José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

La misericordia y la ética periodística han de abrazarse


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MIÉRCOLES 20. Iglesia de San Antón. En las mesas camilla del altar se habla de las obras de misericordia plasmadas en libros de bolsillo. Público atento al estrado. Estrado que está al quite. Una mujer que vive en la calle se hace hueco por el lateral izquierdo para acudir al aseo abierto 24 horas. Esa vida de la que se habla en el altar pasa a mi lado. Desapercibida. Sin hacer ruido. Sin molestar. Casi de puntillas. Ni siquiera tengo que apartarme para dejarle sitio. Pasa la vida. Pasan las palabras. Termina el acto. Los oyentes marchan. Y el templo lo pueblan voluntarios, esterillas y quienes necesitan algo más que el signo de atravesar la puerta santa de los sin techo. [Presentación: Las obras de misericordia, de Publicaciones Claretianas]

LUNES 25. Premios ¡Bravo! de la comunicación. En la sede de la Conferencia Episcopal. Celli derrocha sonrisas. Y sabios consejos. Los que siempre ha regalado a quienes le han buscado en las oficinas de Via della Conciliazione. “Busquemos una Iglesia enamorada del hombre, no que juzga solamente”. La ovación que recibe nunca la ha buscado. Llegó desde los lares diplomáticos más espinosos, por lo que no le fue fácil apasionarse por la comunicación. Se apasiona por comunicar los sueños de Francisco. Siempre con la humildad y sensatez del sabio. A pesar de los pesares. “Somos una Iglesia que camina con el hombre y no tiene todas las respuestas”.

MARTES 26. Jornada de Delegados de Medios. Intercambio de experiencias en prensa, radio y televisión. Sobre la mesa, las dificultades para “vender” la Buena Noticia. Siempre he pensado que si la justicia y la paz se besan, la misericordia y la ética periodística han de abrazarse. Desde la pluralidad de voces. Sin dogmatimos que frenen. Sobrevuela palabra ‘soportar’. Como carga. Hasta que Joan Piris da la vuelta a la tortilla. “Centrémonos en la idea del soporte como el pilar indispensable, el que sostiene”. La carga ya no se soporta, se comprende.

MIÉRCOLES 27. Acaba de regresar de Honduras. Las interminables horas de vuelo, esperas y jet lag no le quitan el humor. La Santa Sede le ha reelegido director de las Obras Misionales Pontificias. Reconocimiento a la transparencia y a la austeridad. A la confianza en los medios. Al seguimiento personal de los 14.000 misioneros. No se le escapa uno a Don Anastasio. Todos fichados y acompañados. Y aunque hubo terna vaticana protocolo, no había lugar para la duda. Cualquier otro nombre se quedaba a la vera del camino.

jose.beltran@ppc-editorial.com

En el nº 2.974 de Vida Nueva