Carlos Escribano: “La misericordia nos ayudará a evangelizar”

Carlos Escribano, obispo de Calahorra

El nuevo obispo de Calahorra tomó posesión con el deseo de “estar a la altura”

Carlos Escribano, obispo de Calahorra

R. C. | El nuevo obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, Carlos Escribano, llamó el pasado 26 de junio a “evangelizar a La Rioja en el tercer milenio” y “a hablar con el hombre de hoy para anunciar el Evangelio”. Este reto, planteado por el prelado durante la homilía que pronunció en la concatedral de La Redonda de Logroño, le ha valido de presentación ante el pueblo riojano, después de que el día anterior tomara posesión en la catedral de Calahorra.

“Me pongo incondicionalmente a vuestro servicio”, indicó Escribano a los cientos de fieles asistentes, entre los que se encontraba la alcaldesa de Logroño, Concepción Gamarra. Asimismo, dijo esperar, “como obispo, estar a la altura de las circunstancias y de la gente, y de serviros como merecéis”, porque “el obispo es una persona normal y corriente”.

Durante su toma de posesión, Escribano subrayó que llega a una diócesis “cargada de historias y de creyentes” que han sabido “mantener viva la llama de la Fe” y se ha presentado ante los riojanos “con el corazón” para “ponerme a la escucha, encontrarme con vosotros y recorrer juntos el camino que nos lleve a seguir difundiendo el Evangelio en la España de hoy”.

“Iluminar a La Rioja”

El hasta hace poco obispo de Teruel aseguró que llega a La Rioja a ejercer su ministerio con el objetivo de “iluminar a la sociedad, porque tengo la convicción de que la misericordia nos ayudará a seguir descubriendo el amor de Dios” y a continuar “con nuestro compromiso evangelizador en La Rioja”. La ceremonia de toma de posesión, que tuvo lugar en la catedral de Calahorra, estuvo presidida por el nuncio apostólico, Renzo Fratini, acompañado por una veintena de obispos, entre los que se encontraba el anterior prelado riojano y actual arzobispo de Barcelona, Juan José Omella.

Por otra parte, tres días antes de la toma de posesión de Escribano, fallecía un hermano suyo en el episcopado, Luis Gutiérrez, pastor emérito de Segovia, que dada su condición de religioso claretiano, había sido presidente de CONFER.

En el nº 2.995 de Vida Nueva


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