Europa reconoce el genocidio cristiano en Siria e Irak

El Parlamento Europeo pide que se vigile y castigue toda posible financiación oculta al Estado Islámico

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Grupo de desplazados sirios en un campamento al norte del país

M. Á. MALAVIA | Las matanzas del Estado Islámico en Siria e Irak “contra cristianos, yazidíes y otras minorías étnicas y religiosas” ya son denunciadas por el Parlamento Europeo como “actos de genocidio y crímenes contra la humanidad”. El jueves 4 de febrero, con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, se aprobó una propuesta del eurodiputado sueco Lars Adaktusson en este sentido. Algo que tiene un gran peso simbólico, pero que fundamentalmente debería tener ecos prácticos en cuanto a la protección de las comunidades agredidas.

Patrick Daly, secretario general de la Comisión de las Conferencias Episcopales de Comunidad Europea (COMECE), ha saludado con entusiasmo esta “resolución esencial para poner en marcha las medidas encaminadas a combatir este genocidio” en Oriente Medio, instando a que sean “un imperativo para perseguir a los criminales y que se traduzcan efectivamente en justicia”.

Con ese afán de que vaya mucho más allá de una simple declaración de intenciones, el texto del Parlamento Europeo pide al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que también “tome medidas para que estos crímenes sean reconocidos como genocidio”. Y a todos los estados miembros de la ONU se les exige que vigilen sus posibles acciones u omisiones (o de las instituciones y empresas privadas que operan en su ámbito nacional) que pudieran derivar en un beneficio directo o indirecto para el Estado Islámico, poniendo un especial énfasis en el control del comercio de armas o en el del petróleo, reclamando que lo castiguen en sus códigos penales.

Otro avance significativo de la declaración es su llamada a que la Corte Penal Internacional comience inmediatamente a investigar los crímenes que están configurando este genocidio en Siria e Irak. Igualmente, para que haya un método de control fiable, se insta al mismo Parlamento Europeo a que nombre a un representante permanente dedicado a los posibles casos de persecución religiosa.

Control de la acogida

Finalmente, el texto hace referencia explícita a la situación de los refugiados víctimas de la persecución del Estado Islámico y llama a los estados de la UE a que “garanticen las condiciones necesarias y las perspectivas de todas aquellas personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares o han sido desplazadas por la fuerza”.

Precisamente, a este fenómeno ha hecho referencia el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana. En unas controvertidas declaraciones al periódico regional Passauer Neue Presse, ha advertido de que, a la hora de plantearse la acogida, no solo ha de contar la caridad, “sino también la razón”. Ante el hecho de que la inmensa mayoría de los exiliados que llegan a la UE buscan ir a su país, el purpurado ha pedido equilibrar los esfuerzos: “Necesitamos reducir el número de refugiados en Alemania. No podemos acoger a todos los necesitados del mundo”.

El enfado de Merkel con el Papa

Según ha reconocido Francisco en una entrevista en el Corriere della Sera, la canciller alemana, Angela Merkel, le llamó por teléfono tras su discurso en el Parlamento Europeo, en noviembre de 2014. Y no fue precisamente para felicitarle… “Me llamó enfadada porque había comparado a Europa con una mujer estéril, incapaz de tener hijos”. Tras dar a conocer esta reveladora anécdota, el Pontífice detalla su respuesta: “Me preguntó si de verdad pensaba que Europa no podría tener hijos y yo le contesté que sí, que Europa podría tenerlos aún, porque tiene raíces sólidas y profundas, porque ha tenido y pude tener un papel fundamental y porque en los momentos más oscuros ha demostrado siempre tener recursos”. Sobre la crisis de los refugiados, el Papa solicita “inteligencia” a la UE: “Europa debe y puede cambiar y reformarse. Si no es capaz de ayudar económicamente a los países de donde proceden los refugiados, entonces tiene que plantearse el problema de cómo afrontar este gran desafío que es en primer lugar humanitario”.

En el nº 2.975 de Vida Nueva

 

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