Valencia recupera su ‘Capilla Sixtina’, una bóveda deslumbrante

Una innovadora restauración rescata casi dos mil metros cuadrados de espléndidos frescos barrocos

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Con más del doble de obras restauradas que en el Vaticano, esta intervención pictórico-oramental es la más importante realizada en el mundo hasta la fecha

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | Color, luz, belleza. Los frescos impresionan. “Es una de las creaciones más extraordinarias de toda la historia del arte en Valencia”, describe Antonio Corbí, párroco de la iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir, en pleno centro de Valencia, en el corazón de la Ciutat Vella. Corbí mira hacia arriba, a la bóveda, a los frescos. Después de dos años de una restauración innovadora y ejemplar, las pinturas barrocas de Dionís Vidal lucen ahora espléndidas y luminosas.

“La iglesia era muy oscura, muy tenebrosa. Y las pinturas estaban completamente negras”, explica a Vida Nueva Pilar Roig Picazo, catedrática del Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universitat Politècnica de València (UPV), que ha dirigido los trabajos. Una superficie de 1.904 metros cuadrados pintados sobre la bóveda y que se extiende por las claves, los arcos, las pilastras, las lunetas. “La Capilla Sixtina valenciana”, según el mismísimo Gianluigi Colalucci, director de la restauración de los frescos de Miguel Ángel en el Vaticano.

“Sencillamente no nos hemos conformado con hacer una restauración tradicional, sino que hemos partido de la investigación”, explica Pilar Roig, orgullosa ante una intervención que ha sido seguida –y elogiada– por expertos de todo el mundo.

“Previamente hicimos muchos estudios, que nos han llevado a poder aplicar nuevas técnicas. Por ejemplo, biolimpieza con bacterias, que ha consistido en crear en laboratorio unas bacterias muy concretas que se alimentaran de, precisamente, lo que pretendíamos eliminar. Ha sido exitoso porque las bacterias son inanes para la obra y para el medioambiente, y, además, actúan maravillosamente y en un tiempo muy breve”. Además, han usado láser y técnicas de clonación digital: “Concretamente, en una pilastra que estaba completamente en blanco, porque se había caído la pintura original”, añade.

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En el nº 2.977 de Vida Nueva

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