Cáritas pide una Ley Integral contra la Trata

Informe de Cáritas contra la trata y la prostitucion

La entidad eclesial atiende cada año a más de 2.000 víctimas de la prostitución

Informe de Cáritas contra la trata y la prostitucion

BLANCA RUIZ ANTÓN | En el mundo de la prostitución todo tiene un precio. Las personas, las copas, una habitación… Pero lo que más cuesta es la soledad. “Cuando jóvenes del Caribe o Latinoamérica se encuentran en mitad de una aldea de Galicia, lo único que pueden hacer es llorar y llorar”, dice Lourdes Pazo, del proyecto Vagalume, en Santiago. Ella fue la encargada de presentar en Madrid, el 10 de marzo, La prostitución desde la experiencia y la mirada de Cáritas, un informe basado “en la realidad vivida con las mujeres acompañadas en las calles, en los clubes, en las casas de acogida, y que hacía necesaria una toma de postura de nuestra institución”.

Aunque Cáritas reclama ir más allá de los números y ver lo que hay detrás: personas. “Una mujer es mucho más que la actividad que ejerce, y esta es solo una situación de su vida que puede cambiar”, destacó Paco Cristóbal, director del Área de Desarrollo Social de Cáritas.

Una visión esperanzadora

La visión de Cáritas es esperanzadora, porque propone soluciones. Por eso insiste en que los poderes públicos garanticen el cumplimiento de los derechos humanos para las víctimas de la trata de personas con fines de explotación sexual. A pesar de que España tiene una amplia legislación al respecto, Cristóbal precisó que se actúa de manera reactiva ante las protestas vecinales, lo que lleva a una mayor represión y aislamiento de la mujer. Cáritas apuesta por la educación, la sensibilización y la atención sanitaria y, sobre todo, por la aprobación de una Ley Integral contra la Trata. Lo que pasa por perseguir a quienes se lucran con un negocio que mueve tanto dinero como la venta de armas y drogas a nivel internacional.

La mayoría de las más de 2.000 mujeres ayudadas desde Cáritas son menores de 35 años, extranjeras y con menores a su cargo. Menos de un 20% son españolas. Entre estas se ha apreciado un aumento de la prostitución por la crisis.

Pero el problema que presenta el documento es más profundo: ahonda en la trata de personas para su explotación sexual, “delito del que son víctimas una parte importante de las mujeres y niñas que ejercen la prostitución”. Así lo explicó Mª Luz Vincent, del proyecto Jerejere, con el que Cáritas de Valencia se encuentra con las víctimas que se prostituyen en el puerto y polígonos de la ciudad. Vincent destacó la importancia de crear “vínculos de confianza” con ellas. Así, aunque el primer encuentro se realiza en su zona de trabajo, después se ven con ellas “fuera del contexto de la prostitución, con sus hijos y en su vida normal”, para ayudarles a recuperar la autoestima perdida.

En el nº 2.981 de Vida Nueva

 

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