La travesía vasca de la misericordia

‘Vida Nueva’ arranca el Jubileo: ¿es posible perdonar a un etarra?

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Mural homenaje a Miguel Ángel Blanco

EDITORIAL VIDA NUEVA | Arranca el Jubileo de la Misericordia. Con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, se abre un tiempo de gracia para toda la Iglesia hasta noviembre de 2016. Desde Vida Nueva nos sumamos a esta invitación hecha por Francisco para este año para anteponer la misericordia al juicio y fomentar el encuentro al estilo de Jesús, con el ejemplo del Buen Samaritano. Lo haremos dando cuenta de los principales acontecimientos de este año jubilar y profundizando en él a través de una serie de Pliegos sobre las obras corporales y espirituales. También con una apuesta por el análisis y la investigación a través de la sección A fondo.

Precisamente, arrancamos con una invitación a la reflexión sobre los límites –el Papa insiste en que no hay– de la misericordia aterrizando en la herida abierta que más dolor ha generado en los últimos 50 años en la sociedad española: el terrorismo de ETA. ¿Es posible perdonar a un etarra? ¿Pueden darse la mano justicia y paz en el País Vasco? ¿Es posible la reconciliación con una memoria viva?

Vida Nueva ha querido vivir en primera persona con los protagonistas de estos interrogantes: una víctima de ETA que ha enterrado el odio, un terrorista arrepentido… Y una sociedad que hace autocrítica, una Iglesia que se mira en el espejo para reconocer sus errores del pasado, pero también para reforzar su compromiso de trabajar por y para crear puentes de encuentro. No es tarea fácil ni a corto ni a medio plazo. Sin embargo, el testimonio de víctimas y victimarios que se han sentado cara a cara fuera de los focos mediáticos revela que es posible vivir con el dolor, vencer a la venganza y aparcar la ideología.

Esta reconstrucción social se torna en posible dentro de una larga y compleja travesía con compañeros de viaje indispensables. Una paz que no es solo ausencia de violencia, sino que se edifique desde el final definitivo de ETA. Una justicia que se encamine a la reinserción, que reconozca el daño causado y lo repare en la medida de lo posible. Una memoria viva que escuche a las víctimas y su sufrimiento. Un perdón sincero desde el respeto a la verdad, fuera de intereses políticos. Un respeto a los tiempos y a los procesos de cada uno para acoger, para consolar y ser consolado. Una apuesta por una convivencia y escucha reales y con sitio en la mesa para todos, sin estigmas de vencedores y vencidos. Parte de este trecho lo está recorriendo sin hacer ruido la Iglesia y, con ella, parte de la sociedad vasca.

Este Jubileo se presenta como una oportunidad única para que, como pide Francisco, el umbral de cada celda, la entrada a una herriko taberna, la salida de un ayuntamiento y el pórtico de la parroquia se conviertan en puerta de misericordia para todos los vascos.

En el nº 2.968 de Vida Nueva. Del 12 de noviembre al 18 de diciembre de 2015

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