Tribuna

El peligroso síndrome del diez

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Un artículo de Dolores Aleixandre sobre las mujeres y la responsabilidad

mujer de Iglesia sentada en una sala vacía sola abre los brazos en expresión de felicidad

DOLORES ALEIXANDRE. RSCJ | Científicos de todo el mundo estudian con interés un virus muy tóxico que, salvo excepciones, ataca solo al género femenino, y que presenta los siguientes síntomas:

* Las mujeres afectadas, al recibir alguna propuesta que suponga ejercicio de cualquier tipo de responsabilidad, experimentan en su interior un fuerte empuje de arriba a abajo, equivalente al peso del volumen de sensatez desalojado.

* Les asaltan entonces imágenes distorsionadas de sí mismas que, de no ser controladas, desembocan en el típico balbuceo entrecortado “yonovalgo, yonopuedo, yonosé”. Eso les hace preferir el “modelo bonsái” de una vida recortada y canija en su maceta de siempre, a salvo de cualquier amenaza de fracaso o crítica.

* Son víctimas de una alarmante amnesia que bloquea el recuerdo de todas las incompetencias, ineptitudes y torpezas con que algunos varones han desempeñado antes esas mismas responsabilidades. Esta dañina pérdida de memoria les induce a creer, erróneamente, que para desempeñar la responsabilidad que se les propone necesitan ser UN DIEZ, olvidando que, a lo largo de la historia, y junto a quienes ejercieron sus cargos de manera satisfactoria y aun excelente, bastantes otros han merecido la calificación de cuatro, seis, e incluso menos dos.

Mientras no se consiga una vacuna eficaz, la OMS recomienda a las mujeres que se apoyen enérgicamente unas a otras y que, llegado el momento de proponer, elegir, preferir o votar, se inclinen por darse oportunidades unas a otras.

Allí donde se ha dado ya este viraje, todo sigue transcurriendo con la normalidad de la vida misma, con sus aciertos, tanteos, fracasos y búsquedas. Bien es verdad que en bastantes ocasiones se observan notables avances en fluidez de relaciones, disminución de protagonismo, trabajo en equipo y habilidades de inteligencia emocional.

Hasta hoy no se han dado casos de mujeres que estén ahora desempeñando responsabilidades reservadas antes a varones y que se hayan visto a sí mismas anteriormente como UN DIEZ. Varias tesis doctorales en curso dentro de la Escuela de Palo Alto (California) continúan estudiando este hecho asombroso.

Habrá que mantenerse atentos a los resultados de la investigación.

En el nº 2.982 de Vida Nueva

 

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