El Papa critica la exclusión “sistemática y estructural” de los indígenas mexicanos

Durante la multitudinaria misa celebrada en San Cristóbal de las Casas, Chiapas

papa Francisco con indigenas en san cristobal de las casas chiapas

Miles de indígenas de todo México se reúnen en Chiapas para esperar con música, trajes típicos y bailes al papa Francisco

DARÍO MENOR, enviado especial, CIUDAD DE MÉXICO | El papa Francisco ha tocado hoy lunes 15 de febrero el corazón indígena de México, con la misa que ha presidido en el centro deportivo municipal de San Cristóbal de las Casas, en el Estado de Chiapas. En esta ceremonia en la que participaron alrededor de 100.000 fieles, en su mayoría miembros de los distintos pueblos originarios del sur del país, el Pontífice clamó contra la “incomprensión y exclusión” de la sociedad que estas comunidades vienen sufriendo “de modo sistemático y estructural”. Lamentó en su homilía que “algunos” consideraran “inferiores” sus valores, cultura y tradiciones.

“Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón! El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita”, dijo Jorge Mario Bergoglio en esta ceremonia litúrgica en la que además del español, se utilizaron varias lenguas indígenas, como el tseltal, el ch’ol y el tsotsil. La Eucaristía estuvo además marcada por los vivos colores de los trajes típicos de los participantes y por el hermoso retablo construido tras el altar.

La reivindicación que el obispo de Roma hizo de los valores de los indígenas resulta especialmente relevante para los jóvenes, quienes están expuestos “a una cultura que intenta suprimir todas las riquezas y características culturales en pos de un mundo homogéneo”. Son ellos los que más necesitan que no se pierda “la sabiduría de sus ancianos. El mundo de hoy, preso del pragmatismo, necesita reaprender el valor de la gratuidad”.

Francisco destacó cómo todos los pueblos tienen un “anhelo de vivir en libertad”, un anhelo “que tiene sabor a tierra prometida donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean la moneda corriente”. Es el deseo presente en “el corazón del hombre y en la memoria de muchos de nuestros pueblos” para lograr alcanzar un tiempo en el que “la desvalorización sea superada por la fraternidad, la injusticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada por la paz”.

En su crítica a los atropellos históricos que han sufrido históricamente los pueblos indígenas lamentó que de diversos modos “se ha querido silenciar y callar ese anhelo, de muchas maneras han intentado anestesiarnos el alma, de muchas formas han pretendido aletargar y adormecer la vida de nuestros niños y jóvenes con la insinuación de que nada puede cambiar o de que son sueños imposibles”.

El cuidado de la casa común

Echando mano de de su encíclica ecológica, Laudato si’, el Papa celebró lo mucho que tienen que enseñar los pueblos originarios de América por su relación “armónica” con la naturaleza. Es necesario aprender de ellos para responder al “desafío ambiental que vivimos”. “Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia”, advirtió el Pontífice, quien tiene previsto visitar la catedral de San Cristóbal de las Casas tras la misa y almorzar con representantes de las comunidades indígenas.

El Papa llegó a esta ciudad en helicóptero desde Tuxla Gutiérrez, adonde le llevó un avión de Aeroméxico que había despegado a primera hora de la mañana desde Ciudad de México. Antes de regresar a la capital al final del día, Francisco celebrará un encuentro con las familias en el estadio de Tuxla Gutiérrez.

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