El mensaje de paz va calando en República Centroafricana

Papa en República Centroafricana

Cristianos y musulmanes siguen sumando esfuerzos en las iniciativas de reconciliación

Papa en República Centroafricana

La visita del Papa en 2015 alentó la concordia

JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ (BANGUI) | En República Centroafricana, uno de los países del mundo más azotados por un conflicto con trasfondo de luchas interreligiosas, siguen surgiendo iniciativas de cristianos y musulmanes por la concordia y el entendimiento. La última, el Partenariat Interconfessionnel pour la Consolidation de la Paix (PICP), presentada recientemente, la integran la Plataforma Interreligiosa, Catholic Relief Services, Islamic Relief Worlswide, y dos ONG internacionales: World Vision y Aegis Trust. La agencia de cooperación norteamericana (USAID) financiará durante cinco años este proyecto, que incluye un ambicioso programa de educación para la paz y sanación de los traumas de guerra.

Considerada como el segundo país más pobre del mundo, República Centroafricana siempre ha vivido desde su independencia en 1960 una larga sucesión de guerras y golpes de Estado que la sumieron en la miseria. La más grave comenzó a finales de 2012 con la ofensiva de la Seleka, una rebelión de mayoría musulmana que comenzó en el marginado noreste del país. En marzo de 2013 derrocaron al presidente F. Bozizé e instauraron un régimen de terror en el que las víctimas fueron de mayoría cristiana.

Como respuesta, surgió otra rebelión –los antibalaka–, que a finales de 2013 empezó a atacar a los musulmanes. A principios de 2014, la Seleka dejó el poder, pero el nuevo Gobierno de transición –liderado por C. Samba-Panza– no logró controlar la espiral de violencia y venganza. Hoy, de sus cuatro millones y medio de habitantes, medio millón siguen refugiados en el extranjero –sobre todo Chad y Camerún– y otro medio millón son desplazados internos.

Nada más empezar la crisis, los tres principales líderes religiosos se unieron para trabajar por la paz: el arzobispo católico de Bangui, D. Nzapalainga; el presidente de la Alianza Evangélica, N. Nguerekoyame; y el imán K. Layama, han recorrido los focos de conflicto para llamar a la reconciliación, aun a riesgo de sus vidas, ya que para muchos musulmanes radicales Layama es un traidor, y muchos cristianos han reprochado a Nzapalainga que llevara ayuda humanitaria a musulmanes.

En Bangui, donde hasta 2014 había un 15% de musulmanes, hoy solo quedan cinco mezquitas, y numerosas iglesias cristianas han sido destruidas. La ONU calcula que en la capital hay 10.000 viviendas en ruinas por las incursiones armadas.

Una visita que animó

En medio de tanto odio, la visita del papa Francisco en noviembre de 2015 sirvió para calmar las tensiones y animar a los centroafricanos a seguir el sendero de la paz. Desde 2014, cristianos del barrio de Lakouanga financian la reconstrucción de la mezquita del vecindario. En el enclave musulmán del Kilómetro Cinco, creyentes de ambas religiones rehabilitan juntos mercados donde antaño convivían sin problemas. En otros casos, antiguos líderes Seleka y antibalaka han organizado partidos de fútbol en Bangui para promover el encuentro entre antiguos vecinos.

Tras las elecciones presidenciales de inicios de este año, el nuevo presidente, F.-A.Touadéra, ha formado un gobierno para sacar al país de la crisis. La tarea más urgente es desarmar a las milicias, que controlan aún amplias zonas del país. Los líderes religiosos, por su parte, tienen muy claro que su tarea será preparar a la gente para volver a vivir juntos y reconciliarse. Iniciativas como el PICP son un ejemplo de cómo, pese a las mil dificultades, el mensaje en favor de la paz ha calado hondo en la población.

En el nº 2.990 de Vida Nueva


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