José Lorenzo, redactor jefe de Vida Nueva
Redactor jefe de Vida Nueva

Obispos insumisos


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Las legislaciones sobre ideología de género les quitan el sueño a algunos pastores. Tanto que los hay que invitan a desobedecer unas leyes que consideran inicuas. A la mayoría de los españoles, lo que les perturba es el paro, como acaba de decirnos el CIS, un primer puesto que viene ocupando en los desvelos de la gente desde que comenzó esta crisis, en 2008. “Se nos está marchando la sociedad”, dice un obispo para resumir la distancia sideral que suele mediar entre las preocupaciones pastorales y las de la gente. Es verdad que siempre se podrá aducir que el común de los mortales no tiene la visión de nuestros pastores, que procuran ir por delante advirtiéndonos de los males que nos acechan. Pero entonces, alguien también les podrá replicar que llevamos años viviendo bajo legislaciones muy dañinas y que no ha habido obispos antisistema que las hayan desobedecido.

Hace un año –nada menos que ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU–, Cáritas Española alertaba de los riesgos que la crisis había supuesto para los ciudadanos. Riesgos “en derechos humanos, inmigración, seguridad ciudadana y vivienda”, acotaba la organización eclesial. Incluso pedía alguna derogación, como en el caso de las “devoluciones en caliente”. Tampoco le gustó la “Ley mordaza” porque, “criminaliza la pobreza”. Y de la reforma laboral que ha parido el “precariado”, un análisis de esta confederación la consideraba “un retroceso en los derechos laborales de los trabajadores, actuales y futuros”.

Esa situación, según acaba de certificar Cáritas a través de Foessa, ha creado un país a dos velocidades, en donde la recuperación económica es incapaz de sacar de la pobreza a los que malviven en ella. Tal constatación indica que un poquito inicuas sí que han sido esas leyes, aunque siga habiendo obispos que no vean más pobres que antes. Tal vez porque están mirando más lejos…

En el nº 2.992 de Vida Nueva


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