El PSOE engrasa su laicismo

Los socialistas reiteran su voluntad de retirar de la Constitución la mención a la Iglesia y denunciar los Acuerdos

los socialistas Rafael Simancas y César Luena en un curso organizado en El Escorial para hablar de Estado, política y religión

Rafael Simancas (izqda.) y César Luena, en el curso de El Escorial

JOSÉ LORENZO (EL ESCORIAL) | Vive el PSOE días de tribulación, donde casi todo está en el aire y su actuales líderes lo pueden ser de quita y pon, tras sendos y consecutivos resultados electorales que reflejan el desencanto de la ciudadanía con esta opción política. Sin embargo, permanece inmutable el acento anticlerical, por más que quieran revestirlo con el tono academicista de los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid.

Organizado por la Fundación Pablo Iglesias, del 11 al 15 de julio en la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial participaron los principales dirigentes del PSOE para hablar de “Estado, política y religión”.

“Vamos a analizar hasta qué punto se cumple el principio de la neutralidad religiosa en la acción política y en el Estado. Tenemos una serie de reivindicaciones políticas en relación al artículo 16 de la Constitución, sobre si merece la pena seguir manteniendo esa mención explícita de la Iglesia católica o no; sobre los Acuerdos del 76, 78 y 79 con la Santa Sede; tenemos que hablar de la asignatura doctrinal de la religión en el panorama educativo; tenemos que hablar de la financiación de las confesiones religiosas, de las exenciones tributarias… Se ha avanzado mucho, pero queda mucho para lograr una política y un Estado verdaderamente laicos”, señala a Vida Nueva el director del curso, Rafael Simancas.

Y aunque lo apuntaba el mismo día de inauguración del curso, la reflexión final sobre todas esas cuestiones ya parecía estar hecha, según se desprendía de sus declaraciones a esta revista: “El PSOE, ya en el debate constitucional, se opuso a esa mención explícita en la Constitución, porque no es necesaria”.

Como tampoco le parece que hoy haya una neutralidad del Estado con respecto a la Iglesia católica: “En determinadas cuestiones no del todo –afirma–. Por ejemplo, no estamos de acuerdo en que en el marco del currículo educativo y escolar haya una asignatura doctrinal; no estamos de acuerdo con que haya determinadas exenciones tributarias a las confesiones religiones, a todas en general, porque todas tienen que tener el mismo tratamiento; hace falta un protocolo civil para ceremonias, símbolos y actos públicos. En este tipo de cuestiones aún se puede avanzar y tenemos un borrador de una nueva ley orgánica de libertad religiosa que vamos a discutir aquí”.

Todos estos son temas que, como afirmó el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, durante su intervención, “las Juventudes Socialistas nos piden resolver de una vez”, aunque “no vamos a poder hacerlo ahora porque no estamos en el Gobierno”. Y apostó por, llegado el momento, “convencer a la Iglesia católica de que esto lo tendremos que hacer en colaboración, de que no tiene sentido financiarse como se financia, porque eso supone un privilegio”.

Sobre la financiación, precisamente, volvería César Luena para asegurar que “la jerarquía [católica] ha venido incumpliendo la cuestión de la autofinanciación” que contemplan los Acuerdos con el Estado de 1979, acuerdos “que queremos denunciar” y que “garantizan una posición de privilegio”, también “en la enseñanza”, que no dudó en considerar como “una de las principales fuentes de financiación” de la Iglesia.

El secretario de organización del PSOE había abordado en su conferencia la historia del marco concordatario y de los Acuerdos, así como su vigencia. Doctor en Historia, el político riojano quiso apoyarse en ese bagaje para afirmar que hay “un catolicismo imperante que parece contaminar la propia esencia del ser español”.

“El nuestro es un Estado aconfesional, pero no laico”, aseguró uno de los hombres de confianza de Pedro Sánchez, subrayando la persistencia de “restos importantes de la vieja aconfesionalidad: la religión católica en las escuelas, las exenciones fiscales y la mención expresa a la Iglesia en la Constitución”.

Juan Carlos González: “No se puede meter en un armario a las religiones”

Juan Carlos González, coordinador del grupo federal Cristianos Socialistas del PSOE, era una especie de rara avis en este curso de verano, como su grupo lo es dentro del partido. Él no cree que sigamos viviendo en un Estado confesional y revindica que “la laicidad no puede ser expresada ignorando el hecho religioso. Al contrario, hay que ponerlo en valor en la sociedad como un elemento positivo que contribuye a reforzar y hacer más real la democracia. No se puede seguir expresando la modernidad como si eso fuese igual a meter en un armario a las confesiones religiosas”, señala a Vida Nueva antes de intervenir en una mesa redonda.

González reivindica el papel de los cristianos dentro del Partido Socialista. “Estamos llamados a reflexionar y dialogar con nuestros compañeros para que el discurso en torno al hecho religioso no sea un discurso ni una práctica beligerante, con reflexiones que parecen del siglo XIX”. En su opinión, “la sociedad española ha avanzado muchísimo en pluralidad religiosa, cultural y étnica y requiere que los partidos que tienen vocación de ser gobierno atiendan al hecho religioso no desde la confrontación y un posicionamiento de enemigos, sino desde el diálogo y con el deseo de construir”.

Sobre las afirmaciones de que la Iglesia mantiene “privilegios” por su financiación o exenciones fiscales, sostiene que “en cuanto al IBI, viene enmarcado dentro de unos acuerdos en donde también están otras confesiones e instancias civiles igualmente exentas”. Y es partidario de avanzar hacia la autofinanciación: “Me parece bien. Tanto los partidos políticos como las iglesias tienen que financiarse con la aportación de sus miembros”, sostiene.

En el nº 2.997 de Vida Nueva