El cardenal Barbarin sale al combate de los abusos en Lyon

Philippe Barbarin, cardenal arzobispo de Lyon Francia

Tras impulsar nuevas normas, cesa a cuatro sacerdotes por sospechosos

Philippe Barbarin, cardenal arzobispo de Lyon Francia

MARIE MALZAC (PARÍS) | Acusado de no haber denunciado los actos del sacerdote Bernard Preynat, inculpado por agresiones sexuales a jóvenes scouts hace más de 25 años (VN, nº 2.982), el cardenal Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon (Francia), acaba de hacer públicas severas medidas para alejar de su diócesis a los responsables de abusos.

Desde el mes de enero, cuando la asociación de víctimas La Parole libérée (La Palabra liberada) empezó a criticar la gestión del caso Preynat, el cardenal Barbarin se halla inmerso en una tormenta mediática marcada por clamorosas y comprometedoras revelaciones. A pesar de que algunas historias son anteriores a su llegada a Lyon, luego se han demostrado los fallos en la forma de tratar a los sacerdotes sospechosos o incluso reconocidos culpables de antiguos abusos. ¿Qué hacer con un cura que haya estado en la cárcel por abusos a menores? ¿O con uno objeto de denuncias imposibles de juzgar porque ha transcurrido demasiado tiempo?

Un grupo de expertos ha estudiado los expedientes de unos cuantos casos delicados y ha tomado la decisión de destituir a cuatro sacerdotes sospechosos, cuya identidad no ha sido desvelada. Según fuentes de la diócesis citadas por la prensa francesa, otros están siendo objeto de “medidas especiales de acompañamiento” y todos los hechos “son conocidos por la Justicia”.

Este alejamiento es la primera aplicación de las nuevas normas anunciadas por la diócesis sobre el tema, solo unas semanas después de las medidas anunciadas por la Conferencia Episcopal Francesa, mostrando mayor firmeza en la gestión de los casos de pederastia por parte de miembros del clero. Desde ahora, entre otras cosas, “un sacerdote que haya cometido agresiones sexuales sobre menores, cualquiera que sea la fecha de los hechos y la del descubrimiento de los mismos, será alejado definitivamente de cualquier ministerio”. Además, todo miembro del clero sospechoso será alejado mientras dure el proceso judicial.

Las víctimas del padre Preynat, mientras tanto, se han declarado satisfechas por estas medidas, consideradas de “sentido común”, aunque se preguntan por qué se ha esperado tanto antes de adoptarlas.

En el nº 2.996 de Vida Nueva

 

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