La exhortación ‘Amoris laetitia’, de la A a la Z

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Guía para leer el documento del papa Francisco sobre el amor en la familia

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MARÍA GÓMEZ | La Iglesia universal esperaba con ganas el texto en el que el papa Francisco traza las líneas para la pastoral con las familias. La exhortación apostólica postsinodal Amoris laetitia (La alegría del amor), publicada el pasado viernes 8 de abril, viene a ser el documento que resume las consideraciones del Pontífice después varios años reflexionando sobre el tema, principalmente, los Sínodos de 2014 y 2015. Fácil de leer y con consejos prácticos –al más puro estilo Francisco–, plagado de citas y referencias al Sínodo y a pronunciamientos episcopales –reflejo de la sinodalidad– y amplio, muy amplio: 269 páginas, nueve capítulos y hasta 391 notas al pie: “Debido a la riqueza de los dos años de reflexión que aportó el camino sinodal, esta Exhortación aborda, con diferentes estilos, muchos y variados temas. Eso explica su inevitable extensión”. Recomendamos la lectura íntegra de la exhortación, pero ofrecemos este alfabeto-síntesis a modo de guía.

 

ACOMPAÑAMIENTO

Es una de las claves de la exhortación: acompañar a los novios en el camino hacia el sacramento, acompañar en los primeros años de la vida matrimonial y acompañar después de rupturas y divorcios; “acompañar, discernir e integrar la fragilidad”; acompañar con “verdad, paciencia y misericordia”… Acompañar, asesorar, ayudar, alentar… Es un mensaje no solo para los sacerdotes y agentes de pastoral, sino para toda la comunidad cristiana. “Hoy, la pastoral familiar debe ser fundamentalmente misionera, en salida, en cercanía, en lugar de reducirse a ser una fábrica de cursos a los que pocos asisten”.

BIBLIA

El papa Francisco dedica el primero de los nueve capítulos de la exhortación a rescatar de la Biblia los ejemplos de familias, generaciones, historias de amor y crisis familiares, desde la escena de Adán y Eva hasta la última página del Apocalipsis, con las bodas de la Esposa y el Cordero. En este punto, aparece otra “B” muy señalada por algunos analistas: Borges, Jorge Luis, escritor de referencia para Bergoglio, a quien cita en el punto 8 del documento.

CRISIS

Aparte de otras muchas referencias, hay un epígrafe completo dedicado a la crisis (231-238), que aborda desde la etapa del noviazgo hasta la llegada de los hijos, los problemas laborales o, en general, las insatisfacciones. Se leen frases tan sugerentes como estas: “Hay que ayudar a descubrir que una crisis superada no lleva a una relación con menor intensidad, sino a mejorar, asentar y madurar el vino de la unión”; “No se convive para ser cada vez menos felices, sino para aprender a ser felices de un modo nuevo”; “Cada crisis implica un aprendizaje que permite incrementar la intensidad de la vida compartida, o al menos encontrar un nuevo sentido a la experiencia matrimonial”

DIVORCIADOS VUELTOS A CASAR

Es el titular estrella de la exhortación. El tema del que más se habló antes y durante el Sínodo, que copó debates y análisis. Por fin llega Amoris laetitia, y aconsejamos leer entero el capítulo octavo para no dejase llevar por interpretaciones rápidas en uno u otro sentido. Aquí entresacamos cuatro frases a modo de introducción al tema, nada fácil, sobre la solución del Papa, basada en otra “D”: discernimiento.

“A las personas divorciadas que viven en nueva unión, es importante hacerles sentir que son parte de la Iglesia, que ‘no están excomulgadas’ y no son tratadas como tales, porque siempre integran la comunión eclesial” (p. 243). “Nadie puede ser condenado para siempre, porque esa no es la lógica del Evangelio” (p. 297). “Ya no es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada ‘irregular’ viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante” (p. 301). “Es posible que, en medio de una situación objetiva de pecado —que no sea subjetivamente culpable o que no lo sea de modo pleno— se pueda vivir en gracia de Dios, se pueda amar, y también se pueda crecer en la vida de la gracia y la caridad, recibiendo para ello la ayuda de la Iglesia” (p. 305)

¿Y la comunión? La repuesta se da en la nota al pie nº 351: “En ciertos casos, podría ser también la ayuda de los sacramentos. (…) la Eucaristía ‘no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles'”.

EDUCACIÓN DE LOS HIJOS

El capítulo séptimo se titula precisamente así: ‘Fortalecer la educación de los hijos’. Son 30 puntos en total que hablan de la formación ética y moral, de la vida familiar como contexto educativo, de cómo transmitir la fe… y también de educación sexual.

FORMACIÓN

Formación, en este caso, de los agentes de pastoral, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, seminaristas, laicos, catequistas, asociaciones y, en fin, todo aquel miembro de la comunidad cristiana que recibe el mandato de acompañar a la familia. El Papa habla de ello en el capítulo sexto y recomienda que “una buena capacitación pastoral” que complementa la dirección espiritual, los “inestimables recursos espirituales de la Iglesia” y la “Reconciliación sacramental”.

GOZO Y DIMENSIÓN ERÓTICA DEL AMOR

“Dios ama el gozo de sus hijos y “Dios mismo creó la sexualidad”, escribe el papa Francisco, así que no se trata de no hablar del tema; al contrario: “La educación de la emotividad y del instinto es necesaria”, pero matiza: “A veces es indispensable ponerse algún límite”: ojo con el exceso, el descontrol, “la obsesión por un solo tipo de placeres”… “De ninguna manera podemos entender la dimensión erótica del amor como un mal permitido o como un peso a tolerar por el bien de la familia, sino como don de Dios que embellece el encuentro de los esposos”.

HOMOSEXUALES

Otra cuestión que también ocupó muchas horas de debate y sobre la que costó llegar a un acuerdo durante el Sínodo. Francisco reitera que “toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar ‘todo signo de discriminación injusta'”, e insiste también en que no se puede equiparar la unión de personas del mismo sexo con el matrimonio. En definitiva, ningún cambio sobre lo dicho en otras ocasiones.

IDEOLOGÍA DE GÉNERO

Es uno de los muchos desafíos enunciados tanto en los Sínodos como en la exhortación, a los que la familia se enfrenta hoy en día: “Una cosa es comprender la fragilidad humana o la complejidad de la vida, y otra cosa es aceptar ideologías que pretenden partir en dos los aspectos inseparables de la realidad. No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes”.

JUBILEO DE LA MISERICORDIA

Providencialmente, la exhortación apostólica postsinodal llega en el Jubileo o Año Santo de la Misericordia, convocado por el propio Francisco. Él espera que este documento aliente “a todos para que sean signos de misericordia y cercanía allí donde la vida familiar no se realiza perfectamente o no se desarrolla con paz y gozo”. La palabra ‘misericordia’ aparece 40 veces en el texto.

LENGUAJE AMABLE DE JESÚS

Dice el Papa que “el que ama es capaz de decir palabras de aliento”, y pone como ejemplo algunas palabras que Jesús decía a las personas: “¡Ánimo hijo!, “¡Qué grande es tu fe!”, “¡Levántate!”, “Vete en paz”, “No tengáis miedo”. “En la familia –sigue Francisco– hay que aprender este lenguaje amable de Jesús”.

MATRIMONIOS MIXTOS

Los matrimonios entre católicos y otros bautizados son abordados como una “situación compleja” que merece una atención específica, por ejemplo, ante el sacramento de la Eucaristía, algo que solo debe compartirse de manera “excepcional” y según las disposiciones establecidas. En todo caso, son un “lugar privilegiado” para el diálogo interreligioso.

NULIDADES

Amoris laetitia recoge la preocupación de Francisco por acelerar y simplificar los procedimientos de nulidad matrimonial (“La lentitud de los procesos irrita y cansa a la gente”) y recuerda los motus proprios que él firmó y que deben aplicarse en este sentido.

ORACIÓN

Entre otros muchos consejos prácticos que el Papa deja en la exhortación, recomienda la oración como “medio privilegiado para expresar y fortalecer esta fe pascual”: buscar unos minutos al día para estar unidos ante el Señor, decirle qué cosas nos preocupan, pedir por las necesidades familiares, darle gracias por las cosas buenas, etc. “Con palabras sencillas, ese momento de oración puede hacer muchísimo bien a la familia”.

PROCREACIÓN Y OTRAS FORMAS DE FECUNDIDAD

“El amor siempre da vida. Por eso, el amor conyugal no se agota dentro de la pareja”, sino que un hijo es “reflejo viviente de su amor”. En el capítulo quinto se habla no solo de procreación, nueva vida, fecundidad, embarazo, maternidad o familias numerosas; sino que se presentan la adopción y la acogida como una opción para los matrimonios que no pueden tener hijos. Y todavía más: toda familia, con hijos o sin ellos, “está llamada a dejar su huella en la sociedad donde está inserta”.

RECURSOS PRÁCTICOS

Recursos prácticos de gran utilidad son los que poseen los matrimonios con experiencia y que pueden servir tanto en los primeros años de convivencia: programar momentos para estar juntos, momentos para estar con los hijos, diversas maneras de celebrar cosas importantes, espacios de espiritualidad compartida, aprender a comunicarse mejor, etc. Hay más recursos prácticos entre los puntos 223-230.

SAGRADA FAMILIA

“Jesús, María y José / en vosotros contemplamos / el esplendor del verdadero amor, / a vosotros, confiados, nos dirigimos…”. Es la oración que cierra la exhortación. En otro lugar, Francisco cita a Pablo VI: “Enseñe Nazaret lo que es la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable; enseñe lo dulce e insustituible que es su pedagogía; enseñe lo fundamental e insuperable de su sociología”.

TTRABAJO Y OTRAS “COERCIONES ECONÓMICAS”

Dice el Papa que el trabajo hace posible, entre otras cosas, el sostenimiento de la familia “y también su estabilidad y su fecundidad”, y por eso lamenta que “desocupación y la precariedad laboral se transformen en sufrimiento”, así como las largas jornadas laborales. En otro párrafo habla de la necesidad de una vivienda que permita formar un hogar, o del necesario acceso a un servicio de salud. En definitiva, el Pontífice critica las “coerciones económicas” a las que se ve sometida la familia y reclama medidas políticas que favorezcan la planificación y sostenimiento de los proyectos familiares.

UNIONES DE HECHO, MATRIMONIOS CIVILES Y PAREJAS QUE CONVIVEN

Son varios los tipos de familia que no responden al ideal del matrimonio cristiano, y ante estas nuevas realidad crecientes, el Papa opina que “en estas situaciones podrán ser valorados aquellos signos de amor que de algún modo reflejan el amor de Dios”. “Es preciso afrontar todas estas situaciones de manera constructiva, tratando de transformarlas en oportunidad de camino hacia la plenitud del matrimonio y de la familia a la luz del Evangelio. Se trata de acogerlas y acompañarlas con paciencia y delicadeza”.

VOCACIÓN DE FAMILIA

El matrimonio es una vocación que lanza a las parejas “hacia adelante, con la firme y realista decisión de atravesar juntos todas las pruebas y momentos difíciles”. Francisco agradece a las familias que son capaces de realizar esta vocación y que, “lejos de considerarse perfectas”, “siguen adelante, aunque caigan muchas veces a lo largo del camino”. Y, más allá de los problemas reconocidos, alienta a seguir proponiendo este camino, presentando las razones y las motivaciones, “de manera que las personas estén mejor dispuestas a responder a la gracia que Dios les ofrece”.

ZELOI (CELOS, ENVIDIA)

“Se rechaza como contraria al amor una actitud expresada como zeloi (celos, envidia). Significa que en el amor no hay lugar para sentir malestar por el bien de otro”. Es una de las características del amor verdadero, la ausencia de envidia; junto a ella, la paciencia, la actitud de servicio, la amabilidad, el desprendimiento, el perdón… Todas ellas, expresadas en el himno de la caridad de san Pablo, transcrito en el punto 90 de la exhortación.

Y una coda…

… la última frase de la exhortación, que no puede ser más alentadora: “Caminemos familias, sigamos caminando. Lo que se nos promete es siempre más. No desesperemos por nuestros límites, pero tampoco renunciemos a buscar la plenitud de amor y de comunión que se nos ha prometido”.

 

ESPECIAL ‘AMORIS LAETITIA’:

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