Manos Unidas: así se siembra la lucha contra el hambre

‘Vida Nueva’ presencia cómo se cocina la 57ª Campaña, que se celebra el 14 de febrero

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‘Plántale cara al hambre: siembra’, es el lema de la Campaña de Manos Unidas de este año

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | El domingo 14, Jornada Nacional de Manos Unidas, las parroquias celebrarán la Campaña Contra el Hambre. Habrá vigilias, “cenas” solidarias a base de pan y agua, testimonios… Pero no todos saben que ese espíritu familiar se cuece ya en el origen de la 57ª Campaña. Reunidos el 28 de enero en los madrileños Servicios Centrales de la entidad los misioneros que recorrerán estas semanas toda España para hablar de sus comunidades, Vida Nueva tiene la oportunidad de asistir a la reunión preparatoria. Una mañana para compartir anhelos, abrazos y, por encima de todo, un grito que reclama justicia para las casi 800 millones de personas que aún pasan hambre en el mundo.

La jornada empieza con la lectura del Evangelio donde Jesús habla de la semilla que da buen fruto. Al hilo del lema de la Campaña, Plántale cara al hambre: siembra, sigue la meditación. Luego, cada uno introduce una semilla en dos macetas. Por su gente. Y lo proclaman en alto: “Por los niños de África. Por el que siembra, para que recoja su cosecha. Por la lluvia, que nos da la vida. Para que crezca el amor y el maíz. Para que ningún niño tenga hambre. Para que sembremos justicia en los corazones. Señor, que yo sea tierra buena”. El canto de El sembrador envuelve un momento impactante.

Abre el camino Soledad Suárez, presidenta de Manos Unidas: “Más que de cifras o datos, hablad de lo que vivís. Si queremos una sociedad informada, ¿quiénes mejores que vosotros para contárselo y que se sientan partícipes de que es posible un cambio?”. Y así nace una catarata de experiencias vitales. Como la de la religiosa Ángela García, que está en Malí, donde, gracias a la ayuda que reciben de la institución desde 1980, mantienen proyectos en sanidad o educación. Desde 2012, a causa de la guerra, también con los refugiados, evitando que tengan que dejar la región.

Victoria Braquehais, religiosa de la Pureza de María y que será una de las caras más visibles de la Campaña de Manos Unidas, como misionera en la República Democrática del Congo, concluye con tres claves imprescindibles: “Primero, la presencia, el dar voz a los que no tienen voz; sin olvidar que esta también puede ser virtual, pues en la Red también está la gente [ella tiene blog y cuenta de Twitter]. Segundo, la resistencia, siendo valientes en la denuncia a través de foros o plataformas. Y, tercero, el trabajo en red, aprovechando la cara positiva de la globalización”.

Artículo íntegro solo para suscriptores

En el nº 2.975 de Vida Nueva

 

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