Scholas Occurrentes: la revolución de Francisco para España se cuece en las aulas

La fundación pontificia reúne en Madrid a 300 jóvenes para que construyan otra realidad

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El Colegio La Salle Corazón de Jesús albergó el encuentro

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | En un ambiente festivo, sazonado con bromas, cánticos y bailes, los participantes en el primer encuentro en España de Scholas Occurrentes, iniciativa impulsada por Francisco (siendo arzobispo de Buenos Aires, ya creó su germen, la Escuela de Vecinos, para incidir en su realidad social), se citaron en Madrid entre el 18 y el 22 de enero. En total, 300 alumnos de entre 15 y 16 años y procedentes de 20 centros públicos, privados y concertados de la región, se reunieron en el Colegio La Salle Sagrado Corazón para generar “un cambio real” en nuestra sociedad, siendo ellos protagonistas del mismo.

Y es que, con el material generado en una semana de talleres, asambleas y espacios en donde expresarse con absoluta libertad, elaboraron un informe que harán llegar al Ayuntamiento de Madrid y al Papa. Se trata de la primera experiencia de este tipo en Europa de una red educativa que, desde su creación como fundación pontificia el 13 de agosto de 2013, ya aglutina a 400.000 escuelas de 76 países de los cinco continentes; la mayor plataforma educativa mundial, en dos años de vida.

A lo largo de la semana debatieron en torno a los dos grandes ejes que los jóvenes eligieron antes en varias votaciones como los que más le preocupan: las deficiencias del sistema educativo y la presión social y del propio entorno (bullyng, discriminación, identidad y estereotipos). Consultadas por Vida Nueva, Esther Carpintero y Ana Gil, alumnas del Colegio San Ignacio de Loyola de Torrelodones, apuntaban que, en su caso, “los profesores sí interactúan con nosotros, preocupándose siempre por cómo estamos”. Sin embargo, sí lamentaban la excesiva carga de deberes: “Muchas veces sentimos que no tenemos tiempo propio”.

Junto a ellas, Paloma Solas y Amparo Triguero, profesoras del Colegio San Bernardo, constataban lo mucho que la experiencia supone para sus alumnos: “Están entusiasmados. Ahora el reto es canalizarlo en la escuela, primer espacio para el cambio”. Conscientes de que eso es también responsabilidad suya, a ambas les interpeló la jornada: “Aprendemos mucho. Para nosotras también es importante ver la madurez de los chicos cuando se les da la oportunidad de expresarse. Lo hacen con mucha coherencia”.

Una forma de vida

Pero la ola de compromiso no llegó solo a los participantes. Macarena Segui, argentina y una de los 30 miembros del equipo nuclear de Scholas, siente la red como su eje vital: “La conocí al morir mi padre. Me dio alegría, es una forma de vida. Junto a los compañeros he viajado por muchos países poniendo en marcha iniciativas como esta. Reímos, lloramos… Somos amigos. Como nos pidió el Papa, impulsamos una nueva cultura de encuentro. Y lo hacemos desde los cimientos, viviéndolo primero nosotros”.

Una pasión que contagian a los jóvenes: “Cuando volvemos a los sitios donde ya estuvimos y ya tienen una red propia, comprobamos que los chicos son otros. Saben que pueden cambiar su sociedad, que este es un lugar donde expresarse y ser escuchados. Esto, que lo viven con mucha fuerza por lo inédito, luego quieren contagiarlo a los demás”. “No os conforméis con lo que os venden –apuntó a los presentes José María del Corral, presidente de Scholas–. Sed siempre vosotros mismos”. La revolución ha empezado. Empezando por lo esencial.

“Diseñados para encontrarnos”

El arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, no quiso perderse un evento tan especial y, junto a un representante de la comunidad judía, estuvo presente en el acto de apertura. En su breve y emotiva alocución ante los jóvenes, expresó su “enorme alegría al ver cómo os sentís tremendamente unidos y apostáis por la cultura del encuentro, huyendo de la indiferencia”. “No importan –prosiguió– el origen, la cultura o la fe de cada uno. Todos tenemos un diseño interior que nos conduce a encontrarnos entre nosotros. Me alegro mucho de que el Papa me llamara para este proyecto. Estando con vosotros, los más jóvenes, se aprecia cómo tenéis más capacidad para el encuentro, pues no tenéis prejuicios, sino un corazón limpio”.

En el nº 2.973 de Vida Nueva

 

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