Víctor Manuel: “Soy ateo, pero no militante”

El cantautor español publica sus memorias, ‘Antes de que sea tarde’

Víctor Manuel, cantautor

Víctor Manuel, cantautor

Víctor Manuel: “Soy ateo, pero no militante” [extracto]

ÁNGELES LÓPEZ | El nieto del abuelo Víctor siempre será un corazón tendido al sol. Si fue capaz de ver un país desde el Pirulí y convertirse en el ateo responsable de hacer de un sublime poema de Lorca un villancico, hoy sabemos que sus advertencias no eran vanas: “No podía vivir sin memoria”. De esa máxima nacen estas memorias descosidas: Antes de que sea tarde (Aguilar). En ellas repasa su oficio como autor, cantante, militante, sus días junto a Ana Belén… Con el hombre al que pusieron dos bombas por no morderse la lengua hablamos de cuándo quiere decir amor, cuándo libertad y cuándo lo que le da la real gana.

PREGUNTA.- Este libro nace ante la necesidad de ponerlo todo en tinta tras la pérdida de memoria de su madre…

RESPUESTA.- Es atroz la sensación de que te pueda pasar en cualquier momento. Sin duda, la memoria es lo más poderoso que tenemos para continuarnos, prolongarnos en la gente que viene después.

P.- Uno de los peores episodios que recuerda fue aquella acusación, en los 70, de ultraje a la bandera española en México. ¿Ha quedado claro que no fue así?

R.- El caso quedó cerrado cuando el Ministerio de Información confirmó que el denunciante anónimo no existía, pero nunca se aclarará del todo, como cualquier infundio, y más entonces, que no se podía contrainformar.

P.- Julio Iglesias fue el único que se molestó en ir a la policía y decir que no había sido así, porque él fue testigo. ¿Siguen teniendo relación?

R.- Fue un detalle, desde luego. No tenemos demasiada relación, pero sabe que le queremos aunque haya dicho cosas de él que no le han gustado…

P.- ¿Le molesta ser indisoluble de Ana Belén?

R.- No. Me gusta compartir la vida con Ana y que me consideren como una costilla extraída de ella. Nos conocimos jóvenes y las cosas han salido bien. Un día, paseando por el Parque Berlín, unas estudiantes con la carpeta en la mano, cuando me vieron gritaron: “¡Mira, Ana Belén!”. Y me encanta. Nos duplican, y yo no sé explicarme sin ella.

P.- ¿Podemos es el quiero y no puedo de la izquierda, quien no puede aglutinarla?

R.- La izquierda es imposible que se una. Se fracciona permanentemente, célula a célula, barrio a barrio. La división constante la he vivido hasta la socialdemocracia. El programa que Podemos ha verbalizado desde el principio tenía cosas imposibles.

P.- The New York Times ha dicho que Soraya Sáenz de Santamaría podría ser la próxima presidenta…

R.- ¡Por supuesto que puede serlo! Es tan capaz como lo es su presidente, pero más lista y más joven.

P.- Dice que un día se da cuenta de que Dios no existe…

R.- Hay un momento en que me enfrenté a Él… Pienso que si existe no es un ser bueno porque permite lo que pasa en el mundo. Sé que me pueden argumentar muchas cosas, pero llegas a pensar que nada rige el universo, porque, científicamente, las cosas se han demostrado de otra forma. Soy ateo, pero no soy militante. Respeto a los que creen y tiene su sentido que sea así. Tiene algo que ver con perpetuarse, de alguna forma, después de la muerte.

P.- A medida que pasa el tiempo, ¿le dan ganas de ablandarse?

R.- No, pero tampoco me endurezco. Quizás al borde de la muerte me produzca zozobra como dicen que le provocó a Buñuel, que estuvo a punto de confesarse y pedir la extremaunción.

P.- ¿Qué opina del Papa?

R.- Me gusta mucho. Hay cosas de fondo, en la Iglesia, que no me gustan nada, pero sí su actitud. También siento vértigo por él, cuando se mete en terrenos que no podrá abarcar, como la vieja guardia vaticana, las finanzas… Pero su comportamiento personal merece todo mi aprecio.

Dicto sentencia

  • “La imagen que tengo de la felicidad es un niño jugando con una pelota. Camino mucho por Madrid y veo a los críos entrando en los colegios, riendo… Pasaría las horas viéndoles”.
  • “Mis ilusiones pasan por muchos caminos, por ejemplo, que me vengan a ver mis nietos. Eso me emociona: que me den muchos besos, reírme y jugar con ellos…”.

En el nº 2.973 de Vida Nueva

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir