¿Pokémon Go? #pokeparada en las iglesias

El éxitoso videojuego para móviles también usa como escenario de “realidad aumentada” templos y recintos sagrados

niño juega a Pokemon Go en la plaza central de Haarlem, Holanda

Un niño caza pokémon en la plaza central de Haarlem (Holanda), al lado de la Grote Kerk

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | “No siempre hay que hablar del Evangelio desde la seriedad, sino que también hay que aprovechar otros cauces muy bonitos para propagar ‘la alegría del evangelio’, como dice el papa Francisco”. La frase –indiscutible– es de Ana Medina, portavoz del Obispado de Málaga. Lo novedoso es que explica la rápida y acertada respuesta de la diócesis malagueña ante la explosión de Pokémon Go –el juego de realidad aumentada que ha revolucionado medio mundo– con un mensaje en Twitter muy oportuno: “Si tú también estás con #PokemonGo, descubrirás que hay muchas iglesias #pokeparada. ¿Cuál has encontrado tú?”.

El tuit, publicado el mismo día de salida del juego en España –el pasado 15 de julio– tuvo un eco considerable. Y a Medina se le ocurrió al comprobar que las iglesias de la diócesis aparecían como pokeparadas, es decir, escenarios de muy alto interés para los cazadores de pokémon porque sirven para conseguir pokeball, entre otros objetos, y subir de nivel en el juego para smartphones que ha cautivado a millones de jugadores, en su mayoría treintañeros.

“No sabemos cuántas iglesias hay, pero nos imaginamos que bastantes –señala Ana Medina–. Nuestra objetivo es que la gente comparta en las redes las capturas de las pokeparadas situadas en templos cristianos que vayan encontrando por la ciudad”.

El objetivo es simple: “Acercar a la gente la labor religiosa”. Entre ellas, en la propia catedral o la casa-hermandad de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de la Trinidad Coronada. Y no solo en Málaga. Perros de fuego, monos violentos o zubat, el pokémon murciélago, aparecen en templos como la propia catedral de La Almudena, donde se ha situado un “gimnasio” pokémon, escenario de batallas por el control de las distintas zonas.

Más allá de la implicación de iglesias y hasta de los mismos cementerios, son los “sitios emblemáticos”, según describen las normas del juego, los escenarios donde buscar a los más de 250 pokémon, los “pequeños monstruos” de la popular serie de los años 90, entre ellos, al más famoso: Pikachu. El juego de “realidad aumentada” de Nintendo ha lanzado a la calle, y nada más estrenarse, a 150 millones de jugadores. Y con ellos –también en España– dejan una estela de curiosidad, dudas y reflexiones.

La pregunta es exactamente esa: ¿favorece un videojuego el contacto humano? Y, más precisamente, como muchos padres se hacen: ¿favorecen los videojuegos a los niños? ¿Y a los adultos? O en último caso: ¿es cultura el videojuego? La respuesta es a todo que sí.

En el nº 2.999 de Vida Nueva. Del 30 de julio al 5 de agosto de 2016

 

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