‘Mi hija, mi hermana’: de pérdidas y desencuentros

'Mi hija, mi hermana'

'Mi hija, mi hermana', fotograma de la película

J. L. CELADA | Mucho antes de que el politólogo neoyorquino Samuel P. Huntington acuñara la expresión “choque de civilizaciones”, sus compatriotas ya combatían a los indios en el lejano y salvaje Oeste americano. Han pasado varios siglos, pero solo han cambiado los escenarios y los actores. Ahora la batalla se libra entre Occidente y el islamismo radical en cualquier rincón del planeta, por ejemplo, en Francia.

Al este de aquel país, durante un festival country en los 90, arranca el debut en la dirección de Thomas Bidegain, guionista habitual de Jacques Audiard (Un profeta, Dheepan…), un drama con estructura y alma de western contemporáneo sobre el que planea la sombra de un clásico del género: Centauros del desierto (1956), obra maestra del gran John Ford. Si entonces el personaje interpretado por John Wayne emprendía viaje en compañía de un muchacho para rescatar a su sobrina de las garras de los comanches, aquí son un padre (François Damiens) y su hijo (Finnegan Oldfield) quienes salen en busca de la hija y hermana del título, presa de un amor adolescente que abre las puertas de la trastienda yihadista. A la propia chica, a sus parientes y al espectador.

En compañía de Les cowboys (el original francés resulta más fiel al espíritu de la cinta), asistimos a una inmersión cultural y religiosa en territorio hostil, mientras la familia protagonista se desmorona arrastrada por la zozobra que provoca la desaparición de la primogénita y la obsesión paterna por encontrarla. La música y la fiesta dan paso al silencio, la desesperación y la incertidumbre. Un adulto se deja la vida y un niño pierde la infancia en su afán por traer a la joven huida de vuelta a casa.

Por el camino, entre pista y pista, se suceden las ciudades (Sedán, Amberes…), los países (de Bélgica a Pakistán, pasando por Dinamarca, Turquía o Yemen, gracias a ágiles elipsis espacio-temporales) y hasta algunas fechas señaladas en el calendario del horror islamista (Nueva York, 11-S; Madrid, 11-M; Londres, 7-J…). Frente a la cámara de Bidegain desfilan paisajes y paisanajes que nos hablan de periferias, de fronteras, de temor a lo desconocido…; con viejos códigos que hermanan las praderas de antaño con los desiertos actuales, aunque hoy la pipa de la paz se fume con los talibanes.

Al calor de una bella fotografía y una sentida banda sonora, Mi hija, mi hermana conjuga el retrato de esa familia en descomposición con la búsqueda del miembro perdido, metáfora de una convivencia todavía recuperable desde el respeto a la diferencia. Porque si algo nos enseña esta película, arriesgada y necesaria, es que la civilización se cimentó y se seguirá cimentando sobre el encuentro; nunca sobre el encontronazo o la sospecha.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Les cowboys.

DIRECCIÓN: Thomas Bidegain.

GUIÓN: Laurent Abitbol, Thomas Bidegain, Noé Debré.

FOTOGRAFÍA: Arnaud Potier.

MÚSICA: Moritz Reich.

PRODUCCIÓN: AlainAttal.

INTÉRPRETES: François Damiens, Finnegan Oldfield, Agathe Dronne, Antoine Chappey, Ellora Torchia, Jean-Louis Coulloc’h, John C. Reilly, Mounir Margoum.

En el nº 2.994 de Vida Nueva

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