Matilde Asensi: “Daría mi vida por el derecho a tener fe en Dios”

Matilde Asensi, escritora

Entrevista a la escritora alicantina, que se declara atea

Matilde Asensi, escritora

Matilde Asensi: “Daría mi vida por el derecho a tener fe en Dios” [extracto]

ÁNGELES LÓPEZ | Veinte millones de personas han leído alguno de los libros de esta alicantina, que se declara atea. Animada por estas cifras, la escritora Matilde Asensi, quince años, después retoma su mejor historia y nos regala El regreso del Catón (Planeta).

PREGUNTA.- Por la bendita culpa de sus lectores, nos reencontramos con Ottavia, Farag y Kaspar. ¿Buscar la tumba de Jesucristo no es más complejo que perseguir los lignum crucis?

RESPUESTA.- ¡Bastante más! Manejar los Evangelios no es algo sencillo, ni tampoco leer a algunos teólogos con su complicadísimo y particular “dialecto” que solo entre ellos entienden. Inventar una ficción, como es la búsqueda de los osarios de Jesús de Nazaret y su familia, y darle aspecto de verosimilitud es muchísimo más complicado que perseguir unas reliquias que están repartidas por todo el mundo.

P.- En el libro hay un lema: “La verdad os hará libres”. ¿Desmitifica las palabras de Jesús, a tenor de los acontecimientos de hoy?

R.- Totalmente. Tras mucho pensar, he llegado a la triste conclusión de que no hay ninguna verdad que lo sea por completo y, si no la hay, ¿cómo puede hacernos libres algo que es pura invención de alguien o pura manipulación, o márketing? Por tanto, no será ninguna verdad la que nos hará libres, sino su opuesto, la duda y el escepticismo, por difíciles que sean de sobrellevar.

Separar la fe de la religión

P.- Cuantos conocieron a Jesús de Nazaret se quedaron en Jerusalén… y llegó san Pablo. El catedrático Antonio Piñero asegura que fue un experto en márketing, que asumió “la patente” del cristianismo…

R.- Lo comparto. Y lo que me duele es no saber más sobre el verdadero creador del cristianismo, Saulo de Tarso. Creo que todas las investigaciones y trabajos que se están realizando en este momento sobre él en las más grandes e importantes universidades e instituciones nos proporcionarán en el futuro una mejor comprensión de quién fue y por qué hizo lo que hizo.

P.- Le he oído decir que la religión se acerca en muchos puntos a una congregación política…

R.- Hay que separar la fe de la religión. La fe en Dios es una cosa. La religión es obra del hombre. En segundo lugar, hay que separar también la fe de la doctrina dictada por esa religión. El cuerpo legal de un Estado es igual a la doctrina de una Iglesia. La fe en Dios, por el contrario, sería como la libertad y el respeto entre los seres humanos, al margen de leyes y doctrinas. Yo respeto la fe en Dios y, siendo atea, estaría dispuesta a dar mi vida por defender el derecho de cualquiera a tener su fe en Dios. No daría nada por defender la doctrina de una religión, fuera la que fuera.

P.- ¿Se vería con el papa Francisco?

R.- Sí, creo que es una buena persona. Y, si pudiera hacerle una pregunta, sería: “¿Por qué está tardando tanto en aprobar el matrimonio para los sacerdotes?”. Esa prohibición es del Concilio de Trento, del siglo XVI. Jesús no prohibió el matrimonio a sus apóstoles, no les impuso el celibato.

P.- ¿Tiene algún sentido trascendente de la existencia?

R.- Me gustaría tenerlo. Esta carencia te hace vivir en carne viva permanentemente, sin esa piel suave que te protege del dolor, del miedo y de la incertidumbre. Pero prefiero vivir la vida sin red y seguir mis propias creencias de respeto a mí misma, a los demás, a la libertad, a la propia vida, que buscar un consuelo por falta de coraje para enfrentarme a la existencia sin muletas.

Dicto sentencia

  • Trabajó en los informativos de Radio Alicante, RNE, EFE y en los diarios La verdad e Información.
  • Se presentó a una plaza de administrativa en el Servicio Valenciano de Salud para tener un horario que le permitiera escribir.
  • El Camino de Santiago cambió su vida: “Fue cuando decidí que quería ser escritora. ¿Dónde estaría yo ahora si no lo hubiera hecho? Ninguno de mis libros existiría”.

En el nº 2.968 de Vida Nueva

 

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