Juan María Uriarte: “No basta coexistencia sin violencia, ETA debe entregar las armas”

Entrevista con el obispo emérito de San Sebastián

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MIGUEL ÁNGEL MALAVIA y RUBÉN CRUZ | “ETA no nació en los seminarios”, afirma de forma contundente Juan María Uriarte. Al obispo emérito de San Sebastián se le ha acusado de estar más próximo a los verdugos que a las víctimas. A sus 82 años ya está acostumbrado a críticas como esta. Sin embargo, siguen haciéndole daño. Por eso no le apetece en demasía hablar con los medios. Tiene miedo de que se le malinterprete. No obstante, acepta una conversación con Vida Nueva con el único objetivo de contribuir al camino a la reconciliación.

Quien fuera el intermediario y “no mediador” entre la banda terrorista y el Gobierno durante la tregua de 14 meses, entre 1998 y 1999, hace autocrítica: “La que me pide el Evangelio”. Así, exige a ETA que se disuelva de una vez por todas.

PREGUNTA.- ¿Cómo valora los encuentros de reconciliación entre víctimas y antiguos miembros de ETA?

RESPUESTA.- Estos encuentros son un paso noble y efectivo hacia una reconciliación global y están prolongándose fuera de las cárceles. Lamentablemente, algunos han sido recortados por decisión gubernativa. Además, son todavía escasos.

P.- Pese al cese de la violencia, no hay todavía una auténtica reconciliación. ¿Qué se necesita para lograrla? ¿Cómo pueden sanarse tantas heridas?

R.- Cincuenta años terribles dejan muchas heridas. Se necesita tiempo. No basta una coexistencia sin violencia cruenta. Es necesario que ETA acabe de entregar las armas y se disuelva. Es necesaria una autocrítica, proporcionada a su responsabilidad, de todos los grupos e instituciones que, por acción u omisión, contribuyeron a la iniciación y perduración de esta inhumana tragedia.

P.- Hay quien dice que ETA nació en los seminarios…

R.- Es una afirmación infame, gratuita, que tristemente hizo fortuna hace algunos años. Los orígenes de ETA están hoy bien estudiados y no ofrecen base para sostener tal improperio.

P.- ¿Cree que la Iglesia vasca ha acompañado a las víctimas como merecen?

R.- A mi juicio, en una primera fase, nuestra sensibilidad ante ellas no fue suficientemente cálida ni efectiva. No lo fue tampoco en la sociedad ni en los partidos ni en los medios de comunicación. En una segunda fase, nuestra atención a todas las víctimas fue sentida, sostenida y eficaz. Debería haberlo sido desde el principio. El Evangelio me pide esta autocrítica.

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En el nº 2.968 de Vida Nueva

 

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