Ana Pastor: “Mi trascendencia es el compromiso"

Periodista y directora de ‘El Objetivo’ (La Sexta)

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Ana Pastor: “Mi trascendencia es el compromiso” [extracto]

ÁNGELES LÓPEZ | Inteligente, peleona, incisiva. Es el terror catódico de los políticos. Pasar por El Objetivo (La Sexta) supone verse inmerso en una batería de réplicas y contrarréplicas donde algunos líderes se ven superados por el ritmo de la presentadora.

PREGUNTA.- Del periodismo anglosajón valora que las entrevistas son duras, y de ahí para arriba, ¿en contra, sí o sí?

RESPUESTA.- Tal y como yo lo entiendo, sí. Pero no digo que sea la única fórmula. Desde luego no es lo mismo entrevistar a Malala que a un político, que tienes que exigirle un nivel de rendición de cuentas.

P.- El periodismo sirve “para denunciar, porque somos los ojos de la gente”… Pero es efímero, ¿dónde están ahora los refugiados? ¿Y Ucrania?

R.- Eso lo dije el otro día en una universidad cuando les pregunté cómo se llamaba el niño que apareció ahogado en una playa de Turquía y no lo recordábamos. La decencia en el periodismo es no usar y tirar los temas en función de nuestra propia conveniencia: tirada, audiencia…

P.- ¿Nunca le han dicho “no me pregunte esto” o “deme el cuestionario por adelantado”?

R.- No. Nosotros tenemos que poner los límites. Ellos presionarán, pero nuestra obligación no es con los políticos, sino con los ciudadanos. Pactar me parecería poco honesto.

P.- ¿No hay personajes con los que le resulta difícil ser incisiva?

R.- No. Carmena vino a la semana siguiente de ser alcaldesa, en plena ola de afecto hacia ella y yo era consciente de que me criticarían, pero no puedes levantar la barrera de la subjetividad.

P.- Pablo Iglesias reconoció que, la suya, fue una de las entrevistas más duras que le habían hecho…

R.- Aunque él se defiende muy bien, ese día no fue su mejor entrevista. Una de las cosas que más sufre Podemos es el paso por la hemeroteca, y el cambio de discurso.

P.- Primero descendía Podemos en las encuestas, ahora parece que lo hace Ciudadanos, ¿por qué?

R.- Con Podemos se ha sido más duro que con otros partidos, pero también es verdad que Ciudadanos está cometiendo menos errores. Pero las encuestas son solo medidores. Está todo muy abierto.

P.- Es activa en las redes, ¿cómo encaja bromas como la de que se va a entrevistar a sí misma?

R.- (Risas) Algunos tuits tienen mucho ingenio; me da envidia la creatividad de las redes. Solo me tomo a mal los insultos y las amenazas. Lo demás: ¡solo faltaba que la gente no pudiera opinar en las redes!

P.- ¿A quien repregunta más en su vida privada: al médico, al gestor, a su marido (Antonio Ferreras), a su hijo…?

R.- (Risas) Es una forma de ser… Y mi hijo me ha salido repreguntón, no se conforma con la primera versión de sus padres. Es tomar de tu propia medicina.

P.- ¿Cómo valora al papa Francisco?

R.- Valiente y necesario. Está en este tiempo más que mucha gente de la Iglesia. Demuestra un liderazgo, apertura de mente y, sobre todo, tiene mucha empatía. Pide que abran las casas a los refugiados y mira la respuesta…

P.- Estudió en un colegio de monjas, luego en el CEU. ¿Tiene algún sentido de trascendencia?

R.- A través de mi hijo, en el sentido de que me preocupa saber cómo recordará lo que vive ahora, lo que le he contado de Lampedusa y si he sabido concienciarle. Mi trascendencia pasa por el compromiso. En la vida tienes que elegir: dar el perfil o dar la cara, como dice Malala.

Dicto sentencia

“Me gusta la gente que es lo que parece, porque sabes a qué te enfrentas. Me lo aplico a mí misma: soy exactamente como salgo en la tele. Desde pequeña he tenido este carácter. Más que dura, me considero incisiva, aunque algún político dirá que soy una pesada”.
Sus férreos cara a cara con Aznar, Tony Blair, Ahmadineyad, Marine Le Pen, José Bono, Esperanza Aguirre, Cospedal o Pablo Iglesias, entre otros, se han convertido en hitos del periodismo implacable.

En el nº 2.969 de Vida Nueva