El Papa visita la tumba del emblemático obispo de San Cristóbal de las Casas, defensor de los indígenas
Francisco, de rodillas ante la tumba del obispo Samuel Ruiz en la catedral de San Cristóbal de las Casas
ANTONIO PELAYO, enviado especial, CIUDAD DE MÉXICO | Cuando en el Vaticano se comenzó a hablar del viaje papal a México, el papa Francisco impuso dos condiciones sine qua non: la imperativa visita a Nuestra Señora de Guadalupe y el viaje a Chiapas. A la vista de lo que sucedía el lunes 15 de febrero, se entiende muy bien este empecinamiento de Bergoglio.
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La misa celebrada ayer lunes por la mañana (media tarde en España) en el Centro Deportivo de San Cristóbal de las Casas fue tan emotiva, tan genuina expresión de una liturgia inculturizada en las tradiciones indígenas, tan “devota” que hubiera sido un error renunciar a ella.
Todo, desde la escenografía bellísima, la melodía de las lenguas autóctonas, las músicas interpretadas por los mariachis y, sobre todo, la soberbia interpretación con las marimbas de las hermanas y los hermanos Díaz ha contribuido a crear una atmósfera irrepetible.
Chiapas es el estado más meridional y pobre de México. Durante décadas sus habitantes han sido explotados, humillados, tan maltratados en sus derechos culturales y cívicos que se entiende que en los años noventa del siglo pasado estallase la rebelión zapatista liderada por el mítico subcomandante Marcos (hoy desaparecido). En el intento de acercar las posiciones del gobierno presidido por Carlos Salinas de Gortari y los zapatistas, jugó un papel muy importante el entonces obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz.
La acción de Monseñor Ruiz fue en su día muy discutida y en Roma estuvieron a punto de castigarlo severamente, pero se impuso la cordura (gracias a la intervención, entre otros, del cardenal Etchegaray). Por eso la visita de Francisco a su tumba en la tarde de ayer tenía casi el carácter de un rehabilitación en toda regla, y quien sabe si más adelante no se iniciará el proceso que le lleve a los altares.
En todo caso, su memoria estaba hoy en la mente de todos los asistentes, y especialmente de los pueblos indígenas, en cuya defensa gastó su vida. [DOCUMENTOS: Homilía del papa Francisco en la misa con comunidades indígenas en Chiapas]
