Navidad, el rostro de la misericordia divina

Un recorrido por la Escritura: del llanto de Ismael al grito de Jesús en la cruz

portada Pliego VN Navidad y misericordia 2969 diciembre 2015

LLUÍS SOLÀ I SEGURA, monje de Poblet | Con sus palabras, con sus gestos, con su persona entera, Jesús de Nazaret no solo nos revela a Dios como misericordia, sino que nos permite comprender toda la historia de la salvación como epifanía de su amor entrañable, justo y fiel. Guiados por la Sagrada Escritura, recorreremos el camino que va desde el llanto de Ismael, el bebé de Hagar, hasta el grito desgarrador del propio Jesús en la cruz. En el centro está la Navidad como rostro de esa misericordia divina, fundamento de nuestra fe y alegría de nuestra esperanza.

Me parece del todo imprescindible empezar este Pliego sobre la Navidad vista, o releída, en clave de misericordia divina, con las contundentes palabras del papa Francisco en su bula de indicción del Año Santo de la Misericordia: “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret.

El Padre, ‘rico en misericordia’ (Ef 2, 4), después de haber revelado su nombre a Moisés como ‘Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad’ (Ex 34, 6), no ha cesado de dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina. En la ‘plenitud del tiempo’ (Gal 4, 4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr. Jn 14, 9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios” (Misericordiae vultus, 1).

Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos, con su rostro, con toda su persona, revela, abre, explica la misericordia de Dios, o mejor, nos explica a Dios, nos abre a Dios como misericordia entrañable. Nos permite comprender todo el camino de la Escritura Santa, toda la historia de la salvación, como Navidad de la misericordia de Dios, como epifanía de su amor entrañable, justo y fiel.

Quisiera, pues, hacer un recorrido por la Escritura, en sus tres partes (Torá, Profetas y Escritos), tomando como hilo conductor la realidad de esta misericordia, en Dios y en nosotros, como un camino que va desde el llanto del pequeño Ismael, el bebé de Hagar, hasta el grito desgarrador de Jesús en la cruz. En el centro está la Navidad como rostro de la Misericordia.

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En el nº 2.969 de Vida Nueva. Del 19 al 25 de diciembre de 2015

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