Joan-Enric Vives: “Europa debe ser generosa con los refugiados, como Jordania”

Arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra

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Refugiados sirios llegan en un camión después de cruzar la frontera de Jordania con Siria

Joan-Enric Vives: “Europa debe ser generosa con los refugiados, como Jordania” [extracto]

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Otro año más, Joan-Enric Vives, arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra, ha formado parte de la delegación de la Coordinadora de Conferencias Episcopales en apoyo de la Iglesia en Tierra Santa que en enero visitó la zona. En entrevista con Vida Nueva, entre muchas sombras, también ve luces de cambio.

PREGUNTA.- ¿Cómo encontraron Gaza año y medio después de la ofensiva de Israel?

RESPUESTA.- La agresión continúa. Como nos expresó la población y comprobamos nosotros, sigue siendo una cárcel a cielo abierto, pues no se puede salir de la Franja. Al menos, tras la inmensa destrucción de hace un año, ahora se permite la entrada de cemento y madera y se pueden empezar a reconstruir edificios.

P.- ¿Temen la infiltración de yihadistas en Tierra Santa?

R.- Principalmente en Jordania; aunque el Gobierno lo tiene controlado, vimos cómo la comunidad cristiana está preocupada por ciertos brotes de extremismo, especialmente los iraquíes y sirios que permanecen refugiados allí y a los que el Estado Islámico les ha arrebatado todo. Me impactó conocer a un niño que, fruto del miedo por lo vivido, ha dejado de hablar. Cáritas Jordania, que junto a Mensajeros de la Paz y Ayuda a la Iglesia Necesitada es la entidad más involucrada, le ayuda a él y a muchísimos más, pero los problemas continúan: falta de trabajo y de acceso a la escuela. En definitiva, de oportunidades.

P.- ¿Cómo interpela a Europa Jordania, cuya acogida es tan generosa que la cuarta parte de su población son refugiados?

R.- Con su rey al frente, nos iluminan con su hospitalidad, tanto cristianos como musulmanes. El Patriarcado Latino de Jerusalén y los ortodoxos también se vuelcan, ofreciendo casas y parroquias. Como sociedad, no solo es que tengan una tradición acogedora de muchos años, como demostraron en su día con palestinos e iraquíes, sino que ahora, con los sirios, han ido más allá: de los 1,2 millones que han llegado, el 80% están acogidos por familias. El 20% está en el campo de refugiados de Zaatari, el segundo mayor del mundo. Europa debe ser generosa con los refugiados. El modelo a seguir es Alemania, pero los esfuerzos se deben repartir, pues tenemos los suficientes medios para acoger con generosidad. A nivel de Iglesia, a la Conferencia Episcopal Española le animo a que haga lo mismo que la italiana y apoye un proyecto como el que esta promueve para niños refugiados cristianos en Jordania. Allí hay mucha diferencia entre la escuela pública y la privada. Los cristianos, minoritarios, deben poder estudiar en centros más acordes a su fe y que no pueden pagar.

P.- ¿Cómo ve el Acuerdo Global entre la Santa Sede y el Estado palestino, en vigor desde el 1 de enero?

R.- El reconocimiento del Estado palestino, como en su día se hizo con el israelí, es un paso más en la propuesta de la Santa Sede para que se alcance la paz. Queremos dos estados, bien relacionados entre sí y que compartan a Jerusalén como la capital de las tres grandes religiones. Hay sombras que nos hacen dudar que sea posible, pero es el camino a seguir. Urge una sociedad en la que nadie sea marginado por su fe.

P.- ¿Cómo viven allí el Año de la Misericordia?

R.- Es una gente de gran fe, hasta el punto de vivirla de un modo martirial por no renunciar a ella en medio de la dificultad. Muchos han muerto y otros han debido huir, pero mantienen su fe. Sin duda, este Jubileo les puede animar mucho.

En el nº 2.973 de Vida Nueva

 

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