“Catedral de la Natura” de Valencia: el diálogo interreligioso entre pinos y frutales

La Diócesis promueve la integración social de inmigrantes y el desarrollo sostenible

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El cardenal Cañizares bendice la “Catedral de la Natura”

JOSÉ RAMÓN NAVARRO PAREJA | “Cuando nos sentamos a comer, por medio del silencio o de una oración espontánea, compartimos nuestra vida y la fe. Es ahí, al comer juntos, cuando hacemos a los otros partícipes de nuestras motivaciones y creencias. Es lo que llamamos un ecumenismo alrededor de la mesa”. De esta forma describe el sacerdote valenciano, Jesús Belda, el tipo de diálogo interreligioso que promueve la “Catedral de la Natura”. Él es impulsor del proyecto que aúna, bajo el paraguas de la encíclica Laudato si del papa Francisco, objetivos de integración social de los emigrantes, desarrollo sostenible y dialogo entre religiones.

El proyecto recibió el apoyo del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, quien el pasado 20 de enero visitó el centro para bendecir sus instalaciones y presidir, en el marco de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, una oración ecuménica “por el cuidado de la madre tierra”. “Es un gozo grande estar todos reunidos en torno al Padre que nos ha concedido esta casa común que es la naturaleza”, destacó Cañizares, quien pidió a Dios que “nos conceda la unidad que proviene del amor, la caridad y la misericordia”. Además, en su oración mostró su deseo de que “junto a los preferidos de Dios, los más necesitados, y a las distintas confesiones, el Espíritu Santo haga que nuestra fe se reavive y así nos reconciliemos con el mundo y nuestra casa común, que es la naturaleza”.

La iniciativa nació en Valencia hace una década, ante la necesidad de dar una respuesta a los emigrantes que vivían bajo los puentes del antiguo cauce del río Turia y que fueron desalojados por la administración. La Asociación Valenciana de Solidaridad con África, vinculada a Cáritas diocesana, buscó entonces proporcionar un lugar de acogida a estos emigrantes en proceso de integración. De esta forma, “con los que no tienen protección”, como señala Belda, comenzó a construirse  la “Catedral de la Natura”, situada en Vallada (a unos 80 kilómetros de Valencia), y que se sumaba a las casas de acogida con las que ya contaba la Asociación en Xàtiva y Beniexida.

El proyecto de Vallada es el más singular, tanto por su ubicación en un paraje rodeado de pinos y frutales, como por su planteamiento de diálogo interreligioso. Aunque los seis subsaharianos que viven y trabajan son musulmanes, el proyecto implica la construcción de un templo ecuménico, una sinagoga, una mezquita y un ágora. Espacios al aire libre que ya “acogen oraciones y celebraciones” y que “se encuentran señalizados por piezas artísticas de cerámica valenciana y acotados por elementos naturales”, según explica Jesús Belda.

Cheikn, un joven senegalés que ha encontrado aquí “la esperanza”

Cheikn es de Senegal y conoció la “Catedral de la Natura” por unos amigos que ya habían estado allí. Llegó hace ocho meses, y ahora trabaja como albañil en el taller de bioconstrucción, levantando las estructuras “con materiales de la tierra, como los troncos y el adobe”, señala. Desde que llegó a España hace diez años se “ha buscado la vida como sea, sobre todo trabajando en el campo”. Es optimista, aunque consciente de que “un día sufres, pero mañana vas a estar alegre, sobre todo porque estamos luchando todos juntos, como amigos”, indica. En ese sentido, reconoce que en estos últimos meses “han cambiado mucho las cosas. Aquí me he encontrado una cultura que no conocía, gente con la que charlo y me dan esperanza”, destaca.

En el nº 2.974 de Vida Nueva

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