Cuatro años de PP: una legislatura para el desencanto

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno PP 2011-2015

‘Decepción’ es el balance eclesial, tras el incumplimiento de algunas reformas y la política de recortes

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno PP 2011-2015

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España durante los últimos 4 años y candidado del PP el 20-D

JOSÉ LORENZO | “No le debemos nada al PP. No ha hecho nada por la Iglesia. Le debemos más al PSOE”. La sentencia, rotunda, es de un obispo. Como tantos otros en la Conferencia Episcopal Española (CEE), escarmentados con un Gobierno que ha dejado en papel mojado algunas de las cuestiones con las que pensó que harían causa común, como fue el tema del aborto o su posición contraria a los matrimonios homosexuales que propició el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, hace ya una década. Ambas reformas iban en el programa electoral con el que Mariano Rajoy concurrió a las elecciones de noviembre de 2011 y le supusieron un buen pellizco de votos católicos. Concluida la legislatura, y a menos de un mes de los comicios del 20-D, el disgusto es patente, aunque no van a encontrar a los obispos en la calle ni azuzando manifestaciones.

No hay entusiasmo con la legislatura del PP. Hay puntos más positivos, como la reforma en el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado, que recoge que la asignación ya no será una partida destinada por el Gobierno, sino un adelanto de lo que los contribuyentes deciden aportar a través de la casilla del IRPF a favor de la institución eclesial. O el que se incluya la figura del misionero en un nuevo marco jurídico que regula la vida del voluntariado.

Pero, por contra, la reforma de la Ley Hipotecaria puso freno a las inmatriculaciones que las diócesis españolas venían efectuando en el Registro de la Propiedad desde 1998 de bienes que, por razones históricas y de conservación, habían inscrito a su nombre.

Mejor con Blázquez que con Rouco

Donde sí ha habido novedades positivas, añade el mismo obispo, es en las relaciones institucionales que mantienen Gobierno y CEE. “Es evidente que ha habido un cambio en los dos últimos años. Durante la primera parte de la legislatura del PP, estaba como presidente de los obispos el cardenal Antonio María Rouco y la relación con Rajoy no era fácil. No había un diálogo fluido, algo que sí se ha dado en esta segunda mitad, ya con Blázquez al frente de Añastro. Ahora hay más cercanía y diálogo, aunque los resultados es verdad que se ven poco”.

En todo caso, este prelado echa en falta que los partidos políticos, cuando llegan al Gobierno, legislen para todos, buscando tan solo el bien común. “Deberían tener un mayor sentido de Estado, y no de partido. Legislan por el bien del propio partido, porque están demasiado pendientes de los votos. Y deberían ser más generosos para trabajar por el conjunto de la sociedad, contando con todas las instituciones, teniendo en cuenta que hay unos acuerdos firmados, que hay una Constitución, que hay unos padres que tienen unos derechos…”.

La opinión de la Vida Religiosa

Este desencanto entre los obispos, pero por otras causas, lo han palpado también entre la gente los religiosos y religiosas en estos cuatro años en los ámbitos pastorales en los que han desempeñado su labor. La culpa fue de la corrupción política, “que sembró la desconfianza en la clase dirigente entre quienes estaban pasando penurias”, como reconoce el presidente de CONFER, Luis Ángel de las Heras.

“A este desánimo contribuían también las declaraciones gubernamentales que afirmaban que España salía de la crisis económica. Aunque fuera verdad, quienes no notaban esa bonanza se sentían engañados y defraudados. La desesperanza prendió singularmente en quienes sufrían los efectos del paro de larga duración y la supresión de ayudas sociales. Afectaba, por tanto, a familias enteras, menores y jóvenes. Afortunadamente, la Iglesia y las congregaciones religiosas han podido paliar esta situación en su doble vertiente: económica y anímica”, señala el religioso claretiano.

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