La Fundación SM premia la literatura para aprender a ser mejores

Premios Barco de Vapor 2016

Doña Letizia entrega a Roberto Santiago y a Álvaro García los premios El Barco de Vapor y Gran Angular 2016

Premios SM 2016: Roberto Santiago (autor de ‘Los protectores’) y Álvaro García (‘León Kamikaze’)

A la izquierda, Roberto Santiago (autor de ‘Los protectores’). A la derecha, Álvaro García (‘León Kamikaze’)

La Fundación SM premia la literatura para aprender a ser mejores [extracto]

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | “No me considero consagrado, creo que estoy empezando, aprendiendo. Hace ya veinte años que publiqué mi primer libro y desde entonces he hecho muchas cosas, muchas películas, pero ganar El Barco de Vapor me hace tanta ilusión como si fuera el primer día. Es un espaldarazo, es confirmar que la gente cree en lo que escribo”. Es lo que proclama Roberto Santiago (Madrid, 1968), brillante –y elocuente– ganador del premio SM de Literatura Infantil con una novela que habla de solidaridad y bien común, Los Protectores: “He intentado que sea un reflejo de esa edad en la que dejamos de ser niños pero todavía no somos adolescentes –afirma–, una frontera muy delicada donde la independencia, los conflictos sentimentales o el uso de la tecnología se convierten en materia narrativa de primer orden”.

Santiago recibió el martes 19 de abril el galardón de manos de la Reina. “Leer nos hace mejores”, proclamo Doña Letizia en la Real Casa de Correos, sede de la Comunidad de Madrid. Y más aún si se leen novelas como Los Protectores, o como León Kamikaze, con la que Álvaro García Hernández (Valencia, 1976) recibió, también de Su Majestad, el Gran Angular, el premio SM de Literatura Juvenil. “El personaje al principio es un inadaptado, y lo es porque su destino es mucho más enorme –explica García Hernández–. Tan enorme que la vida cotidiana no es su lugar, y eso no lo comprende. Hasta que no llega a Bombay no entiende que ese es su destino. Entonces se convierte en un verdadero héroe. La esencia del héroe es el que no duda en absoluto de que su trabajo es ayudar a los demás: esa voluntad es su fortaleza”. Los prestigiosos galardones de la Fundación SM –que han alcanzado la 38ª edición– coinciden este año en la ayuda al prójimo como gran tema literario, y sin duda heroico. Cada una, eso sí, sigue caminos muy distintos.

La pasión por escribir novelas infantiles ha hecho de Roberto Santiago uno de los autores españoles más leídos y seguidos, con la colección Los Futbolísimos, un fenómeno editorial con más de 700.000 ejemplares y ocho volúmenes ya publicados. “Evidentemente, hay cosas en común con Los Protectores –señala–. Para empezar, son dos novelas de pandilla, como yo digo. Hay un protagonista muy claro, pero son novelas muy corales donde la pandilla ejerce un rol fundamental en la historia. Luego tienen un tono de aventura, de misterio y de humor, no hay más en común. Pero creo que a los que les ha gustado Los Futbolísimos, les va a encantar Los Protectores”. Además, este guionista, dramaturgo y director de cine, que ha escrito y dirigido, entre otras películas, El penalti más largo del mundo (nominado al Goya al Mejor Guión), tiene la intuición de que Los Protectores acabará siendo también una saga de éxito: “Como siempre en mis historias, al tomar prestados elementos autobiográficos, lo más difícil es desechar partes de la trama. Tengo material suficiente para escribir varias novelas, y de hecho es posible que lo haga”, explica.

Héroe y antihéroe

Esos protectores a los que alude el título son unos peculiares agentes especiales –“el primer cuerpo de policía del mundo integrado por niños y niñas”– que hacen frente a la violencia y la mentira de Los Apaches, “un puñado de chicos y chicas adolescentes que siembran el terror en el colegio y en el barrio”. La última incorporación de Los Protectores es el protagonista –y narrador– de la novela, un niño de once años, Vicente Friman, observador, tímido y retraído que se va a infiltrar entre Los Apaches. “Es el antihéroe perfecto. No es alto, guapo ni valiente, sino más bien al contrario: bajito y lleno de miedos, pero muy buena persona”, lo describe Santiago.

Premios Barco de Vapor 2016

De izqda. a dcha., Marcial Marín, secretario de Estado de Educación; Roberto Santiago; Luis F. Crespo, presidente de SM; Álvaro García; y Doña Letizia

Muy distinto es León Kamikaze, el “héroe destructivo” que da título a la novela con la que Álvaro García Hernández se abre paso a la literatura juvenil en un gran escaparate como SM. Ese personaje, de una singular fuerza narrativa, finalmente acabará encontrando su lugar en el mundo en Bombay: “Voy a ser alguien que ayude a otros”, dice León. “La novela se basa en esa idea de que nuestras vidas estaban bien con su rutina. Los personajes, todos muy peculiares, intentan que la rutina cotidiana les haga felices –explica García Hernández, profesor de Lengua y Literatura en Secundaria–. De repente, irrumpe León, un inadaptado al que todos rechazan. Y él, como es lógico, les destrozará sus vidas cotidianas”.

León, el protagonista, es un adolescente complicado que atropella en una huida kamikaze en coche a Lola –de la que acaba enamorándose– y que cambiará para siempre en la India, en donde acabará trabajando en una ONG. “En realidad, León Kamikaze está inspirado en El filo de la navaja, de Somerset Maugham –manifiesta el escritor–, pues cuando lo leí me impactó que el protagonista, el héroe de la historia, huyera y dejara a la chica para marcharse a la India; eso lo convertía en un héroe todavía más auténtico”.

En Bombay también descubrió el propio autor –conocido por su blog Diario de un Dios equivocado– “la libertad que quería para León”, como afirma autobiográficamente. Y tan convencido estaba García Hernández en la poderosa seducción –también para los lectores adultos– de su antihéroe que, como dice y demuestra, “me tatué ‘L25eón Kamikaze’ en el brazo dos semanas después de terminar la novela”. Y por eso añade: “No esperaba el premio, pero sí que aposté por ello con toda mi ilusión. Acabé de escribir el libro llorando, yo mismo me… asusté. Jamás me había pasado algo así. Yo sabía que León Kamikaze es una novela especial y aposté por ella. Por suerte, el tatuaje me recordará toda la vida este premio”.

Dos novelas ágiles con humor, tolerancia y respeto

Desde su creación, en 1978, los premios de la Fundación SM buscan promover el gusto por la lectura entre los más jóvenes, “con calidad literaria, valores humanos, sociales, culturales o religiosos que ayuden a construir un mundo digno”, según la convocatoria. Las dos novelas premiadas este año lo cumplen con creces. Los Protectores, recomendada para niños a partir de 8 años y con la que Roberto Santiago ha obtenido El Barco de Vapor entre 225 originales, es, según el jurado, “de ritmo ágil y acción trepidante que presenta una temática actual tejida con humor y fantasía, gracias a una voz narrativa muy cercana, que enganchará al lector”. León Kamikaze, que ha obtenido el Gran Angular entre 148 originales y también ha sido galardonada con 35.000 euros, es “un relato ágil con un estilo rompedor que enlaza con las nuevas formas de lectura, por tener una galería de personajes llenos de humor y todo tipo de matices y por mostrar con honestidad la evolución ética del protagonista”, según el juicio del jurado. Álvaro García Hernández ha incluido, por ejemplo, numerosos #hastags propios de las redes sociales para facilitar la comprensión lectora. Y, por supuesto, humor, tolerancia, respeto, diálogo y educación.

En el nº 2.985 de Vida Nueva

 

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