Dos superdicasterios para refrescar la Curia

papa Francisco en la misa en la Jornada Mundial de Oración para el Cuidado de la Creación 1 septiembre 2016

Francisco crea un pontificio consejo para los Laicos, la Familia y la Vida; y otro para el Servicio del Desarrollo Humano Integral

papa Francisco en dos imágenes con el obispo Kevin Farrell y el cardenal Peter Turkson

El papa Francisco con el obispo Farrell (izq.) y con el cardenal Turkson, responsables de los nuevos dicasterios

ANTONIO PELAYO (ROMA) | En plena canícula romana, el papa Francisco ha tomado dos decisiones importantes para su proyecto de reforma de la Curia: la creación de dos nuevos consejos pontificios, el primero para atender a los laicos, la familia y la vida, y el segundo para servir al desarrollo humano integral. Estos dos nuevos organismos reagrupan otros siete hasta ahora existentes.

El 17 de agosto, L’Osservatore Romano publicaba la carta apóstolica Sedula Mater (La Iglesia, madre solícita), con la que instituía el Pontificio Consejo para los Laicos, la Familia y la Vida. Al mismo tiempo, se hacía público el nombramiento como presidente del mismo del irlandés Kevin J. Farrell, hasta ahora obispo de Dallas (Estados Unidos), y el del arzobispo italiano Vincenzo Paglia como nuevo presidente de la Academia para la Vida (sucede al español Ignacio Carrasco de Paula) y gran canciller del Pontificio Instituto Juan Pablo II para los estudios sobre la familia y el matrimonio.

En el quirógrafo papal que acompañaba este último nombramiento, Francisco escribe que “inclinarse sobre las heridas del hombre para comprenderlas, ocuparse de ellas y curarlas es tarea de una Iglesia que confía en la luz y fuerza de Cristo resucitado, capaz de afrontar también los lugares de tensión y de conflicto, como un ‘hospital de campaña’ que vive, anuncia y realiza su misión de salvación y de curación precisamente allí donde la vida de los individuos está más amenazada por las nuevas culturas de la competición y del descarte”.

Paglia ya formaba parte de la Curia, pues ha sido presidente del Pontificio Consejo para la Familia, y es conocida su sensibilidad pastoral, propia de la Comunidad de Sant’Egidio, a la que está muy vinculado. Farrell sí se incorpora al gobierno de la Iglesia universal (donde desde hace años trabaja su hermano Brian, secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos). Como ha dicho el cardenal Seán Patrick O’Malley, arzobispo de Boston, el prelado comparte la visión pastoral del papa Francisco, cercano a los problemas sociales y más partidario de salir al encuentro de la gente que de enrocarse en la defensa a ultranza de las normas morales.

El Papa llevará personalmente los asuntos migratorios

Poco después, el 1 de septiembre, se anunció la creación del Pontificio Consejo para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que aúna los pontificio consejos Justicia y Paz, Cor Unum, para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y para la Pastoral Sanitaria. El cardenal Peter Turkson estará al frente del nuevo organismo, como ya lo ha estado desde octubre de 2009 de Justicia y Paz por decisión de Benedicto XVI.

“Este dicasterio –según la carta apostólica Humanam progressionem– será competente en las cuestiones que se refieren a las migraciones, los necesitados, los enfermos, los excluidos, los marginados, las víctimas de los conflictos armados y las catástrofes naturales, los encarcelados, los desempleados y las víctimas de cualquier forma de esclavitud y tortura”.

En el comunicado de la Sala de Prensa de la Santa Sede que informaba del nacimiento del nuevo pontificio consejo puede leerse: “Una sección del nuevo dicasterio expresa de modo especial la solicitud del Papa por los refugiados de guerra y los emigrantes. Efectivamente, no puede existir hoy un servicio al desarrollo humano integral sin una particular atención al fenómeno migratorio. Por eso, tal sección ha sido puesta ad tempus directamente bajo la guía del Sumo Pontífice”. El cuarto párrafo del artículo primero del Estatuto añade que el Papa “ejercerá esa guía del modo que considere oportuno”.

Estamos ante una absoluta novedad en el ordenamiento jurídico de la Iglesia, al asumir el Santo Padre una concreta función ministerial; es, por otra parte, manifestación de la premura que oprime el corazón de Bergoglio ante el flagelo de las migraciones actuales, con sus secuelas de muerte, esclavitud y explotación de seres inocentes.

papa Francisco en la misa en la Jornada Mundial de Oración para el Cuidado de la Creación 1 septiembre 2016

Francisco, en la Jornada de Oración para el Cuidado de la Creación

Custodia de lo creado

Por otro lado, el autor de la encíclica Laudato si’ ya ha demostrado su interés por el futuro de nuestro planeta y, sobre todo, por la custodia de la Creación como responsabilidad de toda la humanidad. Por eso, el año pasado creó la Jornada Mundial de Oración para el Cuidado de la Creación, uniéndose a una experiencia ya llevada a cabo por las Iglesias ortodoxas con el apoyo del Consejo Mundial de las Iglesias.

Este año, con motivo de la Jornada del 1 de septiembre, el Papa publicó un mensaje titulado Usemos la misericordia con nuestra casa común: “Dios nos ha regalado un jardín lozano, pero lo estamos transformado en una superficie manchada por escombros, desiertos y porquería. No podemos rendirnos o ser indiferentes a la pérdida de la biodiversidad y a la destrucción de los ecosistemas, frecuentemente provocados por nuestros comportamientos irresponsables y egoístas. (…) Cuando maltratamos a la naturaleza nos maltratamos a nosotros mismos. Al mismo tiempo, toda criatura tiene un valor intrínseco que debe ser respetado”.

Después de insistir en que es necesario cambiar de ruta y que la protección de la casa común requiere un creciente consenso político, si queremos transmitir un mundo habitable a los que vienen detrás de nosotros, el Papa propone como “nueva obra de misericordia” el cuidado de la casa común. “Por lo tanto –afirma–, me permito proponer como complemento a los elencos tradicionales de las siete obras de misericordia añadiendo a cada uno el cuidado de la casa común”.

Publicado en el nº 3.002 de Vida Nueva. Ver sumario

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