociedad hay que ser valiente. Callarme o quedarme quieta por temores del tipo “igual hay gente que no me lee” no va con mi carácter. De hecho, estuve en la candidatura de Podemos por Asturias en las dos generales, aunque cerrando la lista. Y claro que volvería a estar. Me preocupa demasiado la situación del país o, por decirlo de una manera más certera, de la gente del país.

P.- Ángeles, ¿tiene algún tipo de fe?

R.- Creo que mi espiritualidad radica en mi conciencia. No creo en ningún dios, pero creo firmemente en la necesidad no solo de no hacer el mal, sino sobre todo de hacer el bien de una manera activa. Mi conciencia es muy, muy exigente, y procuro atenerme a ella. No quiero pasar ni una sola noche en blanco por haber actuado mal.

P.- Del papa Francisco, tendrá una opinión, como la tenemos casi todos…

R.- Me gusta muchísimo este Papa, como a casi todas las personas de mente abierta. Me interesa mucho su pensamiento, su interés por los más desprotegidos (que me parece totalmente sincero). Creo que, si le dejan hacer las cosas como él quiere, puede significar un enorme paso adelante para una Iglesia católica a la que últimamente he visto muy anquilosada.

Dicto sentencia

“No quiero renegar de ser española, pero hay veces que quiero decir adiós a todo esto
y autoexiliarme… Un buen lugar sería Grecia”.
“Mi padre ha sido todo en mi vida porque me enseñó a amar todas las cosas que siguen siendo importantes a día de hoy. Toda la ética que reside en mí se la debo a mi padre”.

Publicado en el número 3.003 de Vida Nueva. Ver sumario