Una pastoral sin candados para todas las familias

José Luis Fernández y su mujer, matrimonio católico de Arganda del Rey Madrid

Ajenos a las tensiones doctrinales, familias y colectivos de base aplauden la acogida de ‘Amoris laetitia’ a “marginados y alejados”

José Luis Fernández y su mujer, matrimonio católico de Arganda del Rey Madrid

José Luis Fernández y su mujer llevan décadas implicados en su parroquia

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA Y RUBÉN CRUZ | Pese a que no todas las comunidades y realidades eclesiales se hagan eco de ella, Amoris laetitia apunta con tanta fuerza el camino pastoral a seguir –acompañar, discernir e integrar– que, las que sí la han empezado a trabajar, ya perciben la ilusión de muchas familias y colectivos creyentes que antes se sentían al margen de la Iglesia.

Julián Ajenjo, uno de los fundadores, hace dos años en Valencia, del Grupo Sepas, para cristianos separados, percibe que se está produciendo “un cambio en la pastoral familiar hasta hace poco impensable”. Una “experiencia de acogida positiva” que ve más allá del papa Francisco y que él mismo siente en su ámbito propio: “En nuestro caso, esa actitud de acogida nos la han brindado los jesuitas del Centro Arrupe de Valencia. Como cristiano separado, acudí a muchas instancias eclesiales pidiendo ayuda, pero nadie me dio respuesta. En el Centro, ellos mismos nos animaron a crear el programa. (…)

En cuanto a la comunión para los divorciados, este laico valenciano pide “ir más allá del debate de sacramento sí o no. Es importante y la negativa muchos la viven con un especial dolor, pero lo esencial de este cambio de pastoral es que Francisco pone en primer lugar al hermano, más allá de su condición. Recibamos o no la comunión, es clave sentir que Cristo nos acoge como somos y está en medio de nosotros”. (…)

José Luis Fernández, laico comprometido junto a su mujer y a sus hijos adultos en diversas realidades parroquiales en Arganda del Rey (Madrid), desde Cáritas al acompañamiento de novios que se preparan para casarse, se congratula de que, “aunque todavía es pronto para determinar los frutos de Amoris laetitia, ya ha generado esperanza a quienes hasta ahora no la tenían, por lo que se vislumbra un horizonte menos dogmático y más abierto al discernimiento”. (…)

Fernández se muestra esperanzado ante lo que ve como un nuevo paradigma: “Entendemos que, hasta ahora, la doctrina de la Iglesia respecto a las situaciones traumáticas del matrimonio se basaba en normas teológicas que no se podían alterar bajo ningún concepto. Esto provocaba en muchos verdaderos estados de angustia. Francisco nos viene a decir que las cosas hay que analizarlas, que ‘es verdad que las normas generales presentan un bien que nunca se debe desatender ni descuidar, pero en su formulación no pueden abarcar absolutamente todas las situaciones particulares’”.

 

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ESPECIAL ‘AMORIS LAETITIA’:

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