Teresa de Calcuta y el papa Francisco

papa Francisco durante su viaje a Albania mientras la gente sostiene un cartel con la imagen de Teresa de Calcuta 21 septiembre 2014

La mujer a la que todo el mundo alababa, en un momento de su vida solo tenía oscuridad en su interior

papa Francisco durante su viaje a Albania mientras la gente sostiene un cartel con la imagen de Teresa de Calcuta 21 septiembre 2014

El Papa durante su viaje a Albania, en septiembre de 2014

RAÚL BERZOSA, obispo de Ciudad Rodrigo | 1. ¡Se abre el telón!… El papa Bergoglio ha anunciado la canonización de madre Teresa de Calcuta para el próximo 4 de septiembre de 2016. Junto a cinco beatos: José Sánchez del Río (México); el Cura Brochero (Argentina); Elizabeth Hesselblad (Suecia); Estanislao de Jesús y María (Polonia). La canonización de la conocida también como “Santa de los pobres” será uno de los eventos más destacados del Jubileo de la Misericordia. El mismo día se celebrará el Jubileo de los voluntarios y operadores de la misericordia, en memoria justamente de la madre Teresa, cuya fiesta es el 5 de septiembre, fecha en la que nació para el cielo, en el año 1997.

2. ¡Recuerdo informal y en broma!…

El papa Francisco recordó, durante su viaje a Albania, que conoció a la madre Teresa de Calcuta durante el Sínodo de 1994. Era una mujer que no se dejaba impresionar fácilmente, ni siquiera por los obispos, y “decía siempre lo que quería decir”… “Estaba sentada justo detrás de mí durante los trabajos. Admiré su fuerza, la decisión de sus intervenciones”. Y el pontífice Francisco añadió en tono de broma: “¡Me habría dado miedo si hubiera sido mi superiora!”.

3. ¡Reconocimiento profundo y en serio!…

El Papa, el 7 de febrero de 2014, en una homilía en Santa Marta, exclamó: “Pienso en esa oscuridad de la Beata Teresa de Calcuta”. Ella atravesó también momentos de angustia y de oscuridad en el alma. La mujer a la que todo el mundo alababa, en un momento de su vida solo tenía oscuridad en su interior. Como Teresa de Calcuta, nos hará bien preguntarnos sobre nuestro discipulado: ¿anunciamos a Jesucristo? ¿Vamos por el camino de Jesucristo? ¿El camino de la humillación, de la humildad, del abajamiento por el servicio? Y si vemos que no somos firmes en esto, preguntarnos: “¿Cuándo tuve ese encuentro con Jesucristo que me llenó de alegría?”. Y volver a ese encuentro, volver a la primera Galilea del encuentro. ¡Todos nosotros tenemos una! ¡Volvamos allí! Reencontrémonos con el Señor y vayamos hacia adelante en este camino tan bello, en el que Él debe crecer y nosotros menguar.

4. ¿Qué destacaría el papa Francisco de la madre Teresa de Calcuta?…

Sin duda, se haría eco de las claves que san Juan Pablo II subrayó en la Misa de Beatificación el día 19 de octubre de 2003. Las resumimos en los siguientes apartados que aparecen a continuación:

  • “El que quiera ser el primero, sea esclavo de todos” (Mc 10, 44). Estas palabras que dirigió Jesús a sus discípulos, indican cuál es el camino que conduce a la “grandeza” evangélica, como Teresa de Calcuta: ¡Ser siervo de todos! Por esta lógica se dejó guiar la madre Teresa, como Icono del buen samaritano, para servir a Cristo en los más pobres de entre los pobres. Ni siquiera los conflictos y las guerras lograban detenerla.
  • Misionera. Con el testimonio de su vida, la religiosa recuerda a todos que la misión evangelizadora de la Iglesia pasa a través de la caridad, alimentada con la oración y la escucha de la palabra de Dios. La nueva beata, con una mano estrechaba la de un niño y con la otra pasaba las cuentas del rosario. Unía contemplación y acción, evangelización y promoción humana.
  • “El que quiera ser grande, sea vuestro servidor” (Mc 10, 43). Fue una gran servidora de los pobres, de la Iglesia y de todo el mundo. No solo eligió ser la última, sino también la servidora de los últimos. Su vida fue un amor radical y una proclamación audaz del Evangelio.
  • Escuchó el grito de Jesús en la cruz, “tengo sed” (Jn 19, 28), y las palabras “cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25, 40). Fue la base de su convicción, llena de fe, de que al tocar los cuerpos quebrantados de los pobres, estaba tocando el cuerpo de Cristo.
  • Vivió el amor esponsal a Jesucristo y las cualidades más nobles de su feminidad. Madre Teresa “llevó las almas a Dios y Dios a las almas” y sació la sed de Cristo, especialmente de aquellos más necesitados, aquellos cuya visión de Dios se había ofuscado a causa del sufrimiento y del dolor.
  • En las horas más oscuras se aferraba con más tenacidad a la oración ante el santísimo Sacramento. Esa dura prueba espiritual la llevó a identificarse cada vez más con aquellos a quienes servía cada día, experimentando su pena y, a veces, incluso su rechazo. Solía repetir que la mayor pobreza era la de ser indeseados, la de no tener a nadie que te cuide.
  • Petición final del papa Francisco a la madre Teresa… Que nos ayude a ser mansos y humildes de corazón; a servir con la sonrisa, a toda persona que encontremos; y a ser misioneros de Cristo con alegría. ¡Que, como a ella, nadie nos robe la alegría, la esperanza, el Evangelio y a los pobres!

Habla Bergoglio

“La oscuridad del alma, esa oscuridad que purifica como Jesús en el huerto de los olivos. Y Jesús respondió a Juan como el Padre respondió a Jesús, consolando. Esa oscuridad del hombre de Dios, de la mujer de Dios. Pienso en ese momento de oscuridad en el alma de la Beata Teresa de Calcuta ¿no? Ah, la mujer a la que todo el mundo alababa. ¡Premio Nobel! Pero ¡ella sabía que en un momento de su vida, largo, había solo oscuridad en su interior¡ (…)”. Homilía del 7-2-2014 en la casa Santa Marta.

Publicado en Imágenes de la fe (nº 504, junio 2016).

 


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