Memoria y coraje, última recomendación del Papa al despedirse de la JMJ de Cracovia

Francisco celebra con los voluntarios su último acto en Polonia

papa Francisco JMJ Cracovia 2016 encuentro final con los voluntarios 31 julio 2016

Un voluntario panameño entrega al Papa una camiseta de la próxima JMJ, en Panamá en 2019

MARÍA GÓMEZ | El papa Francisco se ha ido de Polonia feliz y, sobre todo, agradecido. Dando gracias a los más de un millón y medio de jóvenes que han participado en la 31ª Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia 2016, por “el entusiasmo contagioso de vuestra fe”; a los organizadores de este encuentro, en la personal del cardenal Stanislaw Dziwisz; y por último, en la tarde de hoy domingo 31 de julio, a los voluntarios de la JMJ.

En el pabellón Tauron Arena de Cracovia, mientras en una pantalla gigante se proyectaba la frase de san Juan Pablo II ‘No tengáis miedo’, transcurrió el último acto de esta JMJ y de la visita de Francisco a Polonia. Desde luego, el más desenfadado de la semana, entre aplausos, cánticos y ‘vivas’ continuos.

Varios jóvenes expusieron sus respectivos testimonios ante el Papa, uno de ellos, un panameño que agradeció “la bendición de recibir la próxima JMJ en mi país”.

Pero el recinto se vino abajo cuando el Papa se levantó, cogió su discurso preparado y se lo entregó al obispo Damian Muskus –auxiliar de Cracovia y coordinador de la JMJ– porque “es muy aburrido”, y tras una pequeña negociación con los asistentes, pronunció en español un breve discurso improvisado.

“Ustedes son la esperanza del futuro”, les aseguró, pero para eso deben cumplir dos condiciones: “La primera, tener memoria, preguntarme de dónde vengo, memoria de mi pueblo, memoria de mi familia, de toda mi historia”. Y para ello, les recomendó hablar con los mayores, sobre todo, con los abuelos y los ancianos: “Pregúntenles, son la sabiduría de un pueblo”.

La segunda condición, “tener coraje, ser valiente, no asustarse. Si tienen memoria y coraje, van a ser la esperanza del futuro. ¿Está clarito todo?”.

En un clima de alegría masiva, Francisco les advertía que “no sé si voy a estar en Panamá”, sede de la próxima JMJ en 2019, pero sí les aseguró: “Pedro va a estar en Panamá. Y Pedro les va a preguntar si hablaron con los abuelos, si tuvieron coraje para enfrentar y si hablaron con los abuelos, y a Pedro le van a responder.

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