Manuel Herrero reivindica “la dignidad de las personas”

Manuel Herrero, nuevo obispo de Palencia

El nuevo obispo de Palencia residirá en el antiguo seminario con otros 24 sacerdotes

Manuel Herrero, nuevo obispo de Palencia

Manuel Herrero, nuevo obispo de Palencia, junto a Renzo Fratini

RUBÉN CRUZ | Tras aterrizar, desayuno con periodistas. Este ha sido el primer acto del nuevo obispo de Palencia, Manuel Herrero, ordenado el pasado 18 de junio en la catedral palentina. El prelado ha querido compartir una charla con los medios, en la que ha hablado sobre las elecciones: “Al nuevo Gobierno le pediría que busque el bien común por encima de partidos e individualidades y que respete la libertad en todos los ámbitos, también en el religioso y el educativo”.

Durante la toma de posesión, el prelado llamó a la evangelización para “vivir la confortadora alegría del amor de Dios, comunicada por el Espíritu Santo”, que es “lo que nos piden el Concilio Vaticano II y Francisco”. En la celebración, presidida por el nuncio de su Santidad en España, Renzo Fratini, el nuevo obispo hizo un llamamiento a la participación activa de los fieles para estar “al lado de los heridos de la vida” y reivindicar con obras y palabras “la dignidad de toda persona”.

Herrero estuvo acompañado por algunos de sus predecesores en el cargo, como José Ignacio Munilla, Esteban Escudero, Rafael Palmero y Nicolás Castellanos, además del cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez o el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. Por otro lado, el ministro en funciones de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, y el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, se dieron cita en la ceremonia.

4.000 fieles

El agustino congregó en la catedral a más de 4.000 fieles, muchos de ellos procedentes de Cantabria, donde ha sido vicario general durante 17 años. Ante ellos confesó que, cuando conoció la noticia de su designación, le inundó un “mar de dudas”, pero al mismo tiempo le invadió una enorme alegría por volver a la ciudad donde se formó y donde se estrenó como sacerdote. Y no viene para vivir solo, ya que no va a residir en el obispado, sino en la residencia del antiguo seminario, porque dice estar acostumbrado a vivir en comunidad. Así, compartirá los hábitos cotidianos con otros 24 sacerdotes.

En el nº 2.994 de Vida Nueva


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