El genocidio cultural del Estado Islámico

Los fundamentalistas destruyen San Elías, el monasterio más antiguo de Irak

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Interior del monasterio de San Elías (fotografía tomada en 2003, durante la ocupación americana)

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | El autodenominado Estado Islámico (EI) ha reducido a escombros 1.521 años de historia, la del cenobio cristiano más antiguo de Irak. “El monasterio de San Elías ha tenido una perdurabilidad en el tiempo realmente increíble. Construido en el siglo VI, ha sobrevivido a numerosas guerras, pero no ha podido resistir el embate del EI, que con su destrucción pretende borrar la memoria de la presencia cristiana en ese país”, afirma Francisco Martínez Rojas, vicario general de la diócesis de Jaén y doctor en Historia de la Iglesia. El convento, situado a las afueras de Mosul y conocido como Dair Mar Elia –y fundado en 595 por un monje asirio–, ha sido arrasado por completo.

“Su valor simbólico es mucho mayor que el artístico, sin desdeñar este –añade Rojas, también diplomado por la Escuela Vaticana de Diplomática y Archivística y por el Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana de Roma–. No hay que olvidar que Mosul se levanta en el área geográfica de la ciudad bíblica de Nínive, donde se conservaba también la tumba del profeta Jonás, destruida por los islamistas también en 2014”.

Era todo un símbolo del arraigo de la fe cristiana en Oriente Medio. “Es una prueba más de la inhumanidad de los fundamentalistas islámicos, que intentan homogeneizar a la población, masacrando a quien no se convierte al islam, y reescribiendo la historia para eliminar de ella todo lo que no sea musulmán –expone Rojas–. Es un error enorme, porque la historia no se puede volver a escribir, ni se puede presentar de manera unilateral eliminando lo que no gusta, en este caso, la presencia en Irak de otras culturas y otros modos de vivir la fe diferentes del islam”.

No se sabe con exactitud cuándo se arrasó el convento, que fue lugar de peregrinación de los cristianos iraquíes y aún seguía, aunque en bastante mal estado de conservación, abierto al culto. Presumiblemente entre agosto y septiembre fue cuando, según fuentes de Associated Press, los terroristas usaron mazos, equipos pesados y hasta explosivos para, literalmente, “pulverizar” todo el edificio. Es un paso más del ataque a la comunidad cristiana en Irak. Asesinatos, persecuciones, destrucción. Terrorismo contra la fe y contra la cultura.

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En el nº 2.974 de Vida Nueva

 

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