Francisco en Auschwitz, cita obligada

papa Francisco visita el campo de concentración de Auschwitz en Polonia 29 julio 2016
papa Francisco visita el campo de concentración de Auschwitz en Polonia 29 julio 2016

El Papa rezando en la celda de san Maximiliano Kolbe en Auschwitz, hoy viernes

ANTONIO PELAYO, enviado especial a CRACOVIA | Auschwitz-Birkenau, uno de los sitios de más siniestra memoria, es cita obligatoria para cualquier papa que visite Polonia. Lo hizo, naturalmente, Karol Wojtyla, y le siguió el alemán Joseph Ratzinger.

Ambos pronunciaron discursos en los que traslucía su emoción como personas y como papas de la Iglesia universal. “No podía no venir aquí como papa; Auschwitz es un testimonio de la guerra –dijo Juan Pablo II en 1979–. La guerra lleva consigo un desproporcionado crecimiento del odio, de la destrucción, de la crueldad”.

“Yo estoy aquí como hijo del pueblo alemán –replicó en 2006 Benedicto XVI– y precisamente por eso debo y puede decir como él: no podía no venir aquí; tenía que venir. Era un deber frente a la verdad y al derecho de todos los que han sufrido, un deber ante Dios”.

Hoy viernes 29 de julio, en esta cálida mañana de finales de julio, Bergoglio ha atravesado solitariamente la puerta del campo con su indecente ironía: ‘Arbeit macht frei’ (‘El trabajo hace libre’) y se ha recogido en largos minutos de oración en la celda donde murió san Maximiliano Kolbe el franciscano que ofreció su vida a los verdugos nazis para salvar la de un polaco, padre de familia.

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