Maletas sin refugio

exposicion 11 vidas en 11 maletas en Madrid agosto septiembre 2016 para concienciar sobre los refugiados

La exposición en Madrid ‘11 vidas en 11 maletas’ reivindica los derechos de los 65 millones de refugiados

exposicion 11 vidas en 11 maletas en Madrid agosto septiembre 2016 para concienciar sobre los refugiados

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | Los refugiados no son cifras, tienen nombre y apellidos. Y una historia. La de Sajad al-Faraji, por ejemplo, quince años, ningún sueño y una silla de ruedas. La de Zeinab y sus cuatro hijos, a los que ya no les queda nada: ni dinero, ni pendientes, ni anillos desde que abandonaron Damasco y las bombas. La de Morad, que huyó de Marruecos porque la homosexualidad, es allí delito. Son tres de las once historias que protagonizan la exposición #DerechosRefugiados 11 vidas en 11 maletas, organizada por la Fundación Abogacía Española y que puede verse en Madrid, en CentroCentro Cibeles, hasta el 4 de septiembre.

“Trata de concienciar a la gente, de hacerla pensar y de que vean que este es un problema no de Europa ni de los gobiernos europeos, ni siquiera del Gobierno español, sino que es un problema nuestro, es decir, de cada ciudadano. Y ahí tenemos que presionar y tratar de atender a estos refugiados porque sus derechos son los mismos que los nuestros; la única diferencia es que han nacido en un sitio donde la guerra, la violencia y la persecución les obliga a salir”, explica Francisco Muro de Íscar, portavoz del Consejo General de la Abogacía.

‘11 vidas en 11 maletas’ que ponen rostros al inmenso drama de los refugiados en Idomeni, en Lesbos, en Melilla… en cada frontera europea. “Son historias de personas, como tú y yo. Y hay de todo: unos huyen de la guerra, otros por su inclinación sexual; hay quien ha conseguido ya el estatus de refugiado y otros, la mayoría, no. Y hay quien ha conseguido la reagrupación familiar y quien no”, añade. Aladín, Iboun, Imán o Jeanne han huido y huyen de la batalla, la intolerancia…

“Cada maleta contiene la historia del personaje, su fotografía, un objeto personal, que puede ser un anillo o un teléfono, por ejemplo, un mapa con el recorrido que han hecho y, en alguno casos, cómo ha sido, si en patera, autobús o andando. Y un dibujo de un niño que representa lo que él percibe de esta crisis terrible”, según describe.exposicion 11 vidas en 11 maletas en Madrid agosto septiembre 2016 para concienciar sobre los refugiados

“La mayoría de estos dibujos –añade– los hemos traído de Idomeni, aunque también hay de niños españoles, y algunos los hemos colgado de una valla. Además, en las maletas hemos incluido el testimonio, un ‘Yo acuso’, de un periodista, un escritor o un activista de los derechos humanos”. Entre ellos, Jorge M. Reverte, Lorenzo Milá, Gervasio Sánchez, Lorenzo Silva o Jon Sistiaga. Y esa pregunta que se hace Ángel Expósito: “¿Y tú? Como colaborador de ONG, como parroquiano, como contribuyente, como ciudadano de la Europa rica –sí, sí, rica–. ¿Tú haces todo lo posible por ellos?”.

El Consejo General de la Abogacía Española lo intenta, es lo que pretende: “La exposición surge cuando en España se dice que vamos a recibir 17.000 o 18.000 refugiados y lo primero que hacemos es crear un registro voluntario de abogados que estén dispuestos a viajar fuera de España para atender a los refugiados que vayan llegando –narra el portavoz–. Y, aunque en los colegios existen unos servicios de extranjería desde hace más de veinte años para defender a los que vienen a España a pedir asilo, se apuntan en una semana 1.500 abogados. El problema es que, a estas alturas, a España no han llegado aún ni quinientos refugiados”.

De ahí la exposición y la denuncia que hace de la vulneración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que sufren las personas refugiadas y migrantes: “Exigimos que se garanticen sus derechos porque es un imperativo moral y, por encima de todo, porque es un imperativo legal”, como proclama Victoria Ortega, presidenta del Consejo General de la Abogacía Española. exposicion 11 vidas en 11 maletas en Madrid agosto septiembre 2016 para concienciar sobre los refugiados

Un grito a la Unión Europea

La exposición recuerda la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Es un grito, una alerta y una reivindicación a la Unión Europea y al Gobierno español, como la propia Ortega manifiesta, para que se respete la legalidad internacional, se cumplan los compromisos adquiridos con los refugiados y se acabe “de una vez” con las mal llamadas devoluciones en caliente. “Lo peor son las vallas, esas vallas que están creciendo en Europa, para que la gente que viene de Turquía no nos moleste. Ahí está la tragedia. Las personas son personas y ese es el problema”, añade Muro de Íscar.

De ahí que la exposición incorpore una valla con alambre de espinos reales, de la que cuelgan ropa, zapatos, como ocurre en Melilla y en otras fronteras. Y frente a ellas, las personas y sus testimonios, fotografías de náufragos, de quienes no han llegado a ninguna parte. “Y vídeos muy impactantes”, puntualiza. Cada una de las historias que se recogen en la exposición han sido facilitadas por organizaciones como ACCEM, ACNUR, Amnistía Internacional, Cáritas, Cruz Roja, CEAR, Oxfam-Intermon, Pro Activa Open Arms, UNICEF y Save the Children.

Junto a Karim, Nya o Suleika, junto a esos hombres, mujeres y niños que han huido de Siria, Mali, Camerún, Irak, Somalia, Marruecos o República Centroafricana, la exposición también incluye a una española, Libertad, el rostro, la historia número 11: “En la exposición hay diez maletas con diez casos concretos con nombre y apellidos, y hay también una maleta de una refugiada española de la Guerra Civil, porque hace ochenta años nos pasó a nosotros y cualquiera sabe si nos pasará dentro de cinco, diez o treinta. No es una cosa que sea ajena”, insiste Muro.

La sensibilización e implicación del público es constante: “Hay unas tarjetas en las que puede opinar y escribir cualquier comentario, y lo cuelgan en lo que llamamos la valla de la vergüenza, porque realmente nos debería avergonzar a todos. La participación de la gente está siendo muy grande. En Madrid, estamos teniendo una enorme participación de extranjeros que cuelgan su mensaje. Y también mucho español, porque está habiendo mucha afluencia. Que haya más de 65 millones de personas que buscan asilo es una tragedia descomunal”.

Mantener viva la llama de los Derechos Humanos

En el CentroCentro Cibeles también hay otra maleta, la del propio Consejo General de la Abogacía Española, que contiene ejemplares de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en una edición en microlibro de 3×3 centímetros que los visitantes pueden llevarse, para conocerla, difundirla y, sobre todo, defenderla. “Es un recuerdo de que no debemos permanecer pasivos, sino ser activos. Debemos tomar partido, porque esta no es una cuestión que podamos mirar, simplemente, si no que hay que comprometerse”, apunta Francisco Muro de Íscar.

A partir de septiembre, la exposición viajará por treinta colegios de abogados y sedes judiciales de toda España: Sevilla, Salamanca, Orense, Pontevedra, Vizcaya, Guipúzcoa, Valladolid… hasta, por lo menos, julio de 2017. “Aunque previsiblemente seguirá todo ese año, porque el problema no se va a acabar”, añade el portavoz del Consejo General de la Abogacía Española: “Por ello, tratamos que en torno a la exposición se organicen diferentes actividades, que vayan colegios a visitarla… que no se apague la llama de los Derechos Humanos en ningún momento”.

Publicado en el nº 3.001 de Vida Nueva. Ver el sumario

 


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