Los obispos españoles buscan suavizar el documento que se prepara contra los teólogos

Una veintena de prelados votó para que el polémico documento no fuese asumido por la Asamblea Plenaria

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Los teólogos José Antonio Pagola (izq.) y Andrés Torres Queiruga

Los obispos españoles buscan suavizar el documento que se prepara contra los teólogos [extracto]

J. LORENZO | “Oposición clara al papa Francisco, que no es partidario de este tipo de procesos”. Esta opinión de uno de los varios teólogos consultados por esta revista resume su estupor tras conocer la noticia de que los obispos estaban estudiando un documento en donde se desautoriza la reflexión cristológica de autores como José Antonio Pagola o Andrés Torres Queiruga. Con el título de Jesucristo, salvador del hombre y esperanza del mundo, fue presentado a la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal en noviembre, donde cosechó críticas hasta el punto de que una veintena de obispos pidió que no llevase el sello de ese órgano colegial y que fuese tramitado como un texto de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe (CEDF).

El documento se pensó para el Año de la fe (2012-2013) y era una de las acciones que contemplaba el anterior Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal (2011-2015). Se justificaba “teniendo en cuenta los nuevos escenarios de la nueva evangelización”, por lo que se pedía a la citada comisión la “elaboración de un documento centrado en la proclamación de la fe en Jesucristo y en la contribución de la teología a la nueva evangelización”.

“Este documento es innecesario. No viene a cuento volver a desenterrar cadáveres. Es verdad que no agrede directamente, pero a la hora de criticar posturas teológicas se cita a sus autores en notas al pie”, reconoce un teólogo que lo ha leído. Precisamente esas citas son una de las cuestiones que más soliviantaron a los obispos en la Plenaria. Y, al parecer, existe la voluntad de que finalmente se eliminen con la intención de que el documento “sea de todos”, según ha podido saber Vida Nueva a través de fuentes de la Conferencia Episcopal.

Las fuentes consultadas coinciden en que el empeño por este documento responde al malestar de un pequeño sector del episcopado –“son cuatro o cinco”– molesto por la actuación de Francisco en cuestiones doctrinales, quien habría refrendado los postulados de algunos teólogos. En este sentido, este grupo de obispos, que se refiere a esos teólogos como “los disidentes”, creería que el llamado “caso Pagola” se cerró mal y de que “Francisco lo consiente”, según apunta otro teólogo. Se refieren al proceso abierto en 2008 por la CEDF, que acabó con el libro Jesús. Aproximación histórica (PPC), del sacerdote José Antonio Pagola, siendo examinado por la misma congregación vaticana.

Finalmente, la Santa Sede no pidió al teólogo vasco corregir “ningún error doctrinal o afirmación herética”, según señaló el propio Pagola en una carta a sus lectores. Esta notificación, que daba carpetazo a un vía crucis de seis años, se mantuvo congelada en el despacho del entonces prefecto, William J. Levada, por presiones de lo que en Roma llamaban “el grupo español”, en referencia a los obispos. De hecho, la nota vaticana se hizo pública en un momento tan propicio para atar o desatar cuestiones controvertidas como es el de sede vacante, días después de la renuncia de Benedicto XVI, en febrero de 2013.

Sin problemas en Buenos Aires

En 2012, la CEDF difundió una “notificación sobre algunas obras del profesor Andrés Torres Queiruga” para “salvaguardar aspectos esenciales de la doctrina de la Iglesia”. Tras la misma, se le vetó en algunas diócesis y se presionó para que se le cerrasen las puertas incluso en el extranjero. El entonces cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, recibió alguna llamada –no se sabe si oficial– cuando se supo que el teólogo gallego había sido invitado a dar una conferencia allí. Pero no hizo caso de lo que escuchó al otro lado del teléfono.

En el nº 2.969 de Vida Nueva

 

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