Adelanto editorial: ‘No sé cómo amarte’, nueva novela de Pedro Miguel Lamet

No sé cómo amarte, nueva novela de Pedro Miguel Lamet, SJ, Editorial Mensajero

El escritor y periodista jesuita publica las ‘cartas de María Magdalena a Jesús de Nazaret’

PEDRO MIGUEL LAMET, SJ, escritor y periodista | A partir del próximo 11 de abril, estará en librerías la novela No sé cómo amarte. Cartas de María Magdalena a Jesús de Nazaret (Mensajero). El autor se sirve del intimista género epistolar para relatar en primera persona una singular visión del evangelio desde la mirada de una mujer inteligente, maltratada y enamorada. En el número de esta semana, Vida Nueva ofrece un adelanto editorial. (Clic aquí si eres suscriptor)

Argumento de la novela

Después de la crucifixión y muerte de Jesús, María de Magdala envía a María de Nazaret, su madre, unos papiros que dirigió al Maestro y nunca se atrevió a entregarle. En estas cartas manuscritas relata, con lenguaje íntimo y apasionado, confidencias de su azarosa vida antes de conocerle y su radical transformación tras el encuentro de ambos en Galilea. Nacida en Magdala e hija de un rico comerciante de salazón de pescado, que maltrataba a su madre, todavía adolescente se ve obligada a huir y atravesar duras y arriesgadas situaciones: desde un lupanar en Cesarea Marítima a ser vendida como esclava, favorita del rey de los Nabateos y famosa bailarina en Tiberíades, pasando por el amor de un centurión romano, la explotación de una banda de beduinos en el desierto y la amistad de un sabio griego y un médico judío. Fascinada por Jesús, que la cura de sus dolencias, se convierte en su más fiel seguidora hasta su muerte y resurrección. La obra pretende retratar la psicología de una mujer buscadora, libre y compleja, ante la trágica experiencia de un amor tan espiritualmente grande como humanamente imposible, que la supera y la sublima.

 

No sabía cómo amarle. Carta de María Magdalena a María de Nazaret (Papiro 0)

Querida María:

Supongo que te sorprenderá recibir de pronto esta carta. Sé que aún no has enjugado del todo tus lágrimas y que aquel mediodía transformado en noche se quedará para siempre en tus pupilas como el segundo nacimiento de tu hijo, inerte y flácido entre tus brazos como una flor de luz y de sangre. Sé que podría esperar algún tiempo más y retrasar este envío que hoy te hago, por medio de Sísifo, hasta que los acontecimientos vividos en la ciudad se vayan apaciguando y la vida tomando, en la medida de lo posible, cauces de cierta normalidad. Aunque ¿pueden nuestras vidas en algún momento llegar a ser normales después de lo sufrido y sentido durante las últimas semanas? De modo muy consciente he querido dejarte a solas con Juan, porque, como el Maestro nos inculcó antes de morir, al parecer era lo que él quería y porque yo necesitaba abandonar por un tiempo esa ciudad que lo mató y acercarme de nuevo a Galilea, a mi Magdala natal, para rumiar y meditar detenidamente este poso de dolor, quietud y desconcierto que nos ha dejado a todos tras su partida y esta nueva manera de vivirle que ahora intentamos estrenar.

¡Cuántos recuerdos brotan a borbotones del fondo del alma y cuánto nos queda aún por saborear y por comprender cabalmente! Preguntas clavadas en el corazón que no acaban de encontrar plena respuesta. ¿Por qué subió a Jerusalén a sabiendas de que se metía en la trampa fatal? ¿Por qué estaba tan angustiado si en el fondo, aun repeliéndolo y atribulándole tanto, era lo que quería, pues a eso estaba destinando por su misión en este mundo y lo presentía desde siempre? Y, sobre todo, la gran pregunta que incluso para mí misma sigue sin respuesta: ¿quién era él realmente?

Pero no es esa la razón última de mi misiva. Quiero revelarte un secreto que te he ocultado durante todos estos años, quizá porque responde a un impulso muy íntimo y porque ni siquiera él mismo lo supo nunca. Verás: desde que lo conocí aquella mañana imborrable de primavera en las landas verdes y floridas de Galilea, me sentí tan conmocionada y a la vez tan desbaratada por dentro, que, para desahogarme, comencé a escribirle cartas que nunca me atreví a enviarle y he conservado solo para mí, sin
compartirlas hasta ahora con nadie. (…)

Dime, María, ¿a quién sino a ti podría enviar estas cartas de enamorada? ¿A quién desembaular de pronto este saco de secretos, esta catarata de amor y angustia que se despeña de mi corazón? ¿Quién sino tú puede entender este desgarro de sol y sombra que me anega?

* ¿Quieres seguir leyendo este artículo? Pliego completo en este enlace solo para suscriptores

* Comprar el número suelto en la app de la Revista Vida Nueva nº 2.982: en iPad o para dispositivos de Android

* Suscribirse a Vida Nueva

En el nº 2.982 de Vida Nueva. Del 2 al 8 de abril de 2016

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir